El Departamento de Defensa de Estados Unidos afirmó este martes que sus soldados retirados, en tanto que son ciudadanos particulares, son “libres” de trabajar donde quieran bajo ciertos estándares.

De esta forma, el portavoz del Pentágono, Pat Ryder, reaccionaba a la información publicada hoy por el diario The Washington Post de que cientos de militares jubilados habrían sido contratados por Gobiernos extranjeros que en su mayoría no respetan los derechos humanos.

Ryder indicó que el motivo por el que se aplican esos estándares, que los uniformados retirados deben cumplir, es para “salvaguardar la seguridad nacional de EE.UU. e información clasificada, así como para evitar conflictos de intereses”.

Según The Washington Post, más de 500 militares estadounidenses en el retiro, entre ellos decenas de generales y almirantes, habrían sido empleados con contratos lucrativos desde 2015 por Gobiernos de otros países, la mayoría conocidos por la represión política y los abusos de los derechos humanos.

El periódico asegura que quince generales y almirantes jubilados han trabajado desde 2016 como consultores del Ministerio de Defensa de Arabia Saudí, dirigido por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

Entre esos militares está el general de los marines James Jones, quien fuera asesor de seguridad nacional del expresidente Barack Obama (2009-2017), de acuerdo a The Washington Post, que cita documentos obtenidos bajo la Ley de Libertad de información.

También se encuentra el general del Ejército Keith Alexander, quien lideró la Agencia de Seguridad Nacional durante las administraciones de Obama y de su predecesor George W. Bush (2001-2009).

Ryder dijo que los soldados retirados deben cumplir las leyes referidas a ´”la no revelación de cualquier información no pública del Gobierno”, lo que incluye tanto datos clasificados como los que han obtenido a través de su trabajo para EE.UU.

En casos individuales como los citados por The Washington Post, el portavoz subrayó que cada rama de las Fuerzas Armadas o departamentos castrenses llevan a cabo “con diligencia” una evaluación de las peticiones de Gobiernos extranjeros.

“Hay leyes, hay regulaciones bien establecidas, es algo sobre los que los miembros del Departamento de Defensa están bien al tanto”, destacó.

The Washington Post afirma en su artículo que la mayoría de los uniformados de EE.UU. retirados que han trabajado como contratistas civiles para otros países lo han hecho en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y otras monarquías del golfo Pérsico. Su labor, señala el diario, ha sido “crucial”, aunque invisible, para incrementar las capacidades de sus fuerzas armadas.