El ex militante de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional Oscar López Rivera fue aplaudido y abucheado durante el Desfile del Día Nacional de Puerto Rico realizado el domingo en Nueva York en honor al "Héroe de la Libertad Nacional". 

Mientras sus partidarios coreaban "Oscar López Rivera es nuestro Mandela", otros se negaban a aplaudir al hombre que pasó 35 años en prisión por su relación con las FALN, un grupo responsable de varios atentados que dejaron decenas de mutilados y muertos en las décadas de 1970 y 1980 en Nueva York. 

Una asistente al desfile, Nanchelle Rivera _quien no es familiar de López Rivera_ opinó que el nacionalista puertorriqueño no la representa. La mujer, de 28 años, dijo que si hubiera sabido que la celebración de este año sería en su honor, no habría viajado desde Orlando, Florida. 

Una persona entre la multitud que la escuchó abucheándolo, le gritó: "¡Esta es tu historia!". 

Durante al menos la primera hora se calmaron los temores de que el desfile podría volverse violento, dadas las discusiones acaloradas que hubo semanas antes. 

La portavoz del concejo de la ciudad de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, trató de calmar los encontronazos verbales que ocurrieron durante semanas entre partidarios y simpatizantes de López, ahora de 74 años. 

"Estoy aquí para celebrar. Este es un día de unidad y celebración", dijo. Y por aquellos que dijeron mantenerse lejos por López, opinó que esa "fue su decisión". 

La controversia hizo que tanto individuos y empresas _como AT&T y JetBlue_ cancelaran su participación en el desfile en protesta porque este año se rendiría homenaje al ex militante de las FALN, un grupo que luchó por la independencia de Puerto Rico. 

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, así como el departamento de policía y de bomberos anunciaron que no participarían en el desfile. 

La semana pasada López dijo que no aceptaría el título de "Héroe de la Libertad Nacional", pero en cambio dijo que sí participaría en el desfile como un ciudadano común, en parte porque se enfocaba demasiado en él y no lo suficiente en las necesidades de Puerto Rico. 

La mayoría de las miles de personas que acudieron el domingo simplemente festejaron a Puerto Rico, bailando salsa felices y ondeando banderas puertorriqueñas. 

"No nos importa que esté aquí", dijo Rosa Rosario, de 68 años. 

"No apoyo ningún movimiento político", agregó, diciendo que ella estaba ahí para festejar a "mi natal Hormigueros", una comunidad en el oeste de la isla. 

El desfile ha sido frecuentemente un escaparate a la complicada historia del territorio estadounidense, hoy en recesión. Y este año el evento coincidió con la realización de un referendo en la isla donde los puertorriqueños decidirán sobre su estatus político: estadidad, libre asociación/independencia o el actual estatus territorial.