Después de 13 minutos y 36 segundos en una escurridiza conversación en la que enfatizó que el Partido Popular Democrático (PPD) debe ajustarse los pantalones y recuperar la credibilidad para poder gobernar, finalmente, la alcaldesa de San Juan Carmen Yulín Cruz respondió categóricamente con un “sí” cuando se le insistió decir con honestidad si le interesa la candidatura a la gobernación para el 2020. 

Lo que está en veremos es si su figura aparecerá en la estructura de la colectividad de la Pava o en lo que desde hace algún tiempo ha decidido llamar una “Alianza Puertorriqueñista” en la que vislumbra la colaboración de “diversas voces” o personas de diferentes ideologías políticas.

“La respuesta a la pregunta es que sí… hay un proceso de evaluación que no ha cerrado las puertas a la candidatura a la gobernación. Pero es para algo diferente. Para transformar al país. Para más de lo mismo no. Es para abrir alianzas, para abrir espacios…”, expresó la alcaldesa capitalina en momentos en que figuras como el legislador Luis Vega Ramos, el exsecretario de Hacienda Juan Zaragoza y el cabildero y exsenador Roberto Prats han anunciado interés en la candidatura a La Fortaleza por el PPD.

La confirmación a su aspiración como gobernadora se dio durante un encuentro con Primera Hora en el parque Luis Muñoz Marín en Hato Rey, -lugar donde tiene ubicado un tráiler que le sirve de oficina-, horas antes de que el gobernador Ricardo Rosselló anunciara que dejaría sin efecto la propuesta de reforma laboral luego que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) le devolviera sus planes fiscales para el gobierno, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) pidiendo que fueran revisados para incluir medidas de mayor austeridad.

Fue allí, en el parque que lleva el nombre del hombre “visionario” que fundó el PPD para el 1938, que Carmen Yulín habló del nuevo giro que tiene en agenda para su carrera política, de lo que opinan sus familiares al respecto y de los vaivenes que debe superar el Partido Popular para “reestructurarse” y convertirse en un instrumento en el que se vea a la colectividad como “un movimiento más que un partido”. 

Dijo también que su interés en la candidatura a la gobernación está limitada a condiciones no negociables.

“Si es para administrar la colonia y someterse a la Junta, no cuentan conmigo. No… no puedo. Se me atraganta…”, manifestó, quien anoche salió hacia los Estados Unidos para recibir el premio Rindehour 2018, en reconocimiento a “decir la verdad frente al poder a nombre del pueblo de Puerto Rico después de los huracanes Irma y María”.

También tomaría unos días de vacaciones y participaría en diversas conferencias y reuniones donde expondría la situación actual de la Isla tras la emergencia.

Además, habló de su reconciliación con el presidente del PPD, Héctor Ferrer, con quien protagonizó el verano pasado una álgida controversia que subió de tono cuando ella anunció los famosos “diálogos patrios”, unos conversatorios que él censuró y rechazó. Más bien Ferrer los describió como un vehículo en el que Carmen Yulín buscaba ganar terreno para luego anunciar sus aspiraciones a la gobernación. 

Más de ocho meses después el tiempo parece haberle dado la razón a Ferrer, aunque la alcaldesa asegura que la decisión final la tomó hace poco, tras un extenso análisis que hizo de cambios ocurridos en su vida personal luego de divorciarse del psicoanalista Alfredo Carrasquillo y de los trastoques que “dejaron sin aire a Puerto Rico” tras los fenómenos atmosféricos.

“Yo había visto pobreza aquí (toca su cabeza), pero nunca se me había metido aquí (señala su corazón). Escuchaba los cuentos de mi abuela y del tiempo muerto en la central (azucarera) y de cómo había que irse a pescar para sobrevivir… la pobreza que yo vi y la desesperanza que se palpaba era suficiente para demostrarle a cualquiera que Puerto Rico necesitaba encarar la realidad de que somos un país o sin los recursos necesarios o sin las prioridades puestas donde van… y si tú escuchas con esto (señala nuevamente su corazón) el mismo país te va diciendo lo que quiere y uno va repensando al País”, detalló.

