A pesar de que el Departamento de Educación ha identificado a 100,412 estudiantes que se encuentran cursando este semestre escolar bajo el método de módulos por la pandemia de coronavirus, el secretario Eligio Hernández confesó en entrevista con Primera Hora que la agencia no ha entregado ni uno solo a las escuelas.

No será hasta octubre cuando la gran mayoría de los estudiantes bajo esta modalidad recibirían la mayoría de las impresiones, según se comprometieron las dos empresas que fueron contratadas para realizar el servicio.

Un cernimiento que han completado 11,463 maestros de salón hogar ha logrado establecer –al pasado viernes, 4 de septiembre– en qué tipo de modalidad se encuentran 201,010 estudiante, de un total de 282,000 registrados al sistema público de enseñanza. De los encuestados, 100,412 estudian con módulos.

“En esa modalidad [de módulos] nosotros tenemos diferentes tipos de acercamiento. Uno de ellos es que se han identificado una gran cantidad de familia que tienen ‘devices’ [aparatos electrónicos]. Por lo tanto, están utilizando, algunos de ellos, los módulos de forma digital. En la segunda instancia, tenemos escuelas que se han organizado de tal manera que facilitan semanalmente las porciones de módulos que van a estar utilizando. En última instancia, tenemos el proceso de adquisición de los módulos por parte del Departamento de Educación que, al día de hoy, no hemos hecho una distribución a las escuelas de manera impresa”, detalló vía telefónica.

Entre los problemas que ha enfrentado la agencia para poder imprimir los módulos y hacérselos llegar a los estudiantes se encuentran, según Hernández, el proceso de adquisición de bienes y servicios que tiene el Gobierno de Puerto Rico

Educación comenzó el pasado mes de mayo el proceso para redactar los módulos, pero no fue hasta entre el 1 y el 17 de agosto que la agencia se comunicó con las diferentes posibles entidades que brindarían el servicio.

“En algunas de ellas se tuvieron que descartar porque solicitaron pagos por adelantado, lo cual no es un trámite ordinario del Departamento de Educación”, sostuvo el secretario.

Finalmente, el proceso formal de compra inició el pasado 18 de agosto y la orden de compras, por $2 millones, fue emitida el 26 del pasado mes. Las empresas seleccionadas fueron: Editorial Panamericana y Ediciones SM.

“Una de las entidades nos va a estar haciendo entrega parcial de los mismos en un periodo aproximadamente de 20 días, 30 días y de 40 días. Hay otra entidad que estará haciendo la entrega, prácticamente final del proceso, en un periodo de 40 días”, detalló.

Posteriormente, el oficial de prensa de la agencia, Aniel Bigio, le informó a este medio que la oficina central de Compras les pidió a las empresas que entregaran con “agilidad”, lo más pronto posible, el 30% de los módulos.

“Cada módulo es distinto. Hay módulos que pueden ser 120 páginas, 150, 175. Hay otros que sobrepasan las 200 páginas. Cada materia, cada nivel y cada módulo es distinto. Eso ha complicado enormemente el proceso de adquisición y de negociación con las compañías que van a estar imprimiendo los mismos”, añadió Hernández.

Si los tutores imprimiesen el material con la cifra conservadora de 120 páginas por seis materias y a un precio de .05 centavos, el costo sería de $36 por estudiante. Para una familia con tres hijos ascendería a $108.

Pero, ¿qué sucede con esas niñas y niños que se encuentran bajo esta modalidad y tendrán que esperar hasta 40 días para recibir sus materiales?

“Tenemos escuelas que están haciendo la impresión o la copia semanal de los ejercicios que estará trabajando la familia”, dijo Hernández.

No obstante, aunque mencionó que Educación ha consignado 541 bibliotecas que el pasado año académico les fueron adquiridas fotocopiadoras multifuncionales con tinta, no pudo brindar una cifra de cuántas escuelas en el País están ofreciendo el servicio de fotocopias al estudiantado.

Por otro lado, la encuesta que han realizado los y las maestras han determinado que 129,536 estudiantes se encuentran bajo la modalidad de Microsoft Team, 10,008 con teleeducación y 16,633 con cursos en línea. Aún faltan por identificar en qué modalidad se encuentran 80,990 alumnos.

