Nueva York. Un miembro confeso del narcotráfico mexicano declaró ante una corte en Estados Unidos ayer, miércoles, haber conocido a Joaquín “El Chapo” Guzmán cuando lo ayudó a evadir su captura. 

Al rendir testimonio durante el juicio de Guzmán, Jesús “Rey” Zambada identificó a El Chapo en la corte y le dijo al jurado que él era uno de los narcotraficantes más poderosos en México y detalló cómo el cártel tuvo enormes ganancias al traficar tonelada tras tonelada de cocaína a Estados Unidos. 

Zambada -un contador de 57 años arrestado en 2008 que está detenido en Estados Unidos- fue el primero de varios testigos dispuestos a ofrecer al jurado una visión interna de un grupo del narcotráfico conocido por su ambición por las drogas, el dinero y la violencia. 

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En uniforme azul de presidario y con gafas polarizadas, Zambada narró cuando fuerzas especiales del ejército intentaban encontrar a Guzmán cuando escapó de la prisión en 2001 en México, recibiendo la tarea de intentar encontrar un lugar en donde aterrizar un helicóptero para que huyera el capo. 

Al dirigirse la cocaína hacia el norte, se disparaban las ganancias, dijo. Un kilo comprado en Colombia por 3,000 dólares, generaría 20,000 dólares en Los Ángeles, 25,000 en Chicago y 35,000 en la ciudad de Nueva York, agregó. 

Zambada testificó que dirigía una bodega del cártel en Ciudad de México que procesaba entre 80 y 100 toneladas de cocaína al año, un volumen que les dio miles de millones en ganancias. A través de sobornos, dijo, controlaba el aeropuerto en la Ciudad de México y a la autoridad. 

El testimonio, que continuará hoy, jueves, fue durante el segundo día del juicio en un tribunal federal en Brooklyn, en donde Guzmán se declaró inocente de los cargos de narcotráfico tras ser extraditado a Estados Unidos el año pasado.

La defensa asegura que los testigos que cooperan -como Zambada- son mentirosos que buscan reducir sus propias sentencias. 

“Están aquí porque quieren salir de la cárcel como sea”, dijo el miércoles Jeffrey Lichtman, miembro del equipo de abogados de Guzmán, en la continuación de su alegato inicial que comenzó el martes. 

A pesar de baja estatura -de ahí su apodo-, Guzmán llegó a ser un notorio capo tanto temido como admirado en México. La defensa intenta acabar con esa reputación al presentarlo como una figura secundaria en un cártel del narcotráfico que -dicen sus abogados- en realidad estaba bajo el control del prófugo de “El Mayo” Zambada. 

Antes del testimonio del miércoles, los fiscales mostraron el video de un túnel que va de México a un depósito en Arizona, presuntamente utilizado por Guzmán para acelerar la entrega de droga. El depósito estaba apenas a dos cuadras de una oficina de la aduana estadounidense en la ciudad de Douglas, fronteriza con México. 

El agente de aduana retirado, Carlos Salazar, dijo que la complejidad del túnel sorprendió a los agentes, según los cuales contenía equipo que puede encontrarse en un taller de reparación de vehículos. 

El túnel medía la mitad de un campo de fútbol americano y era suficientemente grande como para que un hombre de 1.70 cm (5 pies, 8 pulgadas) de estatura pudiera recorrerlo casi sin inclinar la cabeza. Estaba equipado con luz eléctrica, una báscula industrial y un elevador hidráulico de un piso disimulado por una mesa de billar. 

Las autoridades utilizaron herramientas pesadas para atravesar el hormigón, dijo Salazar, y fue hasta entonces que percataron de que podían abrirlo del lado mexicano con sólo girar un grifo. 

“No sabíamos que se elevaba el piso”, agregó.