Liberado de la prisión donde había estado cumpliendo condena por estafar a sus donantes de campaña, el exrepresentante George Santos dice que su experiencia tras las rejas lo volvió más humilde, pero no le preocupa la “indignación” de los críticos molestos por el indulto que recibió del presidente Donald Trump.

“Estoy bastante seguro de que si el presidente Trump hubiera perdonado a Jesucristo en la cruz, también habría tenido críticos”, declaró Santos en una entrevista el domingo en CNN.

Santos, quien ganó su cargo tras inventar una falsa identidad como un negociador de Wall Street, se declaró culpable de fraude y robo de identidad el año pasado y comenzó a cumplir una condena de siete años en julio en una prisión en Nueva Jersey. Pero Trump ordenó su liberación el viernes después de haber cumplido solo 84 días. Trump llamó a Santos un “pícaro”, pero dijo que no merecía una sentencia severa y que debería recibir crédito por votar republicano.

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Hablando en “State of the Union” de CNN, Santos indicó que “aprendí mucho” y “aprendí a tener humildad” mientras estaba en prisión.

También se disculpó con sus antiguos electores en su distrito congresional de Nueva York, diciendo que estaba “en una bola de fuego caótica” cuando cometió sus delitos. Santos admitió el año pasado haber engañado a donantes y robado las identidades de 11 personas, incluidos miembros de su propia familia.

Pero cuando se le preguntó sobre los compañeros republicanos descontentos porque Trump lo liberó tan pronto, Santos respondió que otros indultos presidenciales habían sido peores, citando la decisión del presidente Joe Biden de perdonar a su hijo, Hunter, por delitos de armas e impuestos.

“Así que discúlpenme si no estoy prestando demasiada atención a la indignación de mis críticos”, señaló Santos.

Como parte de su declaración de culpabilidad, Santos acordó pagar una restitución de 373,750 dólares y devolver 205,003. Pero la orden de clemencia de Trump parecía eximirlo de pagar más multas o restituciones.

Santos sostuvo que se le ha concedido una segunda oportunidad y prometió “hacer reparaciones” pero cuando se le preguntó si devolverá el dinero a los donantes de campaña que había defraudado, dijo que solo si era necesario.

“Si la ley me lo exige, sí. Si no, entonces no”, afirmó Santos.

Santos había apelado directamente a Trump, citando su lealtad a la agenda del presidente y al Partido Republicano en una carta publicada el 13 de octubre en The South Shore Press. Pero dijo el domingo que no tenía expectativas y se enteró de su conmutación por otros reclusos que vieron la noticia en televisión.

Las revelaciones de que Santos inventó gran parte de su historia de vida surgieron solo semanas después de que se convirtiera en el primer republicano abiertamente gay en ser elegido para el Congreso en 2022.

Santos había dicho durante su campaña que era un exitoso consultor de negocios con una considerable cartera de bienes raíces. Pero finalmente admitió haber exagerado su biografía. Nunca se graduó de Baruch College, donde había afirmado ser un destacado jugador del equipo de voleibol de esa universidad. Nunca trabajó en Citigroup ni en Goldman Sachs. No poseía propiedades.

En realidad, estaba luchando financieramente, había pasado por varios trabajos, incluido uno para una empresa acusada de operar un esquema Ponzi, e incluso enfrentó un desalojo.

Después de convertirse en solo la sexta persona en ser expulsada del Congreso, Santos ganó cientos de miles de dólares vendiendo videos personalizados al público en Cameo. Regresó al servicio el domingo.