El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se encuentra en el ojo de la polémica luego de interrumpir el tratamiento de un niño de cuatro años que padece un cáncer de riñón en etapa 4 para deportarlo junto con su familia, pese a que es ciudadano estadounidense.

Las restrictivas políticas migratorias del presidente Donald Trump trascienden límites inimaginables, y debido a su obstinado plan, las consecuencias las pagan en ocasiones quienes menos responsabilidad tienen. Así fue que un niño fue deportado a Honduras junto con su hermana, ambos estadounidenses, en un vuelo realizado el pasado 25 de abril, señala una demanda federal presentada en el Distrito Medio de Luisiana el 31 de julio.

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Los dos pequeños ciudadanos fueron expulsados del país junto con su madre, oriunda de Honduras, quien no contaba con un estatus legal en el país norteamericano. De acuerdo a los documentos judiciales, citados por el medio Sacramento Bee, el niño recibía un tratamiento “que le salvó la vida” en un hospital infantil de Nueva Orleans, pero la detención interrumpió este proceso.

A causa de su deportación, la madre del niño tuvo que enviar en reiteradas ocasiones al pequeño a Estados Unidos con un acompañante de viaje para continuar el tratamiento, pagando boletos de avión que no puede sustentar debido a su situación económica actual.

En la denuncia, los demandantes solicitan que el tribunal declare que ICE arrestó, detuvo y deportó erróneamente a los implicados en violación de sus derechos constitucionales.

La defensa del DHS sobre el polémico caso de ICE

Al presentar la demanda, la madre del pequeño ciudadano estadounidense sostuvo que ella quería que sus dos hijos permanezcan en Estados Unidos a causa de la enfermedad que atraviesa el joven y los tratamientos médicos a los que debe someterse. En esa línea, alegó que ICE les negó el acceso a un abogado y los deportó en menos de un día sin permitirle hacer los arreglos necesarios para que sus hijos permanezcan en el país.

Desde su lugar, la subsecretaria de Asuntos Públicos del DHS, Tricia McLaughlin, sostuvo que la información es “falsa y errónea”, y aseguró que fue la madre quien decidió que sus hijos fueran expulsados con ella.

“En lugar de separar a sus familias, el ICE preguntó a las madres si querían ser deportadas con sus hijos o si preferían que el ICE los colocara con alguien seguro que ellas designaran", declaró McLaughlin, remarcando que en este caso “la madre decidió llevarse a sus hijos de regreso a Honduras“.