Momentos conmovedores se registraron en Hospital McKay-Dee, de Utah, Estados Unidos, cuando un maestro de orquesta jubilado que lucha contra el coronavirus COVID-19 recurrió a su talento para dar alegría dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del nosocomio.

Se trata de Grover Wilhelmsen, de 70 años, quien dio un concierto como señal de agradecimiento a los trabajadores que están en primera línea, pese a estar con oxígeno y no poder hablar. Diversos medios locales como CNN, ABC4 News y CBS Baltimore dieron cuenta del hecho.

Una enfermera con la que logró comunicarse con la ayuda de un lápiz y un papel fue su cómplice. “Hacia la mitad de mi turno, escribió: ‘Sabes, realmente quiero tocar aquí en el hospital. ¿Qué piensas de que mi esposa traiga mi violín?’”, relató Ciara Sase, enfermera titulada del McKay- Dee Hospital, en un comunicado.

La solicitud fue evaluada por los miembros del equipo médico del centro de salud, quienes finalmente le concedieron su deseo: tocarles una canción. Todo ocurrió bajo la supervisión de la enfermera.

Ella se quedó en su habitación y lo monitoreó mientras tocaba himnos de la iglesia y el “Vals de Tennessee”. Todo el personal de la UCI se reunió alrededor de las puertas de vidrio cerradas de la habitación para escuchar y observar cómo tocaba el maestro jubilado.

“Se me llenaron los ojos de lágrimas. Fue increíble que todo el personal observara a un paciente haciendo esto mientras estaba intubado. A pesar de que estaba tan enfermo, aún pudo seguir adelante. Se podía ver lo mucho que significaba para él. Tocar el violín le ayudó a calmar sus nervios y lo devolvió al momento”, señaló la enfermera.

“Estoy acostumbrado a que los pacientes se sientan miserables o estén sedados mientras están intubados, pero Grover convirtió una situación desafortunada en algo positivo. Este fue, con mucho, uno de mis recuerdos favoritos que he tenido en la UCI. Era una pequeña luz en la oscuridad del COVID-19”, escribió Matt Harper, otro enfermero del hospital.

Sin embargo, Grover finalmente requirió sedación. Diana, quien es su esposa por más de 47 años, declaró a CNN que no le sorprendió en absoluto que él hubiera solicitado sus instrumentos musicales. “Así es Grover. Quería tocar [el violín] para agradecerles”, dijo.

Diana también se había contagiado de coronavirus; sin embargo, pudo controlar sus síntomas en casa. Lamentablemente Grover no corrió con la misma suerte. “[El COVID-19] es real y afecta a muchas personas de manera diferente”, agregó.

Grover permanece conectado a un respirador. Personal de salud del McKay-Dee continúa trabajando para que se recupere pronto. Mientras tanto su esposa lo observa a través de la ventana de vidrio de la habitación del hospital y espera que se recupere para que puedan pasar la Navidad juntos.