Francesco Bove, un hombre de Nueva York, fue tan horriblemente mutilado por dos Pit Bulls, que un cura le hizo la extremaunción en las afueras de una iglesia la semana pasada, según narró CNN

"Voy a morir", dijo el artista de 62 años de edad, que estaba totalmente ensangrentado. 

Anthony Bove, el hijo de la víctima, dijo que el sacerdote le hizo prometerle que continuaría luchando por su vida hasta el final. 

El ataque, según el citado medio, ocurrió el viernes y el momento fue grabado desde la ventana de un apartamento en el Bronx.

En el mismo, se ven a los dos perros sujetando los brazos de Bove con sus mandíbulas mientras movían sus cabezas con violencia arrastrando el cuerpo del hombre por toda la calle, hasta llegar a la acera. 

Buenos samaritanos trataron de detener el ataque de los canes, lanzándole cadenas y rociándoles agua con el propósito de salvarle la vida al hombre. 

"Fui al hospital y estaba convertido en pedazos", dijo el hijo de Bove, describiendo las perforaciones en los brazos de su papá, una oreja cortada y la otra, partida por la mitad, además de laceraciones por todo su cuerpo. 

El horror comenzó cuando la encargada de los perros, Cynthia Oliver, de 55 años de edad, intercambiaba palabras con la víctima, dijo el portavoz del Departamento de la Policía en Nueva York, Annette Markowski. 

Oliver estaba sosteniendo a los canes y soltó la correa, entonces, atacaron a Bove. 

La víctima caminaba en las afueras de la Iglesia Nuestra Señora del Monte Carmel cuando uno de los perros se lanzó sobre él, seguido por el otro, según su hijo. 

"Los perros comenzaron a morderlo", dijo el hijo del artista. "Él trató de apartarlos. Ellos lo dominaron", relató. 

La encargada de los perros fue llevada al hospital para evaluación psiquiátrica antes de ser arrestada por ocho cargos de asalto y dos de imprudencia temeraria. No está claro si ella tiene abogado. 

El hijo de la víctima está preocupado por el futuro de su padre, que es un artista de restauraciones y necesita sus manos para trabajar y, tras el ataque, no puede moverlas. 

"Mi padre se siente terrible de que, probablemente, los perros sean sacrificados", dijo Anthony Bove, quien agregó que su progenitor es, contradictoriamente, encargado de una pitbull llamada Gina y de cinco gatos.