Un exagente de alto nivel de la DEA y un asociado han sido acusados de asociación delictuosa para lavar millones de dólares y obtener armas de fuego y explosivos para un cártel narcotraficante de México que ha sido designado por Estados Unidos como organización terrorista extranjera, según un acta de acusación revelada el viernes en la Ciudad de Nueva York.

Paul Campo, de 61 años, de Oakton, Virginia, quien se retiró de la DEA en 2016 después de una carrera de 25 años, enfrenta cuatro cargos federales de asociación delictuosa relacionados con presunto narcoterrorismo, terrorismo, distribución de narcóticos y lavado de dinero. Los mismos cargos fueron presentados contra su asociado, Robert Sensi, de 75 años, de Boca Ratón, Florida.

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La acusación presentada por un jurado investigador federal en Manhattan dice que Campo y Sensi hicieron tratos con una fuente confidencial que se hacía pasar por miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación, pero que en realidad estaba siendo dirigida por funcionarios policiales. El secretario de Estado Marco Rubio designó al grupo como organización terrorista extranjera en febrero.

Campo presumió de su experiencia previa en la policía durante conversaciones con la fuente, dijeron las autoridades. Comenzó su carrera como agente de la DEA en Nueva York y ascendió a subdirector de operaciones financieras de la agencia, según la acusación.

Él y Sensi acordaron lavar alrededor de 12 millones de dólares para el cártel y convirtieron alrededor de 750,000 dólares en efectivo a criptomoneda para el grupo, dice la acusación. También proporcionaron un pago por aproximadamente 220 kilogramos de cocaína que, según les dijeron, se distribuiría y vendería en Estados Unidos por alrededor de 5 millones de dólares, y obtendrían una parte de las ganancias, según las acusaciones.

También dijeron que investigarían cómo adquirir drones comerciales y armas de grado militar para el cártel, incluyendo rifles semiautomáticos AR-15, carabinas M4, lanzagranadas y granadas propulsadas por cohetes, alega la acusación.

Se dejaron mensajes en teléfonos listados para Campo el viernes. No se pudo encontrar de momento información de contacto para Sensi. Los registros judiciales no enumeraban abogados para ellos. Se prevé que ambos comparezcan en el tribunal federal de Manhattan el viernes por la tarde.

“Según la acusación, Paul Campo y Robert Sensi se asociaron para ayudar al CJNG, uno de los cárteles mexicanos más notorios que es responsable de innumerables muertes a través de la violencia y el tráfico de drogas en Estados Unidos y México”, dijo Jay Clayton, fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York, en un comunicado. “Al participar en este ardid, Campo traicionó la misión que se le confió durante su carrera de 25 años con la DEA”.

El administrador de la DEA, Terrance Cole, agregó en el mismo comunicado que, aunque Campo ya no está empleado por la DEA, la actividad de que se le acusa deshonra a los actuales oficiales de la ley y socava la confianza pública en la policía.

La DEA ha sido sacudida en los últimos años por varios casos embarazosos de mala conducta en sus filas. The Associated Press ha contabilizado al menos 16 agentes en la última década acusados de cargos federales que van desde pornografía infantil y tráfico de drogas hasta filtración de inteligencia a abogados defensores y venta de armas a asociados de cárteles, lo que pone de relieve grandes huecos en la supervisión de la agencia.

En 2021, la agencia implementó nuevos controles sobre cómo se pueden usar los fondos de la DEA en operaciones encubiertas de lavado de dinero, y advirtió a los agentes que ahora pueden ser despedidos por una primera ofensa de mala conducta si es lo suficientemente grave, un cambio respecto a administraciones anteriores.