Una pausa de 90 días en la imposición de aranceles más altos a China está programada para expirar el martes, y no está claro si se extenderá.

Después de la ronda más reciente de conversaciones comerciales entre China y Estados Unidos, celebrada a fines del mes pasado en Estocolmo, funcionarios chinos y estadounidenses dijeron que esperaban que el plazo se extendiera por otros 90 días. La parte estadounidense indicó que la decisión dependía del presidente Donald Trump. Hasta ahora, no ha habido ningún anuncio formal sobre si él aprobará una extensión o seguirá adelante con el aumento de los aranceles.

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La incertidumbre ha dejado a las empresas en un limbo, y una decisión de aumentar los aranceles a las importaciones podría sacudir los mercados mundiales.

SILENCIO DESDE WASHINGTON Y PEKÍN

Trump ha cambiado repetidamente los plazos y las tasas arancelarias, y ninguna de las dos partes ha indicado qué planea hacer para el martes. Extender el plazo del 12 de agosto para alcanzar un acuerdo comercial con China evitaría amenazas anteriores de aranceles de hasta el 245%.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que Trump está decidiendo sobre un nuevo retraso de 90 días para dar tiempo a resolver los detalles de un acuerdo que fijaría los aranceles sobre la mayoría de los productos en un 50%, incluyendo aranceles adicionales relacionados con el comercio ilícito del potente opiáceo fentanilo.

Los aranceles más altos tienen como objetivo compensar el enorme y crónico déficit comercial de EE.UU. con China, que cayó a su nivel más bajo en 21 años en julio, ya que la amenaza de los aranceles afectó las exportaciones chinas.

No es raro que Estados Unidos dé pistas sobre el estado de las negociaciones, pero es poco común que China haga anuncios hasta que se tomen decisiones importantes.