George W. Bush no mintió sobre las armas de destrucción masiva en Irak, afirma su ex asesor Karl Rove

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Washington.- El ex presidente George W. Bush no mintió para conducir a Estados Unidos a la invasión de Irak en 2003, porque tenía la convicción de que en ese país había armas químicas y radioactivas, según revela en un libro el ex asesor político Karl Rove.
Rove, a quien los medios políticos estadounidenses consideraban la "eminencia gris" en el Gobierno Bush, ha publicado sus memorias en 516 páginas y bajo el título "Coraje y Consecuencias".
"¿Hubiese ocurrido la guerra de Irak sin las armas de destrucción masiva?", se pregunta Rove en su libro. "Lo dudo".
El presidente Bush sostuvo que el régimen del presidente Saddam Hussein poseía armas químicas, biológicas y radioactivas y que su renuencia a mostrarlas y deshacerse de ellas justificaba una intervención militar extranjera.
Con ese argumento Bush obtuvo en 2002 una autorización del Congreso para usar los medios que creyera necesario a fin de eliminar el supuesto arsenal que estaba en Irak.
En marzo de 2003 Estados Unidos invadió Irak. Durante meses equipos de expertos militares estadounidenses buscaron las "armas de destrucción masiva", y nunca las encontraron.
"Es muy poco probable que el Congreso hubiese apoyado la resolución sobre el uso de la fuerza sin la amenaza de las armas de destrucción masiva", indicó Rove.
"El mismo Gobierno de Bush probablemente habría buscado otros medios de contener a Saddam, lograr un cambio de régimen y lidiar con las horrorosas violaciones de los derechos humanos en Irak".
Rove sugiere en el libro que Hussein puede haber destruido la mayor parte de su arsenal proscrito o podría haberlo trasladado a otros países como Siria antes de la guerra.
"Pero no me hago ilusiones: el hecho de que no se encontraran los arsenales proscritos causó un gran daño a la credibilidad del Gobierno (de Bush)", agregó.