Miami. El gobierno del estado de Florida borró los colores de la bandera de la diversidad sexual en un cruce peatonal frente al club Pulse en Orlando, donde 49 personas LGBTI murieron en un tiroteo en 2016, según denunció este jueves el senador estatal Carlos Guillermo Smith.

El legislador, el primer senador latino LGBTI del estado, acusó de “vandalismo ilegal” al Departamento de Transporte de Florida (FDOT, en inglés) por borrar los colores del arcoíris a mitad de la noche en medio de un esfuerzo del Gobierno estatal por eliminar este tipo de cruces en toda la región.

Relacionadas

“El cruce de arcoíris se pintó aquí no solo para recordar las vidas de las 49 personas, en su mayoría LGBTQ y de color, que asesinaron aquí, pero también para mantener seguros a los peatones y visitantes que vienen aquí año tras años a mostrar su respeto por las vidas arrebatadas aquí”, declaró en un video desde el sitio.

La pintura de colores rendía homenaje a las víctimas de la mayor masacre en la historia reciente contra la comunidad LGBTI en Estados Unidos, pues el 12 de junio de 2016 un tirador dejó 49 muertos y 53 heridos en el club Pulse, en su mayoría latinos de minorías sexuales.

Organizaciones civiles ya habían criticado en el último aniversario del atentado al gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, por omitir cualquier referencia a las comunidades LGBTI e hispanas en su pronunciamiento para recordar el atentado.

“No puedo creer que la Administración de DeSantis haya realizado este acto tan hostil contra la ciudad de Orlando, que haya insultado a las familias y sobrevivientes de esta horrible tragedia, y que lo hayan hecho de esta manera, en medio de la noche porque sabían que era algo malo”, comentó ahora el senador Smith.

El hecho ocurre mientras trasciende que el FDOT ha enviado cartas a ciudades como Miami Beach y Cayo Hueso (Key West), bastiones de la comunidad LGBTI, para que eliminen sus cruces de arcoíris o afronten sanciones económicas a partir del 3 de septiembre.

DeSantis ha impulsado restricciones como la realización en público de shows con ‘drag queens’, una ley bautizada por sus críticos como ‘Don’t say gay’ (No digas gay) que prohíbe hablar de orientación sexual e identidad de género en escuelas, y la ‘Stop WOKE’, que restringe discusiones sobre racismo y sexismo en aulas y oficinas.