Mercedes-Benz ha aceptado pagar 149.6 millones de dólares a las autoridades estadounidenses para poner fin a la demanda presentada por los estados del país por el uso de software ilegal que falseaba las emisiones de sus vehículos diésel.

El acuerdo fue anunciado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, en un comunicado en el que explicó que, como parte del acuerdo, Mercedes-Benz también pagará 2,000 dólares a los propietarios de vehículos que fueron reparados para cumplir con la normativa de emisiones.

“La compañía también deberá adoptar amplias medidas correctivas para prevenir futuras conductas indebidas y cumplir con estrictos requisitos de supervisión”, añadió el texto.

“Mercedes prometió a los neoyorquinos coches limpios y ecológicos, pero en su lugar vendió vehículos que contaminaban nuestro aire y ponían en riesgo la salud pública”, afirmó James.

En 2020, la fiscal general de Nueva York inició una investigación, junto con otros ocho fiscales generales, que concluyó que Mercedes-Benz instaló en centenares de miles de vehículos diésel que vendió en EE.UU. con un software ilegal que ocultó las emisiones reales de los motores.

Entre 2008 y 2017, el fabricante alemán vendió en EE.UU. más de 200.000 vehículos equipados con el software ilegal que les permitía emitir entre 30 y 40 veces más de lo permitido.

Según el acuerdo, Mercedes-Benz pagará 120 millones de dólares a los estados que formaban parte de la demanda. Otros 29,6 millones de dólares son una sanción suspendida temporalmente, que se reducirá en 750 dólares por cada vehículo afectado que la compañía repare, retire del mercado o recompre.

En 2020, Mercedes-Benz ya aceptó pagar 1.500 millones de dólares a las autoridades federales estadounidenses por trucar los motores diésel para ocultar sus emisiones.

En 2017, otro fabricante alemán, Volkswagen, fue declarado culpable de trucar casi 600,000 vehículos diésel en EE.UU. para ocultar sus emisiones, por lo que fue condenado a pagar 4,300 millones de dólares.

En total, el llamado ‘dieselgate’ le costó a VW en EE.UU. unos 25,000 millones de dólares en multas, compensaciones y reparaciones.