El jurado comenzó a deliberar el lunes en el caso de tráfico sexual de Sean “Diddy” Combs, sopesando cargos que podrían llevar al magnate del hip hop a prisión de por vida.

Después de recibir instrucciones legales del juez federal Arun Subramanian durante más de dos horas, el jurado compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres se dirigió a deliberar a puerta cerrada. Estarán revisando siete semanas de testimonios a veces gráficos y emocionales sobre la propensión del empresario del rap, la moda y la televisión a la violencia y sus predilecciones sexuales, incluidos maratones sexuales impulsados por drogas denominados “freak-offs” o “noches de hotel”.

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Combs, de 55 años, se ha declarado no culpable de cargos federales de conspiración para crimen organizado, dos cargos de tráfico sexual —relacionados con dos de sus exnovias— y dos cargos de transporte para participar en prostitución por supuestamente organizar el traslado de trabajadoras sexuales a través de las fronteras estatales.

En los argumentos finales la semana pasada, los fiscales federales y el equipo de defensa de Combs hicieron sus últimos intentos para convencer a los jurados de condenar o absolver al fundador de Bad Boy Records galardonado con el Grammy.

“El acusado usó poder, violencia y miedo para obtener lo que quería”, afirmó la fiscal federal adjunta Christy Slavik. “Pensó que su fama, riqueza y poder lo ponían por encima de la ley”.

Ella dijo que usó su “círculo íntimo cercano y un pequeño ejército de personal, cuya misión cumplir cada deseo del acusado, promover su poder y proteger su reputación a toda costa”.

El abogado defensor Marc Agnifilo respondió: “Esto no se trata de un crimen. Se trata de dinero”. Señaló que una de las acusadoras de Combs en el caso penal también lo demandó en un tribunal civil.

”Él no es un mafioso. No es un conspirador para cometer crimen organizado. No es ninguna de estas cosas. Es inocente. Está ahí sentado inocente. Devuélvanlo a su familia, que ha estado esperando por él”, dijo el abogado a los jurados.

En total, 34 testigos declararon, encabezados por las exnovias de Combs, Cassie —la cantante de R&B cuyo nombre legal es Casandra Ventura— y “Jane”, quien testificó bajo un seudónimo. Ambas mujeres dijeron que a menudo era violento con ellas. Cassie dijo que la obligó a participar en cientos de encuentros con trabajadores sexuales masculinos pagados, mientras que Jane relató numerosas “noches de hotel”.

Los jurados también vieron un video de cámaras de seguridad muy difundido en el que Combs golpea, patea y arrastra a Cassie en un hotel de Los Ángeles en 2016 así como videos de encuentros sexuales.

Combs optó por no testificar, y sus abogados no llamaron a ningún testigo en su defensa. Sus abogados eligieron en su lugar desafiar la credibilidad de las acusadoras durante largos interrogatorios cruzados.

La defensa ha reconocido que Combs incurrió en violencia, pero sus abogados sostienen que los actos sexuales fueron consensuados. Argumentan que los fiscales están invadiendo la vida personal de Combs y que no ha hecho nada que justifique los cargos en su contra.