Niño de 7 años pierde ambas piernas tras complicación de una gripe
Ahora su familia familia busca concientizar sobre las peligros de la enfermedad y la importancia de la vacuna.

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Lo que comenzó como un malestar leve previo a la Navidad terminó convirtiéndose en una emergencia médica devastadora para Kaden Stevenson, un niño de 7 años de Michigan que en diciembre de 2022 contrajo influenza A y desarrolló una infección que puso en riesgo su vida. Su caso, hoy difundido por su madre, busca alertar a otras familias sobre los peligros de la gripe y la importancia de la vacunación anual.
Según relató su madre a la revista People, Michele Stevenson, el pequeño empezó a vomitar un viernes y se mantuvo decaído durante el fin de semana. Dormir hasta tarde el día de Navidad —algo inusual para él— fue la primera señal de alarma. Cuatro días después, su condición empeoró: comenzó a quejarse de un fuerte dolor en la pierna derecha, y su abuela notó que estaba hinchada y que el niño tenía un sarpullido en todo el cuerpo.
Tras acudir a la sala de emergencias, Kaden fue trasladado al Hospital Infantil Helen DeVos, en Grand Rapids, donde fue intubado. Los médicos lo diagnosticaron rápidamente con influenza A y estreptococo, una combinación que derivó en shock tóxico, permitiendo que las bacterias invadieran su torrente sanguíneo y provocaran fallos multiorgánicos.
Los especialistas primero removieron tejido muerto de la pierna derecha, incluyendo el músculo de la pantorrilla. Sin embargo, dos semanas después informaron a la familia que el daño era irreversible y que ambas piernas debían ser amputadas debido al alcance de la infección.
La noticia, aseguró su madre, fue un golpe inesperado. Aun así, Kaden enfrentó el proceso con una actitud que sorprendió incluso a su familia. Durante su hospitalización, supo que un niño de cinco años ingresado por una infección de gripe no había sobrevivido. Ese momento, dijo Michele, marcó un cambio en su hijo.“Sobreviví. Voy a sobrevivir por ese niño”, le dijo el pequeño a su madre, frase que desde entonces ha guiado su recuperación.
La amputación coincidió con la muerte del padre de Kaden, lo que convirtió aquel periodo en uno de los más difíciles para la familia. Aun así, su madre lo describe como un niño extraordinario, capaz de mantener el ánimo incluso en circunstancias adversas.“Es mi superhéroe”, dijo. “No sé si yo habría tenido la misma fortaleza”.
A pesar de todo, Kaden se ha adaptado a su nueva vida con sorprendente rapidez. Antes de su enfermedad, era un apasionado del deporte, y hoy continúa jugando baloncesto. En casa, dice su madre, se mueve con naturalidad:“La gente ni siquiera se da cuenta de que no nació así”, comentó entre risas.
Kaden y Michele ahora colaboran con Families Fighting Flu, una organización dedicada a educar sobre los peligros de la influenza. El niño comparte un mensaje claro para otros menores:“Quiero que estén seguros y se vacunen cada año”.
Michele admite que antes de esta experiencia no comprendía la gravedad que podía alcanzar la gripe y que no sentía urgencia por vacunar a su hijo. Hoy, tras vivir lo que describe como “lo más desgarrador” de su vida, asegura que permanece alerta a cualquier signo de enfermedad en Kaden, quien continúa bajo seguimiento médico por las fallas orgánicas que sufrió y por el riesgo elevado de reinfecciones.
“He experimentado algo que no quiero que nadie tenga que vivir”, dijo. “Ahora, me mantengo al tanto de todo”.


