El sueño de muchos jóvenes es migrar a Estados Unidos con el fin de buscar nuevas oportunidades y mejorar su calidad de vida. Muchas personas viajan solas, sin sus familiares más cercanos. Esa es la historia de José Sayago Ramírez, un colombiano de 22 años de edad, que decidió buscar el sueño americano y hoy se enfrenta a un duro cáncer testicular, lejos de su familia.

EL TIEMPO habló con José y él contó cómo es enfrentar esta dura enfermedad y el fuerte tratamiento lejos de todos sus seres queridos. Asimismo, indicó que su madre, la señora Gladys Ramírez solicitó la visa de emergencia para poder acompañarlo durante las sesiones de quimioterapia, pero se la negaron.

“Todo comenzó hace aproximadamente seis meses cuando estaba durmiendo, y mientras daba la vuelta me lastimé un testículo. Este se inflamó, pero no me preocupé porque no sentía dolor. Tiempo después me empecé a sentir mal y a notar un cambio drástico en mi peso. Ya estaba débil”.

José le contó a este medio que, tras estos síntomas y sentirse debilitado, decidió ir al hospital de Nashville, donde le realizaron una serie de exámenes y le dijeron que debía ser trasladado a una unidad especializada y debía ser operado de urgencia porque tenía cáncer en el testículo derecho.

Con su voz bastante debilitada, el joven, oriundo de Santander, narra que nunca pensó que su pérdida de peso y la debilidad estuvieran relacionadas con cáncer, pues fueron los únicos síntomas que presentó. “No sentí dolor ni nada de eso”.

El joven de 22 años actualmente vive en Nashville, Tennessee. Allí se sometió a la extirpación de su testículo derecho y a un duro proceso de quimioterapias. Asegura que su madre, la señora Gladys Ramírez, intentó obtener la visa para ir a acompañarlo, pero le fue negada. Afirma que se siente muy solo y desea poder estar con su mamá.

“Acá no he tenido el apoyo de alguien que me ayude a pasar esta enfermedad. Esta enfermedad es muy fuerte, afecta mucho la mente. A mí me ha tocado estar solo y en momentos duros, todo lo que ha pasado me ha afectado demasiado”, asegura en diálogo con EL TIEMPO.

Asimismo, pide ayuda para que su mamá pueda viajar a apoyarlo y cuidarlo durante los procesos de quimioterapia, pues solo quiere recuperarse para volver a tener una vida normal. Relata que luego de la cirugía, las células cancerígenas se extendieron a varias partes de su cuerpo.

Ya la enfermedad se me extendió para el hígado, los pulmones y también tengo tumores en la cabeza”, relata José, quien agregó que desde que supo de la enfermedad su madre, la señora Gladys Ramírez empezó a solicitar una visa humanitaria, que le fue negada, pues el asistente consular le indicó que no contaba con las pruebas suficientes de la enfermedad de su hijo, según contó la mujer a EL TIEMPO.

“Yo quiero que me ayuden a conseguir la visa de mi mamá para que ella me pueda venir a colaborar y darme el apoyo moral que necesito”, pide José, quien decidió compartir su historia con el mundo para poder obtener ayuda.

“Me gustaría mandarle un fuerte mensaje a las autoridades migratorias de la visa humanitaria. Pedirles que me colaboren en estos momentos. Uno como ser humano está en un momento de debilidad. Yo lo que le pido es que le den otra oportunidad para sacar la visa humanitaria”, dice.

“Yo espero lograr que las autoridades migratorias de los Estados Unidos, la embajada, escuchen mi historia para que ellos se ablanden y le den la visa humanitaria a mi mamá. Y le pido al público que comparta mi historia porque soy un joven de 22 años que tiene ganas de poder vivir y ser fuerte”.

“Tengo ganas de seguir luchando, compartir mi historia para motivar a los demás porque yo solamente tal vez hoy me toca a mí, mañana le puede tocar a alguno de ustedes. Quiero que se ponga la mano en el corazón”, puntualizó José, en la conversación que tuvo con este medio.

El departamento de oncología del Centro de Investigación Greco-Hainsworth, de Tennessee, envió una carta dirigida al Ministerio de Relaciones Exteriores, donde solicita la compañía de un familiar que pueda asistir a José durante los próximos meses, durante el tratamiento al que debe ser sometido.