El estado de Nueva York registró este viernes 90,132 casos de COVID-19, un nuevo récord desde el estallido de la pandemia, y vio cómo las hospitalizaciones y los fallecimientos continúan aumentando en medio de la explosión de contagios generada por la variante ómicron, según datos oficiales dados a conocer este sábado.

Tras alcanzar un máximo histórico el 1 de enero, los contagios se habían rebajado ligeramente los últimos días, pero vuelven a aumentar con claridad ahora.

Con las cifras notificadas este sábado, el estado acumula más de cuatro millones de casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia, sobre una población de algo menos de veinte millones, que estuvo entre las más golpeadas de Estados Unidos al inicio de la crisis y que vuelve a estarlo ahora con ómicron.

En la última jornada, más de un 21% de las pruebas efectuadas en el estado resultaron positivas, lo que apunta a que los contagios reales están muy por encima del número confirmado.

Además, Nueva York informó de 295 nuevas hospitalizaciones, hasta un total de 11,843, y de 154 nuevos fallecimientos, una cifra muy alta en comparación con la situación de los últimos meses.

Este sábado, las autoridades informaron de que decenas de hospitales en el norte del estado tendrán que suspender temporalmente las operaciones no urgentes ante la saturación que viven actualmente.

“Hay una respuesta a esta subida invernal y es simple: la vacuna y la dosis de refuerzo”, señaló la gobernadora neoyorquina, Kathy Hochul, al dar a conocer los nuevos datos.

En un comunicado, Hochul subrayó que la tasa de niños vacunados es aún demasiado baja en el estado y animó a todos los padres a vacunar a sus hijos si pueden hacerlo.

En total, Estados Unidos registró el viernes más de 900,000 nuevos casos y 2,615 muertes, según los datos más recientes de la Universidad Johns Hopkins.