Washington. Cuando la Corte Suprema sopese el destino del “Obamacare” el martes, los argumentos girarán en torno a puntos arcanos de la ley, como la divisibilidad, que se refiere a si los jueces pueden amputar parte de la ley y dejar el resto vigente.

Pero lo que está en juego tiene consecuencias en el mundo real para prácticamente todos los estadounidenses, al igual que para el sector salud, una importante fuente de empleos y de ingresos fiscales. Si la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) se mantiene, es eliminada o queda sujeta a cambios significativos, ello afectará la forma como vive la gente en Estados Unidos.

El gobierno del presidente Donald Trump y los estados conservadores argumentan que la ley de 10 años de antigüedad se volvió inconstitucional en su totalidad cuando el Congreso redujo a cero una penalización para los que no contrataran un seguro. La corte se ha inclinado hacia la derecha política durante el gobierno de Trump.

A continuación, un vistazo sobre lo que está en juego si se imponen los opositores a dicha ley:

COVID-19, nueva enfermedad preexistente

Antes de la ACA, las aseguradoras podían negarle una póliza individual de gastos médicos a una persona, o cobrarle más, con base en sus antecedentes médicos. El organismo apartidista Kaiser Family Foundation calcula que aproximadamente 54 millones de adultos en edad laboral tienen problemas de salud que les habrían imposibilitado adquirir un seguro antes de la ley promovida por el presidente Barack Obama.

Decenas de millones más tienen problemas de salud u otras características que los habrían obligado a pagar primas más elevadas. Una de ellas es ser del género femenino, ya que las aseguradoras solían cobrarle más a las mujeres.

El COVID-19 se convertiría en la enfermedad preexistente más nueva en Estados Unidos, pues más de 10 millones de personas han dado positivo hasta ahora.

De acuerdo con la ACA, un caso de coronavirus no puede ser esgrimido como razón válida para denegarle a alguien la cobertura ni para cobrarle más. Si el Obamacare es derogado, eso se convierte en una interrogante real con la que hay que lidiar.

Trump prometió proteger siempre a las personas con problemas de salud preexistentes, pero nunca dijo cómo lo haría.

Cobertura para 20 millones de personas

Los dos principales programas de la ACA para cubrir a las personas que carecen de seguro médico serían eliminados si la ley es revocada, dejando a más de 20 millones de personas sin cobertura, a menos que el Congreso pueda establecer una nueva red de seguridad para protegerlas.

Aproximadamente 12 millones de personas de bajos ingresos están cubiertas a través de la expansión del servicio Medicaid ordenada por la ley de salud, ahora disponible en la mayoría de los estados. La mayor parte de ellas son adultos que trabajan en empleos con sueldos relativamente bajos y que no cuentan con seguro de gastos médicos como prestación. Algunos han perdido su trabajo en negocios como hoteles, restaurantes y cines, todos los cuales continúan en apuros debido a la pandemia.

Otro grupo, de más de 11 millones de personas, tiene cobertura privada adquirida a través de mercados privados subsidiados por los contribuyentes tales como HealthCare.gov

Eso también está en riesgo.

Prevención

La mayoría de las mujeres estadounidenses en la actualidad no pagan nada de su bolsillo por las medidas para el control de natalidad. Con el ACA, eso está cubierto como un servicio preventivo, gratuito para el paciente.

Muchos otros servicios, desde las colonoscopías hasta las vacunas contra la influenza, también son gratis.

Si la gente vuelve a tener que desembolsar copagos por los servicios de salud preventivos de rutina, eso podría desalentar a muchos de acudir a exámenes que han demostrado detectar enfermedades como el cáncer en sus primeras etapas, cuando son más fáciles de tratar.

Brecha en Medicare

El Obamacare dio los primeros pasos importantes para cerrar el impopular “hoyo de dona” del Medicare, una brecha en la cobertura que solía dejar a los adultos mayores con cuentas de cientos de dólares por medicamentos de receta. Posteriormente el Congreso aceleró el calendario para ponerle fin.

La derogación de la ACA podría significar la reaparición de dicha brecha en la cobertura, lo cual seguramente hará enfurecer a muchos votantes de edad avanzada, muchos de los cuales dicen que sus medicinas siguen siendo muy caras.

Esa es sólo una de muchas posibles consecuencias en el Medicare. La ACA impuso una demora en los pagos a hospitales y aseguradoras para extender la vida del fondo fiduciario de ese servicio de salud para los adultos mayores.

Permanencia de jóvenes en seguro de sus padres

Uno de los primeros beneficios en entrar en vigor tras la aprobación del Obamacare fue la exigencia de que las aseguradoras les permitieran a los adultos jóvenes seguir bajo la cobertura de las pólizas de sus padres hasta que cumplieran 26 años.

Eso les proporcionó una pista de despegue económico más larga a millones de adultos jóvenes, que en esa época estaban en apuros debido a los persistentes efectos de la Gran Recesión. En la actualidad padecen las consecuencias del coronavirus sobre la economía.

Antes de que la ACA ordenara esa extensión en la cobertura, las aseguradoras solían sacar a los adultos jóvenes del plan de sus padres cuando se graduaban de universidad.

Recorte para los ricos

El Obamacare le aumentó los impuestos a los individuos con mayores ingresos para ayudar a financiar la expansión en la cobertura.

Si toda la ley es derogada, eso le proporcionaría un recorte fiscal a las personas acaudaladas, muchas de las cuales han escapado a la sacudida económica generada por la pandemia de COVID-19 porque los inversionistas bursátiles han seguido teniendo rendimientos.

Enredo político

La aprobación de la ACA de más de 900 páginas fue un desafío político que se llevó más de un año en una época en que los demócratas controlaban la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso.

El organizar un reemplazo con un gobierno dividido sería un rompecabezas político de mayor dificultad. Ni los demócratas ni los republicanos están de acuerdo siquiera entre sus propias filas sobre cómo debería ser.

Joe Biden continuaría fortaleciendo la ACA como presidente al agregarle una nueva opción de seguro público de salud. Pero los liberales de su partido desean un sistema operado por el gobierno para todos los estadounidenses, incluyendo los 160 millones que están cubiertos a través de planes contratados por sus empleadores.

Mientras tanto, muchos republicanos quieren reducir el respaldo gubernamental a los servicios de salud. Efectuarían profundos recortes al financiamiento para el Medicaid y dejarían los mercados de seguros de la ACA como una opción para cada estado. La protección para las personas con enfermedades preexistentes se vería erosionada bajo nuevas normas.

En una ocasión Trump dijo: “Nadie sabía que los servicios de salud podían ser tan complicados”. Eso fue en 2017, cuando él y un Congreso controlado por los republicanos tenían esperanzas en poder “revocar y reemplazar” la ACA.

Eso no ocurrió en ese entonces porque los republicanos nunca pudieron ponerse de acuerdo en torno a cuáles serían las características de un reemplazo.

Y ya en el 2020, los servicios de salud se han complicado más.