Un hombre armado con un fusil y una pistola mató a cuatro personas el miércoles en un centro médico de Tulsa, informaron autoridades, en el más reciente de una serie de tiroteos letales en diversas partes del país.

El jefe adjunto del Departamento de Policía de Tulsa, Eric Dalgleish, confirmó el número de víctimas y señaló que el tirador también murió, aparentemente quitándose la vida de un disparo.

De momento se desconoce qué fue lo que provocó el incidente.

“Parece que se usaron ambas armas, en un momento u otro, en el lugar”, precisó Dalgleish. “Los agentes que llegaron oyeron disparos en el edificio, y eso fue lo que les llevó al segundo piso”.

Los policías respondieron al llamado tres minutos después de que los operadores recibieron el reporte, e hicieron contacto con el agresor unos cinco minutos después, a las 5:01 de la tarde, informó Dalgleish.

El capitán de la policía Richard Meulenberg indicó que varias personas más resultaron heridas y que el complejo médico era una “escena catastrófica”.

Funcionarios policiales y directivos del hospital señalaron que no estaban listos para identificar a las víctimas.

El Sistema de Salud St. Francis cerró su campus debido a la situación en el edificio Natalie, el cual alberga un centro de cirugía ambulatoria y un centro de salud mamaria. Dalgleish dijo que en la segunda planta también se encuentra una clínica ortopédica donde los agentes descubrieron al tirador y a varias víctimas.

Nicholas O’Brien, un residente de Tulsa cuya madre se encontraba en un edificio cercano al momento del tiroteo, dijo a los reporteros que acudió a toda prisa al lugar.

“Estaban evacuando a las personas. No sé si algunos de ellos estaban lesionados desde antes o habían resultado heridos en el tiroteo, pero algunos de ellos no podían caminar muy bien. Iban cojeando y tropezándose al salir de ahí”, declaró.

“Estaba muy ansioso. Así que en cuanto llegué y escuché que ella (su madre) estaba bien, que el tirador había sido abatido, me sentí mucho mejor. De cualquier forma sigue siendo horrible lo que sucedió”, dijo O’Brien.

Agentes del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos también se encontraban en el lugar de los hechos, dijo un portavoz. En una escuela cercana se instaló un centro de reunificación para que las familias pudieran encontrar a sus seres queridos.

El tiroteo del miércoles se produce apenas ocho días después de que un atacante de 18 años armado con un fusil semiautomático tipo AR-15 asesinó a 19 niños y dos maestras en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, antes de ser abatido, y más de dos semanas después de un ataque racista en un supermercado de Buffalo, donde un hombre de raza blanca está acusado de asesinar a 10 personas de raza negra. Además, se registraron varios tiroteos masivos en distintos puntos del país durante el fin de semana largo por el Día de los Caídos en Guerras.

Desde enero ha habido 12 tiroteos en los que han muerto cuatro o más personas en el país, según la base de datos de The Associated Press/USA TODAY/Northeastern University. Esos tiroteos han dejado 76 muertos. El número de muertos no incluye a los presuntos atacantes.