El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este miércoles la situación de desastre en Florida y Texas después de haberlo hecho el martes con Luisiana y Iowa debido a la pandemia del nuevo coronavirus, que ya ha dejado 372,755 infectados y 16,231 fallecidos en todo el globo, según la Organización Mundial de la Salud.

La Casa Blanca anunció en sendos comunicados que esta declaración permitirá la concesión de fondos federales a esos cuatro estados para paliar los efectos de la crisis del coronavirus a los afectados.

Esta dotación está también a la disposición de los gobiernos de los estados, los municipios, las reservas indígenas y algunas organizaciones no gubernamentales, siempre y cuando el dinero sea destinado a medidas de protección de emergencia contra el COVID-19.

En Estados Unidos se contabilizan hasta el momento algo más de 61.000 contagiados, con 849 muertos, según recuentos extraoficiales.

El anuncio llega después de que el gobernador de Florida -donde oficialmente hay más de 1.300 contagios-, Ron DeSantis, considerara hoy "inapropiado" aplicar la cuarentena a nivel estatal ya que "hay que tener en cuenta los efectos secundarios" que provocaría que gran parte de la población perdiera su empleo.

En Texas, la ciudad y el condado de El Paso, en la frontera con México, se sumaron este martes al toque de queda que mantendrá a los ciudadanos en sus casas si su empleo no es considerado esencial.

Sin embargo, el gobernador texano, el republicano Greg Abbott, dijo el domingo que aún no se necesitaba una política estatal uniforme, aunque resaltó el poder y la autoridad con que cuentan los funcionarios de cada condado para actuar por su cuenta.