En octubre pasado, cuando denunciaba los retrasos en el proceso de reconstrucción del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, la líder popular sanjuanera dijo que no aspiraría a la gobernación en el 2020. 

Ahora explica que, en aquel momento, “miembros del gobierno de Puerto Rico” empezaron a decir que la razón por la que era vocal de la situación de la Isla o ayudaba a otros municipios en la recuperación era porque iba a correr a la gobernación, aseveración que, dice, demuestra que “para ellos el cálculo político y electoral es el único”.

“Para mí, el cálculo humano es el primordial… y yo dije: ‘mira, si eso es un obstáculo vamos a sacarlo de la mesa’. Pero este país necesita esperanza. Y este país necesita sentir que es el dueño de su futuro. Y que tiene posibilidad de tener a alguien en algún lugar que represente su dignidad… mi aspiración siempre fue ser alcaldesa de San Juan y me gusta ser alcaldesa. Y es doloroso en ese sentido. Pero a veces la vida no es lo que uno quiere, sino lo que el momento indica”, expresó quien también coqueteó con la candidatura a la comisaría residente en Washingto, D.C.

Carmen Yulín habló con su hija Marina Paul Cruz sobre su futuro político, también con sus progenitores Pedro Cruz y Carmen Irene Soto.

“Mami me dijo el otro día: ‘lo que tú decidas, lo vas a decidir de corazón. No lo vas a decidir por otra cosa”, expresó.

También ha protagonizado tertulias con sus “yayas”, como llama a sus amigas de escuela superior, quienes tienen diversidad de opiniones.

“Unas me dicen: ‘házlo’ y otras que no lo haga”, manifiesta la política para quien explorar posibilidades de cambio “no es malo”.

Y sí, también lo ha conversado con figuras políticas del penepé, independentistas, populares y con el mismo Héctor Ferrer, con quien dice tener consenso para “abrir esos espacios de colaboración dentro del Partido Popular”.

Ahora mismo, ¿cómo está la relación con Héctor Ferrer?

Muy bien, gracias a Dios. Tuvimos un tiempo de enfriamiento, pero hace unos meses yo lo llamé… Héctor y yo hemos tenido varias batallas juntos y por encima de cualquier diferencia siempre ha habido una amistad que encuentra su camino siempre… tenemos muchas diferencias en visiones de vida y muchas coincidencias. Pero la amistad siempre ha prevalecido sobre todo.

Y, ¿qué pasó después de esa conversación?

Creo que fue en enero o febrero para cuando se estaba dilucidando la venta de la AEE y ambos estamos en contra de la venta, aunque sí a favor de que se traiga inversión privada, que podría ser hasta una alianza público privada, para la generación de energía. Entonces, le escribí y le dije: ‘me parece que la historia nos está poniendo en un nuevo camino. Debemos hablar’. Él me respondió rápido, nos pusimos de acuerdo para almorzar y hablamos. Nos recordamos que primero somos amigos y después correligionarios.

Entonces, elogió a Ferrer y destacó que ha hecho un trabajo de reorganización de las finanzas dentro del partido, una faena que, a su juicio, muy pocas veces es apreciada.

Se le cuestionó si considera que los líderes actuales del PPD han sido efectivos en los últimos meses, en especial tras la emergencia suscitada tras el embate de los huracanes.

“Esa pregunta hay que contestarla desde un sentido más amplio… habría que responder qué representa el PPD como instrumento de justicia social, qué queremos, qué tenemos para ofrecerle al país desde dónde estamos parados ahora mismo o cuál es nuestro ente diferenciador, si alguno. Son conversaciones que tenemos que tener y que son difíciles”, argumentó.

