Washington, 25 feb (EFE).- Estados Unidos se unió este viernes a la Unión Europea (UE) al anunciar sanciones económicas contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en represalia por su ataque militar a Ucrania.

Las sanciones de Washington, a diferencia de las europeas, prohibirán a Putin viajar a Estados Unidos, detalló la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.

Esa circunstancia, sin embargo, no impedirá al líder ruso trasladarse a las reuniones de Naciones Unidas, que tiene sede en Nueva York, tal y como han hecho en el pasado otros funcionarios de Irán, Venezuela y Corea del Norte, sancionados por Washington.

El presidente Joe Biden llevaba semanas evaluando imponer sanciones a Putin, pero tomó la decisión final en las últimas 24 horas después de conversar por teléfono con sus aliados europeos, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indicó Psaki.

Se espera que el Departamento del Tesoro haga públicos más tarde los detalles de las sanciones.

Washington suele usar ese tipo castigos para congelar los bienes y activos financieros de los sancionados, a quienes también se les prohíbe hacer transacciones con cualquier ciudadano estadounidense, algo que en teoría les dificulta el acceso al sistema financiero internacional basado en el dólar.

Sin embargo, se desconoce qué activos pueden tener bajo jurisdicción estadounidense Putin, Lavrov y otros miembros de su equipo de seguridad.

Un “mensaje claro” de Occidente

Pese a esa circunstancia, Psaki rechazó la idea de que las sanciones sean un mero gesto simbólico y consideró que envían “un mensaje claro” sobre el fuerte rechazo que Occidente siente hacia la operación militar a gran escala que Putin ha lanzado esta semana sobre Ucrania.

Washington y sus aliados llevaban semanas coordinándose para tomar represalias si Rusia invadía Ucrania. Este viernes, todos dirigieron su arsenal contra Putin: los primeros en anunciar sanciones fueron la UE y el Reino Unido, a los que siguió Estados Unidos y poco después Canadá.

Esos países han ido imponiendo sanciones sobre Rusia desde que el lunes declarara la independencia de Ucrania de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en la región del Donbás.

Las sanciones se han dirigido contra el sistema bancario y de deuda ruso y han servido para restringir la exportación de tecnología estadounidense a Rusia, además de acciones dirigidas contra el gasoducto Nord Stream 2, construido para transportar directamente gas ruso a Alemania sin pasar por Ucrania.

Sin embargo, Occidente todavía tiene varias acciones bajo la manga, como la exclusión de los bancos rusos del sistema de mensajería SWIFT o restricciones comerciales sobre el gas y los productos de lujo.

Más sanciones y ayuda militar

Además de las sanciones a Putin y Lavrov, la Casa Blanca anunció este viernes sanciones contra el Fondo Ruso de Inversión Directa, un fondo soberano de inversión estatal que busca atraer inversiones a la economía rusa.

Por separado, Washington también se está preparando para prestar mayor asistencia de seguridad a Ucrania, explicó este viernes el portavoz del Pentágono, John Kirby, en una rueda de prensa.

El Gobierno estadounidense ha rechazado dar detalles concretos sobre el tipo de equipos militares que se están enviando a Ucrania por motivos de seguridad, pero ese es uno de los temas que se está discutiendo al más alto nivel.

De hecho, Biden conversó este viernes con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, sobre la asistencia económica, humanitaria y de seguridad que está mandando Washington, informó la Casa Blanca.

Uno de los temas que ha despertado preocupación en parte del Gobierno estadounidense es cómo hacer llegar equipamiento militar a Ucrania, ahora que algunas zonas del país están cayendo bajo control ruso.

Después de meses de tensiones, Rusia lanzó esta semana una operación militar en Ucrania que empezó con bombardeos en varios centros urbanos y continuó con el despliegue de tropas, de forma que este viernes las unidades militares rusas están estrechando el cerco a la capital del país, Kiev.

Los combates han costado ya la vida a 137 ucranianos y 316 han resultado heridos, según el Gobierno de Ucrania, mientras miles de personas han tenido que huir hacia el oeste de Ucrania o hacia los países vecinos de Moldavia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.

Anteriormente, el Departamento de Estado expresó que no confiaba en que Putin esté dispuesto a negociar el fin de la invasión de Ucrania y estudiaba sancionar al mandatario si continúa la escalada.

En rueda de prensa, el portavoz de la cartera de Exteriores, Ned Price, desconfió de las palabras de Putin, quien afirmó hoy en conversación telefónica con su homólogo chino, Xi Jinping, que está dispuesto a mantener “negociaciones de alto nivel” con Ucrania.

“No hemos visto ningún indicio de que Putin esté preparado para la desescalada. No hemos visto ningún indicio de que pretenda crear las condiciones para una solución diplomática”, respondió Price.

El portavoz criticó que “Moscú quiera que la diplomacia se lleve a cabo con el cañón de un arma y los cohetes apuntando al pueblo ucraniano” y subrayó que esas “no son condiciones” para una negociación.

“Si el presidente Putin se toma seriamente la diplomacia, sabe lo que tiene que hacer: debe parar inmediatamente de bombardear a población civil y retirar las tropas de Ucrania”, dijo Price.

Preguntado sobre la posibilidad de que Estados Unidos sancione al mismo Putin si sigue la invasión, Price aseveró que “todas las opciones siguen sobre la mesa”.

Asimismo, el portavoz del Departamento de Estado aplaudió a los “miles” de rusos que han salido durante las últimas horas a las calles para protestar contra la invasión que lleva a cabo su Gobierno en Ucrania.

“Respetamos su valentía y su heroísmo. Están en las calles exigiendo al Gobierno ruso que pare esta guerra injustificada y premeditada”, expresó Price.

Ante la advertencia emitida por el Kremlin de que habrá consecuencias si Finlandia o Suecia se integran en la OTAN, Price respondió que las puertas de la Alianza “siguen abiertas” y que corresponde a esos países decidir si se unen o no.

Después de meses de tensiones, Rusia lanzó esta semana una operación militar en Ucrania que empezó con bombardeos en varios centros urbanos y continuó con el despliegue de tropas, de forma que este viernes las unidades militares rusas están estrechando el cerco a la capital del país, Kiev.

En reacción al ataque ruso, Washington ha golpeado a Rusia con sanciones a sus bancos y su élite, así como restricciones a las exportaciones de alta tecnología a Rusia, entre otras medidas.

Además, ha enviado miles de soldados a Europa para reforzar el flanco este de la OTAN ante la posibilidad de que el conflicto vaya más allá de las fronteras de Ucrania, que no es miembro de la Alianza.