Washington. El Senado se embarcó el viernes en un maratónico proceso de votación de enmiendas al paquete de estímulo económico frente al COVID-19, por valor de $1.9 billones, del que se ha caído la propuesta de aumentar el salario mínimo federal hasta $15 la hora, en medio de un agrio debate entre los demócratas y los republicanos.

Inamovible ante las maniobras dilatorias de los conservadores, que el jueves forzaron la lectura en voz alta del texto de 628 páginas durante 10 horas, 43 minutos y 9 segundos hasta la madrugada del viernes, el líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, advirtió hoy viernes que seguirán el tiempo que sea necesario.

“Habrá un largo proceso de enmiendas, como requieren las reglas del Senado. El Senado va a tener muchas votaciones, pero vamos a sacar adelante y finalizar la ley, tome el tiempo que tome. Los estadounidenses cuentan con nosotros y nuestra nación depende de esto”, señaló Schumer al inicio de la sesión.

Por su parte, el líder de los conservadores en la Cámara Alta, Mitch McConnell, arremetió contra esta iniciativa, impulsada por el presidente, Joe Biden, para lograr un tercer rescate, tras los aprobados en marzo y diciembre, por $2.3 billones y $900,000 millones.

“Esto no es un paquete de rescate pandémico -aseguró McConnell-, esto es un desfile de los proyectos favoritos de la izquierda, que están forzando durante una pandemia. Podríamos haber trabajado juntos para hacer algo inteligente para ayudar a terminar esta lucha lo más rápido posible. Los demócratas han decidido hacer otra cosa”.

Más de un centenar de enmiendas

Por ello, el dirigente de la minoría republicana dijo que los miembros de su partido -que rechaza este proyecto de ley porque lo considera demasiado costoso- han presentado enmiendas para “intentar mejorar” la propuesta.

“Estamos a punto de votar todo tipo de enmiendas con la esperanza de que algunas de estas ideas lleguen al producto final”, indicó.

Los republicanos han presentado más de un centenar de enmiendas que tendrán que votarse en las próximas horas en la cámara, antes de que el Senado encare la votación final sobre la iniciativa, que podría producirse durante el fin de semana.

Aun en el caso de que el paquete obtenga la luz verde en este hemiciclo, tendrá que volver a la Cámara Baja, dominada por los demócratas, para una última votación sobre la versión enmendada en el Senado, antes de que llegue a la mesa de Biden para su rúbrica definitiva, que los progresitas esperan que se produzca antes del 14 de marzo, cuando expiran las prestaciones por desempleo.

Pese al gran volumen de enmiendas de los republicanos, la primera en ser sometida a votación en la Cámara Alta fue una del senador por Vermont, el izquierdista Bernie Sanders, para incrementar el salario federal mínimo a $15 la hora, que fue rechazada con 58 votos en contra y 42 a favor (necesitaba un mínimo de 60 respaldos).

La hora y 40 minutos que duró la votación sobre la enmienda de Sanders frente a la media hora habitual ha hecho que demócratas y republicanos vuelvan a negociar sobre un calendario para las siguientes horas.

Los progresistas controlan el Senado por una ajustada mayoría, al contar con 50 escaños más el voto de desempate de la vicepresidenta del país, Kamala Harris, que actúa como jefa de la cámara.

Lo normal en la Cámara Alta es que las leyes requieran de un apoyo de 60 senadores, pero para esta propuesta los demócratas están empleando una táctica legislativa denominada “reconciliación”, que permite su aprobación por mayoría simple.

Por encima el desempleo

Mientras que el proceso se eterniza en el Capitolio, millones de estadounidenses sufren las consecuencias económicas de la pandemia.

Según los datos del Gobierno publicados este viernes, durante el mes de febrero el índice de desempleo en el país se situó en el 6.2%, una décima menos que el mes anterior, lo que coloca a esta tasa en el punto más bajo desde el inicio de la pandemia.

Esto supone que el número de desempleados se redujo a 10 millones, una cifra “todavía muy por encima” de los niveles prepandémicos de febrero del año pasado, cuando había unos 5.7 millones de personas sin trabajo.

Ante estos datos, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, calculó que tomará dos años alcanzar los niveles de empleo de antes de la pandemia, e incluso más tiempo, si se sigue al ritmo de recuperación de los últimos tres meses, lo que consideró como “inaceptable”.

En ese sentido exhortó a que, “el Congreso debe aprobar el plan de rescate estadounidense ya, para que podamos hacer que los estadounidenses regresen al trabajo y podamos ofrecer ayuda a las millones de personas que están sufriendo”.

El propio Biden afirmó este viernes que el plan de rescate es “urgentemente necesario”, en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca antes de una reunión con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

“El plan de rescate es absolutamente esencial para darle la vuelta a esto, devolver a los niños a las escuelas de manera segura y dar un salvavidas a los pequeños negocios y vencer el COVID-19”, destacó.

Entre otras medidas, el paquete de estímulo recoge nuevos pagos directos de $1,400 a los contribuyentes que tengan ingresos inferiores a los $80,000 anuales por persona o $160,000 por pareja, y la extensión hasta agosto de las prestaciones por desempleo, que caducan el 14 de marzo.

Asimismo, incluye un rescate de $350,000 millones para Gobiernos locales y estatales; $20,000 millones para un plan nacional de vacunación; y otros $50,000 millones para el sistema de pruebas de COVID-19.