Entonces, mencionó por primera vez durante las dos horas de conversación a la “Alianza Puertorriqueñista”.

“Yo creo que esa alianza es posible desde dentro del PPD… tenemos que empezar a ver el partido más como un movimiento”, dijo poniendo como ejemplo fructífero el hecho de que, recientemente, varias mujeres activistas de la política del País -incluyéndola- se unieran para crear un grupo que defienda los intereses ciudadanos ante las medidas tomadas por la JSF.

Insistió en que en Puerto Rico la política necesita “menos división y más visión” con propuestas que faciliten más empoderamiento comunitario, un nuevo modelo económico que esté en manos de puertorriqueños y “que no sea uno de extender la mano a ver cuánto dinero nos dan” y un modelo educativo que genere una sociedad diferente y ávida para ocupar puestos en el mundo del trabajo.

Y, aunque en su caso, ratificó que cree firmemente en la libre asociación -con la doble ciudadanía (americana y puertorriqueña en el mismo nivel jurídico)- aseguró que su compromiso como candidata a la gobernación será “trascender la maldita división ideológica”.

“Yo creo en la libre asociación, pero hay otros que creen en la independencia, otros en la estadidad y otros en el desarrollo del ELA fuera de la cláusula territorial…”, expresó al delinear, como en otras ocasiones, que cree en la asamblea constitucional de status como la vía para la descolonización que representa a todas “esas voces”.

Carmen Yulín retomó el tema del PPD en varias instancias durante la entrevista. Insistió porque cree firmemente en que hay que “derrumbar las paredes del Partido Popular Democrático”.

“El País está sediento de gente que represente sus intereses… y el Partido Popular tiene que ponerse los pantalones largos para volver a ser ese instrumento de justicia social”, enfatizó.

Y, ¿se podrá?, se le ripostó.

“Si no se puede, el partido no va a representar, en mi opinión, lo que quiere el país”, respondió.

“No podemos seguir en el culto a la queja y en el ‘no me gusta que me traten así’ o ‘no me gusta que me tiren papel toalla, ni que otros países tengan tratados mucho más beneficiosos, pero me voy a quedar callado y no voy a pelear porque si peleo, a lo mejor no me dan’… Hay un dicho en Puerto Rico que dice el que no llora no (no lo digo completo para que la directora de comunicaciones no muera)… pero lo que quiero decir es que al que no exige sus derechos no se los van a dar”, agregó.

Dijo que el PPD debe estar a la altura de los tiempos y ser capaz de provocar una gran alianza como la que en su momento fue capaz de invocar Muñoz Marín.

“Y creo que somos capaces de provocar una Alianza Puertorriqueñista… espero que sea dentro del PPD. Pero si el PPD decide no ser ese instrumento y decide privilegiar a los grandes intereses…”, dijo interrumpiendo su pensamiento y optando por el silencio.

Entonces, ¿qué pasará?, se le inquirió.

“El País encontrará una herramienta… las alianzas son lo único que hacen del Partido Popular un instrumento (viable para las elecciones)”, respondió. 

Entonces hizo una analogía para defender su argumento.

“Cuando me quedé encinta pesaba 97 libras y no me puedo poner la misma ropa ahora a los 55 años que la que me ponía a los 27 años cuando supe que estaba embarazada… no me sirve. Eso no quiere decir que esa ropa no era buena y no cumplió su cometido. Eso quiere decir que en este momento de mi vida no me sirve. Y la cláusula territorial es el yugo del pueblo puertorriqueño y la colonia es la subordinación económica política y social del pueblo puertorriqueño… Creo tanto en los principios en los que se fundó Estados Unidos (cuando las 13 colonias estaban siendo oprimidas económicamente y exigieron igualdad a través de una asamblea constituyente) que la quiero para mi propio País”, ejemplificó.

¿Con una Alianza Puertorriqueñista?

“Con una alianza puertorriqueñista… funciona, la alianza funciona”, reiteró.