Washington. Estados Unidos está por disponer de una tercera vacuna contra el COVID-19 luego que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó el sábado la inyección de Johnson & Johnson, que funciona con una sola dosis en lugar de dos.

Los expertos en salud aguardan ansiosos una opción de una sola dosis que contribuya a acelerar el proceso de vacunación contra un virus que de antemano ha cobrado más de 510,000 vidas en Estados Unidos y está mutando hacia formas cada vez más preocupantes.

La FDA informó que la vacuna de J&J provee una fuerte protección contra los aspectos que más interesan: una enfermedad grave, la hospitalización y la muerte. Una dosis tenía una eficacia de 85% contra la enfermedad más severa del COVID-19, según un estudio que abarcó tres continentes, y esa protección seguía siendo fuerte incluso en países como Sudáfrica, donde se están propagando las variantes de mayor preocupación.

“Esta es en verdad una buena noticia”, dijo el doctor Francisco Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud. “Lo más importante que podemos hacer ahora es recibir tantas dosis en tantos brazos como nos sea posible”.

J&J está proporcionando inicialmente algunos millones de dosis y su envío a los estados podría comenzar desde el lunes. J&J ha afirmado que tiene previsto entregar 20 millones de dosis a Estados Unidos para finales de marzo y 100 millones en el verano.

J&J también busca la autorización al uso de emergencia de su vacuna en Europa, así como el aval de la Organización Mundial de la Salud. A nivel mundial, la compañía pretende producir alrededor de 1,000 millones de dosis a finales de año. El jueves, la nación isleña de Bahrein se convirtió en la primera en autorizar su aplicación.

El domingo, un comité asesor estadounidense se reunirá para recomendar cómo priorizar el uso de esta vacuna unidosis. Y un gran desafío es lo que el público quiere saber: ¿Qué tipo de vacuna es mejor?

“En este entorno, la que sea posible conseguir, aplíquensela”, recomendó el médico Arnold Monto, de la Universidad de Michigan, que presidió el panel asesor de la FDA que determinó el viernes por unanimidad que los beneficios de la vacuna superan sus riesgos.