WASHINGTON. Elon Musk redobló el sábado su rechazo al amplio proyecto de ley de recortes fiscales y de gasto del presidente Donald Trump, argumentando que la legislación que los senadores republicanos se apresuran a aprobar destruiría puestos de trabajo y frenaría el crecimiento de industrias emergentes.

“El último proyecto de ley del Senado destruirá millones de puestos de trabajo en Estados Unidos y causará un daño estratégico inmenso a nuestro país”, escribió Musk en X el sábado, cuando el Senado tenía previsto someter a votación la apertura del debate sobre el proyecto de ley de casi 1000 páginas. “Da ayudas a industrias del pasado mientras perjudica gravemente a las industrias del futuro”.

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El director ejecutivo de Tesla y SpaceX, cuyo cumpleaños también es el sábado, publicó más tarde que el proyecto de ley sería “un suicidio político para el Partido Republicano”.

Las críticas reabren un reciente y encendido conflicto entre el exdirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental y la administración que acaba de abandonar. También suponen un nuevo quebradero de cabeza para los líderes republicanos del Senado, que han pasado el fin de semana trabajando horas extras para que la legislación sea aprobada por su cámara y pueda ser aprobada antes de la fecha límite del 4 de julio fijada por Trump.

Musk ya había dejado clara su opinión sobre el “Big Beautiful Bill” de Trump. Días después de abandonar el Gobierno federal el mes pasado con una celebración elogiosa en el Despacho Oval, criticó duramente el proyecto de ley calificándolo como “lleno de prebendas” y “abominable”.

“Qué vergüenza para los que lo votaron: saben que hicieron mal. Lo saben”, escribió en X a principios de este mes. En otra publicación, el acaudalado donante del Partido Republicano, que recientemente había pronosticado que dejaría de hacer donaciones políticas, amenazó con despedir a los legisladores que “traicionaron al pueblo estadounidense”.

Cuando Trump respondió diciendo que estaba decepcionado con Musk, se desató una pelea que rápidamente se intensificó. Musk sugirió sin pruebas que Trump, quien pasó la primera parte del año como uno de sus aliados más cercanos, era mencionado en los archivos relacionados con el abusador sexual Jeffrey Epstein.

Musk finalmente intentó hacer las paces con la administración, diciendo que lamentaba algunas de sus publicaciones que “fueron demasiado lejos”. Trump respondió de la misma manera en una entrevista con The New York Post, diciendo: “Cosas así pasan. No le culpo por nada”.

No está claro cómo influirán las últimas declaraciones de Musk en la frágil paz que él y el presidente habían disfrutado en las últimas semanas. La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Musk ha pasado las últimas semanas centrado en sus negocios, y su influencia política ha disminuido desde que dejó la administración. Aun así, el acaudalado empresario invirtió cientos de millones de dólares en la campaña de Trump en 2024, lo que demuestra el impacto que puede tener su dinero si se apasiona lo suficiente por un tema o un candidato como para reanudar su gasto político.