Para poder lidiar con la crisis económica y las exigencias de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), la Universidad de Puerto Rico (UPR) no solo aumentará su matrícula durante el próximo año académico, sino que eliminará gran parte de las exenciones que se conceden a los estudiantes y reducirá significativamente la aportación patronal que realizan al plan médico de los trabajadores. 

Las medidas están incluidas en el plan fiscal revisado que la Junta de Gobierno de la UPR le presentó a la JSF para cumplir con los recortes millonarios exigidos y el pago de la deuda, que a julio de 2018 era de $451 millones. 

Durante una mesa redonda realizada en el Jardín Botánico en Río Piedras, varios miembros de la Junta de la UPR explicaron en qué consisten los cambios más dramáticos que se implementarán. También aludieron a que impactarán a toda la comunidad universitaria.

Según el presidente de la Junta, Walter Alomar, la medida de mayor impacto económico que se haría en el próximo año fiscal 2019-2020 lo será el recorte mensual de la aportación patronal al plan médico, que registraría una baja de $598 a $350. Esto provocaría un ahorro de $27.8 millones. 

El principal oficial de operaciones de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal y miembro exoficio de la Junta de la UPR, Alejandro Camporreale, explicó que no esperan que los empleados tengan que aportar dinero de su salario para completar el pago de su plan médico. Lo que posiblemente ocurriría sería cambios en cubiertas o en el pago del deducible. 

“Entendemos que podemos tener un buen plan, con una buena cubierta por un pago de servicios de $350”, dijo, por su parte, Alomar. 

Una empleada del recinto de Río Piedras, Iraida Sánchez, alegó que este recorte al beneficio del plan médico “es bien injusto”. Dijo que el pasado año, aunque no hubo un recorte en la aportación patronal, ya registraron un aumento en los deducibles del plan médico.

“Es injusto, por el momento en que estamos viviendo, con la crisis económica que vive el país. No es justo que sigan aumentando las cosas que son vitales, pero los sueldos llegan de la misma cantidad”, reprochó la mujer.

Golpe a estudiantes

En cuanto al impacto a los alumnos, la UPR aumentará la matrícula de alumnos subgraduados, de $115 a $124. También eliminarán las exenciones que reciben los estudiantes de honor, atletas, artistas, así como empleados y sus dependientes, que generarían un ahorro de $6 millones. 

Camporreale explicó que no podrán eliminar las exenciones que están concedidas por ley. Estas son a veteranos y sus familiares, representantes de la Junta y estudiantes graduados que trabajan para la universidad. Se espera que en el próximo año académico los beneficiados en este renglón sean 3,535 personas.

Los que se verían afectados son los estudiantes de honor, así como los empleados y sus dependientes que reciben la Beca Pell completa, unos $6,000 anuales. Según el plan fiscal, los estudiantes de honor recibirían una especie de beca de $1,000, mientras los empleados y dependientes no recibirían nada. 

En estos mismos renglones, si los estudiantes no reciben toda la Beca Pell, la ayuda sería de aproximadamente $1,500.

El impacto a los atletas y artistas todavía es desconocido, pues a cada uno de los 11 recintos de la UPR se les concederá un presupuesto para que determinen si se concedería el 100% de la exención en la matrícula o si solo otorga la beca, dependiendo de la necesidad económica y las fortalezas que se busquen desarrollar. 

A modo de ejemplo, Alomar planteó que la UPR de Bayamón es reconocida por su programa de porrismo. Expuso que quizás este recinto desee reforzar esta área con una exención y no otras. 

Con estos cambios, se espera que para el próximo año académico estas exenciones disminuyan de 5,780 a 2,652. 

Los cambios harán que la universidad se mueva “a un modelo de necesidad económica” del estudiante, dijo el presidente de la Junta de la UPR.

Alegó que los alumnos con desventaja económica que se afecten con la eliminación de la exención podrán aplicar a un fondo de becas creado y que para el próximo año tendrá $40 millones. Entre los requisitos para solicitar este dinero está que su familia no genere ingresos mayores de $100,000, por lo que Alomar indicó que los más beneficiados serán los alumnos de clase media.

En general, el funcionario negó que los estudiantes sean los más impactados con estos recortes. Esto a pesar de que acumulativamente sufrirán un impacto de entre $94 a $126 millones hasta el año fiscal 2023-2024.

“El impacto de los estudiantes es uno, pero no depende el 100% del plan y de los ajustes que está haciendo la Universidad. Esta administración no solamente va a cuadrar la caja con el bolsillo de los estudiantes. Nosotros estamos siendo más eficientes con la empleomanía, estamos reduciendo en compras, estamos reduciendo la burocracia, estamos dando más economía”, expresó Alomar. 

Sin embargo, los estudiantes no solo creen que las medidas impuestas les perjudiquen económicamente, sino que les afecta detrimentalmente en sus estudios.

En un sondeo realizado por Primera Hora en la UPR de Río Piedras, los alumnos indicaron que este aumento en matrícula los ha empujado a buscar trabajo y a no poder dedicar el 100% de sus esfuerzos a los estudios. Se quejaron también por la reducción de cursos disponibles, pero sobre todo porque se anunció el cierre de la única residencia estudiantil que queda abierta, "Resicampus”. 

“Es matemáticamente imposible para un estudiante de bajos recursos poder estudiar. Aun cuando reciba la Beca Pell, no le sobraría nada. Y después, tiene que buscar un empleo a $7.25 la hora...”, afirmó Josúe Gómez Ayala, un estudiante de música.

Defiende remodelación

Sobre Resicampus, el rector Luis Ferrao explicó en comunicado de prensa que atendiendo a los múltiples reclamos de sus residentes y también para que la estructura cumpla con los códigos vigentes, Resicampus será totalmente rehabilitada gracias a una asignación de $6.3 millones proveniente del Departamento de Educación Federal, como parte de una propuesta total de $8.7 millones que incluye también la remodelación interior del edificio Carlota Matienzo, sede del Departamento de Consejería y Desarrollo Emocional (DECODE).

"El Recinto de Río Piedras cuidará de que ningún estudiante con necesidad quede desplazado de vivienda y será facilitador en la identificación de recursos y residencias alternas. Además, como en ocasiones anteriores, integrará al Concilio de Residentes de Resicampus y al Consejo General de Estudiantes en la planificación y ejecución de estas opciones", explicó el rector en el parte de prensa.