Todavía Jorge Rodríguez se estremece al recordar las imágenes que presenció durante el paso del huracán María en 2017, sin poder escuchar las despiadadas ráfagas que arrasaban en el silencio.

Todo era incertidumbre para este ponceño que, a pesar de ser sordo de nacimiento, se tiró a la calle para ayudar a sus vecinos de la comunidad Ferry Barrancas, a quienes veía sufrir desde la ventana de su hogar. 

“Cuando ocurrió el evento que se estaba acercando el huracán, todos estábamos advertidos, pero cuando ocurrió el desastre yo estaba trabajando, visitando a todos los vecinos porque desde la casa, yo podía ver a mi familia y hay algunas personas que estaban enfermas que necesitaban de ayuda y yo visitaba las personas que podía ayudar, les hacía preguntas, si no tenía agua, si no tenía comida, energía eléctrica”, relató Rodríguez de 76 años.

Al igual que miles de puertorriqueños, a Jorge lo movió la solidaridad ya que no tenía el conocimiento básico para manejar emergencias. 

Por eso, no lo pensó dos veces cuando supo que el Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), ofrecería un adiestramiento para la comunidad sorda del sur del país y convocó a otras personas para que se capacitaran bajo el Programa de Equipos Comunitarios de Respuesta a Emergencias (CERT). 

“Hay muchos sordos, es mucho trabajo realizar que los sordos tengan esas ayudas para que puedan aprender, practicar y enseñar, para que la comunidad aprenda en un futuro a atender a otras personas; por ejemplo, en un huracán, terremoto, tsunami, que las personas tengan el conocimiento para poder funcionar en cualquier emergencia”, indicó Rodríguez. 

“Nosotros en nombre de los sordos, vamos a ayudar a otras personas, no solamente los sordos para que en un desastre natural estén pendientes para ayudar; que no les dé vergüenza o timidez, que tengan coraje, valentía y estén pendiente a todas las vicisitudes que estén pasando. Yo soy responsable, específicamente para la comunidad sorda para que ellos aprendan en un futuro a cómo reaccionar y a tiempo”, agregó.

Durante el curso efectuado en las inmediaciones del Auditorio Juan “Pachín” Vicéns de Ponce, hubo participación de unos 25 ciudadanos sordos de Ponce, Guayanilla, Yauco, Santa Isabel y Guayama, los cuales aprendieron estrategias para atender emergencias basadas en el Sistema Nacional para el Manejo de Incidentes de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). 

“Esta es la primera vez que se da este tipo de adiestramiento solamente para la comunidad sorda y era una preocupación que era poder llegar a ellos. En Puerto Rico hemos vivido huracanes categoría 5, no hemos vivido un terremoto, ¿cuánto tiempo estas comunidades puedan quedar aisladas sin la ayuda de la respuesta inmediata dependiendo cómo queden las condiciones de las carreteras y puentes? Ellos son los que nos van a ayudar porque serán el enlace entre el Gobierno, el Negociado y la comunidad sorda del país”, manifestó el comisionado de NMEAD, Carlos Acevedo. 

“La dinámica ha sido bien buena... han captado el mensaje, las prácticas las han realizado muy bien, en cuestión de tratamiento de víctimas, movimiento de equipo y ese es el propósito de este programa, que las personas se puedan ayudar en lo que llega la ayuda del Gobierno...”, relató el instructor José Green, de la Oficina para el Manejo de Emergencias del Municipio de Ponce. 

Para Marta Lespier, residente del sector Coto Laurel de Ponce, “fue una buenísima conferencia la que nos están dando”. 

“Nos orientaron sobre cómo manejar el fuego, qué hacer en casos de emergencia, qué hacer en momentos de huracanes, de verdad fue muy bueno el taller, a mí me encantó y me parece muy interesante. Algunos de nosotros no saben lo que está pasando y con este taller se les ayuda y estamos avisando a más personas para que puedan participar”, resaltó la mujer. 

“La experiencia fue maravillosa, ver a la comunidad sorda integrada y aprendiendo cómo y qué van a hacer si pasa otro huracán o un terremoto. Nos capacitamos también, saber qué se va a hacer en una emergencia porque su preocupación mayor es cómo le van a notificar en caso de emergencia o terremoto, cómo van a llegar hasta donde ellos”, dijo María Román, experta en lenguaje de señas.

Se estima que hay cerca de 200,000 personas sordas en Puerto Rico, por lo que NMEAD se propone extender estos cursos a otros pueblos, siendo los próximos Orocovis y San Juan.