Biólogos de una agencia federal están preparando un plan para capturar y atender a una orca enferma en grave peligro de extinción si no hay otra forma de salvarla en su hábitat, según indicaron el miércoles. 

Sólo la rescatarán si ella se queda varada o se separa del resto de su grupo de ballenas, el cual es muy unido, agregaron. 

Desean que la orca de cuatro años, conocida como J50, sobreviva en el mar y ayude a la reproducción de las ballenas asesinas conocidas como “residentes del sur” de la costa oeste de Norteamérica, sin poner en riesgo al resto de su grupo. 

"No tenemos la intención de intervenir mientras ella esté con su familia. Si nos vemos en una situación en la que el rescate sea la única alternativa viable, la rescataremos", dijo Chris Yates, subadministrador regional de la división de recursos protegidos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). 

Los veterinarios creen que han agotado las opciones de tratamiento en el campo, que incluyeron inyectarle antibióticos en dos ocasiones en aguas del noroeste de Estados Unidos. Pese al tratamiento, J50 está más delgada que antes debido a problemas desconocidos en su salud. 

"Esta ballena está muy enferma", dijo Joe Gaydos, veterinario de la fauna silvestre y director científico de SeaDoc Society, un organismo de investigación. "Creemos que tiene poco tiempo". 

Otro cetáceo en el mismo grupo, conocido como J35, atrajo la atención internacional a mediados de año cuando mantuvo a flote el cadáver de su ballenato durante más de dos semanas. 

Las dos ballenas forman parte de un grupo de 75 que viven en aguas del Pacífico en el noroeste de Estados Unidos. 

Las orcas residentes del sur carecen del salmón suficiente para su dieta. También se ven amenazadas por la contaminación del mar, así como por el ruido de las embarcaciones y otras molestias que alteran su capacidad de comunicarse y buscar alimentos.