Los incendios forestales en la región vinícola de California y el centro de Oregon se extendieron durante la noche, lo que provocó cientos de desalojos, al tiempo que los bomberos trabajaban el domingo para intentar contener las llamas en medio de un clima seco y caluroso.

El incendio Pickett en el condado de Napa había crecido a más de 26 kilómetros cuadrados (10 millas cuadradas) y estaba contenido en un 11% a primeras horas del domingo, informó el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.

A unas 190 personas se les ordenó abandonar sus hogares, y otras 360 estaban bajo advertencias de desalojo, ya que el incendio amenazaba unas 500 estructuras cerca de Aetna Springs y Pope Valley, dijo Jason Clay, portavoz de la Unidad Calfire Sonoma Lake-Napa.

Más de 1,230 bomberos respaldados por 10 helicópteros estaban combatiendo las llamas, que iniciaron el jueves luego de una semana de clima extremadamente caluroso. La causa del incendio aún está bajo investigación.

Los residentes del oeste de Estados Unidos han estado sufriendo una ola de calor que causó la hospitalización de algunas personas, y se pronostica que las temperaturas alcancen niveles peligrosos en Washington, Oregon, el sur de California, Nevada y Arizona.

Clay dijo que el clima se ha moderado desde que comenzó el incendio, con una temperatura máxima esperada de 34 grados Celsius (94 grados Fahrenheit) el domingo. Pero a medida que avanza el día, se esperaba que los niveles de humedad disminuyeran y que los vientos aumentaran por la tarde.

“Eso ha sido un factor determinante por las tardes desde que hemos visto que la actividad del fuego ha aumentado en los últimos tres días”, señaló Clay, agregando que “el apoyo de todo California ha sido crucial para nuestros esfuerzos”.

El incendio comenzó en la misma área que el mucho más grande incendio Glass en 2020, que cruzó al condado Sonoma y finalmente consumió alrededor de 272 kilómetros cuadrados (105 millas cuadradas) y más de 1,500 estructuras.

Ese incendio fue avivado por el viento, y el incendio actual es alimentado por vegetación seca en pendientes empinadas, parte de ella árboles muertos y caídos que quedaron del incendio Glass y parte de ella hierba y matorrales que volvieron a crecer y luego se secaron nuevamente, detalló Clay.

En Oregon, el incendio Flat en los condados de Deschutes y Jefferson había crecido a casi 88 kilómetros cuadrados (34 millas cuadradas), y cerca de 4,000 hogares se encuentran bajo algún tipo de aviso de evacuación, incluidos 1,000 con órdenes inmediatas, según la Oficina del Jefe de Bomberos del estado.

Los bomberos pudieron cortar líneas de contención y siguen apagando llamas en algunas áreas residenciales. Sin embargo, el domingo enfrentaban desafíos significativos debido a las complicaciones del terreno, baja humedad y temperaturas sumamente elevadas en algunas áreas, indicaron las autoridades.

Algunas casas resultaron quemadas y las autoridades dijeron que estaban trabajando para confirmar el estado de las estructuras.

El área se encuentra en en un clima de desierto de gran altitud, donde los pastizales y árboles de enebro están ardiendo y el fuego avanza rápidamente por áreas de cañones donde es difícil establecer líneas de contención, declaró Jason Carr, portavoz del departamento de policía del condado Deschutes.

El incendio comenzó el jueves por la noche y creció rápidamente en medio de condiciones calurosas y ventosas. Funcionarios de bomberos estaban vigilando tormentas eléctricas aisladas en el sur de Oregon que podrían desplazarse hacia el norte el domingo, dijo el portavoz Chris Schimmer en un video publicado en Facebook.

“Si tenemos tormentas eléctricas que pasan, pueden... causar que el fuego salte las líneas de contención”, dijo Carr, agregando que las corrientes descendentes pueden empujar el fuego en múltiples direcciones.

Aunque es difícil vincular directamente un solo incendio o evento meteorológico al cambio climático, los científicos advierten que el calentamiento causado por el hombre al quemar combustibles fósiles como el carbón y el gas está provocando olas de calor y sequías más intensas, lo que a su vez prepara el escenario para incendios forestales más destructivos.