Nueva York. Ghislaine Maxwell, quien fue el brazo derecho del fallecido magnate Jeffrey Epstein, le dijo al juez el viernes en su juicio por tráfico sexual que no testificará en su defensa.

El juez le solicitó a la socialité británica que se pusiera de pie, y le dijo que tenía el derecho de dar su testimonio en su propia defensa, pero también el derecho a no hacerlo.

Su señoría, el gobierno no ha demostrado sus argumentos más allá de una duda razonable, así que no hay razón para que yo testifique”, respondió Maxwell.

Maxwell, de 59 años, se ha declarado inocente de cargos de tráfico sexual derivados de su interacción con cuatro chicas adolescentes de 1991 a 2004.

Ghislaine Maxwell aún sigue en la espera del resultado de su audiencia de fianza en el Centro de Detención Metropolitano de Nueva York.
Ghislaine Maxwell aún sigue en la espera del resultado de su audiencia de fianza en el Centro de Detención Metropolitano de Nueva York. (Agencia EFE)

El juicio tomó un giro este viernes, después de que la defensa de la acusada renunciara a convocar a más testigos, por lo que la semana que viene podría conocerse el veredicto del jurado.

La defensa, que había anunciado que convocaría a 35 testigos, anunció a la jueza que lleva el proceso que ya no llamará a más personas a testificar, por lo que limitó sus intervenciones a la jornada de ayer y la mañana de hoy, viernes, algo que según los medios especializados en tribunales deja una pobre impresión de inconsistencia sobre su estrategia.

Antes de concluir la sesión de hoy, la jueza Alison Nathan, preguntó a Maxwell, acusada de tráfico sexual de menores, si deseaba declarar ante el jurado, a lo que ella se negó.

El juicio contra Ghislaine Maxwell ha llegado a sus argumentos finales, después de que la Fiscalía intentara demostrar que Maxwell actuó como una “madame” llevando menores a Epstein para que este abusara de ellas, y con su defensa tratando de desacreditar los testimonios de las cuatro denunciantes de Maxwell que tomaron la palabra.

El juicio, que se celebra en el Tribunal Federal del Este de Nueva York, ha despertado una gran atención mediática, a pesar de que el juzgado no es Epstein, quien en agosto de 2019 se suicidó en una prisión en la que esperaba el comienzo de su proceso.

En la sala del tribunal se han escuchado los nombres de famosos, personalidad y expolíticos que mantuvieron relación con el multimillonario, que supuestamente abusaba de jóvenes en las casas que tenía en Nueva York, Nuevo México, Florida e Islas Vírgenes, donde era dueño de una isla.

Se ha mencionado a los expresidentes de Estados Unidos Donald Trump y Bill Clinton, al fundador de Microsoft Bill Gates, al príncipe Andrés de Inglaterra, el actor Kevin Spacey o varios senadores estadounidenses.

Sin embargo, el proceso no está encaminado a dilucidar la red de tráfico sexual de Epstein o qué personas o personalidades participaron en esta actividad, sino a conocer el supuesto papel de la acusada como intermediaria necesaria.

Maxwell, que posee tres nacionalidades (británica, francesa y estadounidense) y es hija del polémico empresario Robert Maxwell que fue dueño del diario sensacionalista “The Daily Mirror”, está acusada de captar, preparar y presentar niñas a Epstein con el objetivo de que este abusara de ellas. Unos abusos, en los que, según las supuestas víctimas, ella también participó.

Los cuatro testigos principales

Para su argumentación, la Fiscalía presentó en el estrado a cuatro supuestas víctimas de Maxwell, tres de las cuales testificaron con un pseudónimo para preservar su identidad: Jane, Kate y Carolyn.

Jane, la principal testigo, contó cómo cuando tenía entre 14 y 16 años la celebridad británica, famosa por sus relaciones sociales, contactó con ella en un campamento de verano para jóvenes con talentos artísticos, se ganó su confianza elevando su autoestima y llevándola de compras y a espectáculos y, finalmente, la convenció para hacerle masajes a Epstein y que este abusara de ella.

Estos supuestos abusos, en los que Maxwell participó activamante, según Jane, en al menos dos ocasiones, tuvieron lugar en Palm Beach (Florida), donde residían tanto Epstein como Jane, así como en Nuevo México, a donde Jane se trasladó en varias ocasiones.

Por su parte, Carolyn relató que tenía 14 años cuando empezó a frecuentar la casa que Epstein tenía en Palm Beach y que el multimillonario abusó de ella en más de 100 ocasiones, lo que la empujó a consumir drogas.

Mediante el testimonio de Kate, cuya relación con Maxwell y Epstein no constituye delito ya que ocurrió cuando ella tenía 17 años de edad, la Fiscalía quiso incidir en el modus operandi de la acusada quien, según Kate, se ganó su confianza después empezó a hablar abiertamente de sexo, la convenció para masajear al magnate y, finalmente, la dejó a solas con él para que tuvieran relaciones sexuales.

La única supuesta víctima que testificó sin ocultar su identidad fue Annie Farmer, que al igual que el resto contó cómo Maxwell, cuando ella tenía 16 años, le masajeó los pechos, después de haberse ganado su confianza simulando amistad, prometiendo ayudarla y llevándola de compras y al cine.

La estrategia de la defensa

La abogada de Maxwell Bobbi Sternheim dejó claro desde el arranque del juicio, el pasado 29 de noviembre, la estrategia de la defensa: demostrar que las supuestas víctimas han dado un paso al frente por dinero, que sus recuerdos son vagos ya que los hechos ocurrieron en los años 90 del siglo XX y que, además, han sido manipuladas por la Fiscalía.

“Memoria, manipulación y dinero”, repitió en varias ocasiones Sternheim durante la primera vista del juicio en la que también insistió en que la Fiscalía quería convertir a Maxwell en el “chivo expiatorio” de Epstein, después del suicidio del magnate.

“Ghislaine es quien está siendo juzgada aquí. Ustedes han oído sobre la conducta de Jeffrey Epstein. Ella está llenando ese hueco, ocupando una silla vacía”, dijo Sternheim a los miembros del jurado.

Durante su turno de preguntas, los abogados intentaron, precisamente, buscar inconsistencias en los testimonios e incidir en la supuesta vaguedad de los recuerdos de los hechos.

Ayer jueves comenzaron a sentarse en el estrado los testigos de la defensa, que ha adelantado que espera presentar a 35 personas para incidir en su tesis, entre ellas Eva Dubin, que siempre ha defendido a Epstein, con quien mantuvo una relación sentimental durante once años.

Los primeros en comparecer fueron la ayudante de Maxwell Cimberly Espinosa, que alabó a su antigua jefa, y la psicóloga Elizabeth Loftus que planteó que las entrevistas con la fiscalía y las sesiones de preparación para testificar en el juicio influyeron en los recuerdos de las víctimas.