Los jóvenes, y en algunos casos también sus progenitores, resaltaron entre otras cosas el ambiente familiar de la universidad y la presencia de una acogedora comunidad boricua.

William Rivera, de Loíza y estudiante de química de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, supo del colegio y de la quiropráctica y decidió explorar más de cerca de qué se trataba.

“Me está gustando la experiencia. Me da confianza. Se ve que es bastante acogida por los latinos, que es abierta a la diversidad. Probablemente la esté tomando en consideración”, afirmó el joven cuya aspiración, en caso de optar finalmente por la quiropráctica, es “abrir mi oficina en Loíza y trabajar allí con mi gente”.

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Para Génesis María Sánchez López, de Las Piedras y estudiante de biología y microbiología de la UPR en Humacao, el ambiente era idóneo para sus propósitos de “estudiar rápido y sin distracciones. Para volver y poder servir a la gente en Puerto Rico”.

“Se necesitan especialistas y se están yendo. A mí no me interesan los lujos ni nada de eso. Yo quiero establecer una práctica en el área este. Hay mucha gente mayor acostumbrada a medicamentos. Todo se resuelve así. Y quiero ofrecer una alternativa”, aseguró la joven.

Los padres de Génesis, Agapito y Lizel, la acompañaron en la importante visita y dijeron estar “complacidos con lo que vieron, y con el ambiente familiar”.

Patricia Acevedo Marrero, de Bayamón y estudiante de biología de la UPR en Mayagüez, aseguró que le pareció “súper ‘cool’, mejor de lo que esperaba”.

“No vine con muchas expectativas por el estado. Pero empecé a ver cómo se tratan, el ambiente. Es un lugar apartado, pero es lo que necesitas para estudiar”, comentó Patricia.

“Me impresionó, y creo que me quedo aquí. Me enchulé. Es un lugar que puedo decir que me veo allí, literal”.

Para Hommy Bayron, mayagüezano y estudiante de quinesiología en la UPR en Mayagüez, este era, además, su primer viaje fuera de Puerto Rico.

“Ha sido gratificante, exuberante, enriquecedor. Para mi futuro, me veo aquí. Estoy decidido. Es el comienzo de una nueva carrera. Hay muchos boricuas, se siente como en familia”, dijo el joven del residencial Ramírez de Arellano, primero en su familia en llegar a la universidad.

Sylvia Quiñones, de Carolina y estudiante de biología de la UPR Mayagüez, resaltó que “me gustó mucho, es un concepto bien familiar. He ido a otras universidades y en ninguna el presidente se sienta contigo a almorzar. Y me encantó el laboratorio de anatomía”.

Karla Figueroa, de Morovis y estudiante de biología de la UPR en Mayagüez, comentó que quiere visitar otras universidades antes de tomar una decisión, pero resaltó que “su primera experiencia con cadáveres (en el laboratorio de anatomía) fue superbrutal. Los salones de ajustes están bien equipados, bien modernos. Y el presidente está bien pendiente, se sentó con nosotros, habló directamente. Me gustó el ambiente. Te ayudan, no es algo supercompetitivo”.

Ante la satisfacción mostrada por los estudiantes visitantes, no sería sorpresa que la comunidad puertorriqueña en Sherman College continúe creciendo en los próximos meses.

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