Envió una postal en 1953 y la recibió de vuelta 72 años después: el increíble viaje de un mensaje perdido en el tiempo
Alan Ball le envió el postal a su familia antes de su viaje a Puerto Rico.

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Una postal enviada desde la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York el 17 de junio de 1953 llegó a su remitente original, Alan Ball, el 10 de septiembre de 2025, tras un insólito recorrido de 72 años.
El documento, destinado originalmente al reverendo F. E. Ball en Ottawa, Illinois, reapareció décadas después en una oficina de correos, lo que permitió que el mensaje volviera a manos del remitente, quien ahora tiene 88 años y reside en Sandpoint, Idaho.
En 1953, Alan Ball era un adolescente que había ahorrado durante dos años trabajando en tareas locales, como cortar césped y quitar nieve, para financiar su primer viaje fuera de su estado.
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Su destino final era Puerto Rico, donde visitaría a su tía Mary. Antes de dirigirse al Caribe, Ball viajó en tren a Nueva York y aprovechó la oportunidad para visitar la recién inaugurada sede de la ONU. Fue en ese lugar donde adquirió una postal con la imagen del edificio y escribió un breve mensaje dirigido a su familia, describiendo su experiencia.
La postal, con un franqueo de dos centavos, fue enviada al reverendo Frederic Edgar Ball y su familia, quienes residían en Ottawa. Sin embargo, la correspondencia nunca llegó a su destino en los años cincuenta. En su lugar, quedó atrapada en algún punto del sistema postal en Nueva York.

El jefe de correos de Ottawa, Mark Thompson, señaló que, tras 21 años de experiencia en el servicio, nunca había presenciado un caso similar. Según su hipótesis, la postal pudo haber quedado olvidada en las instalaciones de la ONU, posiblemente en una subestación o en un espacio poco transitado, donde permaneció inadvertida durante décadas.
Cuando la tarjeta finalmente reapareció en agosto de 2025, alguien había añadido manualmente el código postal de Ottawa con un bolígrafo diferente, lo que indicaba que una persona había intentado reactivarla para su reenvío. El 8 de agosto de ese año, la oficina de correos de Ottawa recibió la postal con el matasellos original de 1953.
Al darse cuenta de la rareza del caso, Thompson decidió investigar y rastrear al destinatario o sus herederos. Para lograrlo, la historia fue difundida a través de medios locales, lo que atrajo la atención de genealogistas voluntarios interesados en resolver el misterio.
Miembros del Gremio de Genealogía del Condado de La Salle colaboraron con el periodista Tom Collins de Shaw Local, revisando registros de la Biblioteca Pública Reddick y consultando archivos antiguos en busca de información sobre la familia Ball.
La investigación identificó al remitente como Alan Ball, hijo del reverendo, quien se había graduado de la escuela secundaria de Ottawa en 1954 y posteriormente había desarrollado su carrera como médico en Idaho.
Tras contactar a Alan Ball, quien ahora vive en Sandpoint, Idaho, los investigadores le enviaron una imagen digital de la postal. Ball reconoció de inmediato su caligrafía, aunque no recordaba haber enviado el mensaje.
Finalmente, la pieza llegó físicamente a sus manos el 10 de septiembre de 2025, cuando un cartero local se la entregó en persona. Con humor, el cartero se disculpó diciendo: “Perdón por el retraso”. Ball, junto a su esposa, recibió la postal con asombro y planea enmarcarla como un recuerdo de este peculiar episodio.
El mensaje, que había permanecido perdido durante siete décadas, completó su inusual recorrido al volver a las manos de quien lo escribió.