Miami.- Un luminoso día el 1ro de enero del 2010, un pequeño grupo de inmigrantes, incluida una joven pareja de enamorados, se calzaron zapatillas donadas e iniciaron un recorrido a pie de 2.400 kilómetros (1,500 millas) de Miami a Washington.

El objetivo era sencillo: llamar la atención a las penurias de jóvenes que vivían en Estados Unidos ilegalmente y pedir al presidente Barack Obama que emitiese una orden para suspender las deportaciones de millones de inmigrantes como ellos.

Decenas de parientes y amigos los despidieron. Juan Rodríguez puso su mano en la espalda de su pareja, Felipe Sousa Matos. Las hermanas de Matos, una de las cuales también estaba en el país sin autorización, no pudo evitar el llanto. "Prométeme que volverás", le dijo, temerosa de lo que pudiese suceder con estos jóvenes durante su paso por carreteras rurales del sur del país.

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Es fácil olvidarse lo mucho que han cambiado las cosas desde esa caminata, conocida como "Trail of Dreams", o "Camino al sueño". Cinco años atrás, el movimiento a favor de los inmigrantes que están en el país sin permiso estaba estancado y mucha gente consideraba que estos muchachos luchaban por una causa perdida. El matrimonio entre personas de un mismo sexo, por otra parte, era legal solo en un puñado de estados.

Esta madrugada, sin embargo, Florida pasó a ser el 36to estado que reconoce el matrimonio gay. Y Obama dejó en suspenso en el 2012 la deportación de millones de jóvenes traídos ilegalmente al país cuando eran menores. En noviembre del año pasado amplió esa medida, que ahora podría cobijar a entre 4 y 5 millones de inmigrantes.

Sousa Matos, quien hoy lleva el apellido Sousa-Rodríguez, y su pareja son líderes del movimiento a favor de la causa de los inmigrantes no autorizados, están casados y sueñan con tener hijos algún día.

Su historia es al mismo tiempo un romance moderno y una muestra de lo mucho y lo rápido que están cambiando las cosas en dos de los terrenos más polémicos de esta época en Estados Unidos.