Washington.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inmerso en una campaña para promover la reforma del sistema sanitario público de su país, trató hoy de "vender" su mensaje al público en un supermercado.

Unos 150 empleados del supermercado Kroger en la ciudad de Bristol, en el sur de Virginia, pudieron escuchar al mandatario, quien sobre un estrado y ante una estantería repleta de sandías y melones prometía un sistema que aportará "cobertura de calidad y asequible a los estadounidenses que carecen de ella".

"Fresco diariamente" podía leerse en un gran cartel al fondo del supermercado, mientras el gobernante aseguraba: "tenemos un sistema hoy día que funciona para el sector asegurador pero no siempre le sirve a ustedes".

"Necesitamos proteger al consumidor para asegurarnos de que los que tienen cobertura reciben un tratamiento justo y que las compañías de seguros médicos deben rendir cuentas", continuaba Obama.

De esta forma, el presidente promovía su reforma sanitaria entre carteles amarillos que mostraban que las uvas estaban a 1,39 dólares la libra (3,05 dólares el kilo), los limones a casi siete dólares el kilo y prometían "¡los precios más bajos!".

En un momento dado, Obama, que tras una alocución inicial pasó a responder las preguntas de los empleados, hizo un guiño al entorno que le rodeaba al comentar que probablemente su esposa, Michelle, le enviaría un correo electrónico para pedirle "que de paso lleve una botella de leche a casa".

La Casa Blanca optó por elegir este establecimiento porque la cadena a la que pertenece es la mayor de supermercados tradicionales en Estados Unidos y proporciona a sus empleados un seguro médico de calidad.

La empresa asegura que su manera de hacer negocios se rige por los valores de la "honestidad, integridad, respeto, diversidad, seguridad e inclusión de todos".

La comparecencia de Obama era la segunda de hoy para transmitir su mensaje en defensa de la reforma del sistema de salud.

Por la mañana había comparecido en una escuela en Raleigh, en Carolina del Norte, donde mantuvo un diálogo con cerca de 2.000 votantes.

Allí consideró que es posible que haya "comenzado el principio del fin" de la recesión económica y aseguró que la reforma del sistema sanitario no solo beneficiará a los cerca de 48 millones de personas sin cobertura médica sino también a quienes ya gozan de ella, que contarán con una mayor estabilidad en el servicio.

Obama hablaba respaldado por el anuncio de hoy de avances para la reforma en el Congreso, donde la medida se encontraba estancada.

En la Cámara de Representantes, los líderes demócratas y un grupo de correligionarios suyos de corte conservador en el terreno fiscal llegaron a un acuerdo para reducir el coste de la medida y proceder a su votación para septiembre.

En el Senado, el poderoso presidente del Comité de Finanzas, Max Baucus, aseguró que se han logrado progresos "alentadores" para un proyecto de ley definitivo que recorte el coste de la medida y pueda dar cobertura al 95% de la población.