Myrtle Beach, Carolina del Sur. La amenaza de Florence, que ya ha demostrado ser letal con sus casi incesantes lluvias, sus marejadas ciclónicas y sus fuertes vientos, está lejos de acabar ya que los restos de lo que fue un gran huracán seguirán sobre las Carolinas, en la costa sureste de Estados Unidos, durante días. 

El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, dijo que Florence es un "monstruo al que nadie invitó” que podría arrasar comunidades enteras mientras se mueve tierra adentro. 

"El hecho es que esta tormenta es letal y sabemos que quedan días hasta que termine”, agregó. 

Florence, una masa de vientos con fuerza de tormenta tropical de 560 kilómetros (350 millas) de ancho, seguía empapando el sureste de Estados Unidos la madrugada del sábado tras elevar el nivel del mar. Los equipos de rescate usaron barcos para mover a más de 360 personas de una zona afectada por la crecida de un río en New Bern, Carolina del Norte, mientras muchos otros vecinos esperaban la llegada de ayuda. Docenas de personas tuvieron que ser sacadas de un motel que colapsó.

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El meteoro derribó árboles, dañó edificios y carreteras y dejó sin electricidad a casi 930,000 viviendas y empresas, aunque el número de afectados podría seguir subiendo. 

Una mujer y un bebé fallecieron cuando un árbol cayó sobre una casa, según un tuit de la policía de Wilmington. Además, un hombre de 77 años habría sido derribado por el viento y murió cuando salió a revisar a sus perros de caza, dijeron las autoridades del condado de Lenoir. Otro hombre falleció electrocutado mientras intentaba conectar extensiones bajo la lluvia, reportó la oficina del gobernador.

Las marejadas ciclónicas -paredes de agua procedente del océano que el huracán empuja tierra adentro- alcanzaron los 3 metros (10 pies) de altura. 

En la madrugada del sábado, los vientos máximos sostenidos de Florence se habían debilitado hasta los 80 km/h (50 mph). El meteoro seguía avanzado tierra adentro a 7 km/h (5 mph) a unos 55 kilómetros (35 millas) al oeste de Myrtle Beach, en Carolina del Sur. 

El huracán entró por Wilmington.