Estos números sobrepasan la cantidad de escolares identificados porque “puede ser que en un periodo algunos estudiantes les aplique una modalidad y en otro momento otra”, manifestó el titular.

Además, en el cernimiento, 140,806 estudiantes informaron “que tenían computadoras en su hogar”, 143,251 “que tenía Internet en el hogar” y 115,028 que “tenían ambos”.

Aquellos estudiantes que tengan aparatos electrónicos en sus hogares y estén bajo módulos “pueden estar utilizándolos de forma electrónica y haciendo los ejercicios en su libreta”, puntualizó el secretario.

“Dentro del plan de contingencia del Departamento de Educación, las clases se atienden dos veces por semana. Así que el volumen de material que necesita la familia para trabajar con el tema de los módulos es bastante mínimo, lo cual no supone un proceso voluminoso a nivel escolar”, argumentó.

Errores en los módulos

A pesar de que Beverly Moro, ayudante especial de la Subsecretaría de Asuntos Académicos, manifestó que el Departamento de Educación cuenta con los “profesionales más preparados”, aceptó que los módulos contenían errores y que ya realizaron una segunda revisión.

“Ya fueron corregidos. Este material se preparó con maestros del Departamento de Educación y otro personal, como directores y facilitadores, pero sobre todo los maestros que, en su tiempo de vacaciones, dijeron presente para apoyar el desarrollo de nuestros niños. El proceso fue en un corto periodo de tiempo porque el propósito de diseñar estos módulos era tener una provisión inteligente ante un panorama incierto de cómo podíamos apoyar el desarrollo académico y socio-emocional de los niños, apoyando su aprendizaje”, sostuvo.

El proceso para preparar los módulos comenzó del 18 al 22 de mayo cuando la agencia identificó los recursos disponibles para colaborar de forma voluntaria. El 26 de mayo le ofrecieron una orientación formal. Los seleccionados tuvieron desde el 27 de mayo al 6 de julio para desarrollar los contenidos.

“La primera parte de la fase era que los maestros producían y los directores de los diferentes programas revisaban el contenido y revisaban también los aspectos gramaticales y ortográficos. Sin embargo, con la densidad del trabajo que representa pues no se pudo lograr necesariamente el 100% de efectividad que tampoco se logra en ninguna casa editorial, algunos libros pueden salir a la venta con algunos errores”, excusó.

En la preparación del contenido de los módulos participaron un total de 280 maestros.

“Luego de un periodo de descanso visual de ver ese material y, a la vez, con la aportación constructiva de maestros y otros colaboradores, hemos podido identificar dónde están esos errores y ya la semana pasada nuevamente se hizo una segunda revisión y esperamos que estén en mejores condiciones. Hay algunas cosas que no se pueden transformar porque responden al tipo de letra, no es un error realmente”, dijo.

Hasta la fecha, todavía no se encuentran disponibles los módulos de Bellas Artes, y Moro no ofreció una fecha de cuándo estarían disponibles.

“Se prepararon, pero cuando llegaron, llegaron con poca calidad a la que esperábamos poder presentar en términos del contenido y algunos problemas con derechos de autor. Una materia como artes visuales todo tiene derechos de autor y queríamos cuidarnos. Están en revisión. Todavía no están a la disposición porque estamos solucionando unos procesos tanto de edición como de derechos de autos o buscando alternativas a esas imágenes para lograr los objetivos planteados en el módulo”, manifestó.

Garantizar la educación

Por su parte, Hernández destacó otros “retos” que se han encontrado en el proceso como que familiares no han seguido “la instrucción más sencilla” sobre los aparatos electrónicos que han entregado. “Viene con muy poca carga de electricidad y hay que ponerla a cargar un tiempo razonable para que entonces pueda iniciar el proceso de configuración”, indicó.

También, dificultades de los tutores con el dominio tecnológico, el apoyo que necesita los estudiantes en estos momentos y directores a los que le han hecho “recomendaciones directas” de cómo idear alternativas para ayudar al alumnado.

Como ejemplo de una buena iniciativa, destacó a la escuela María Marín de Río Piedras donde dearrollaron un modelo de servi-carro para entregarle el material semanal a los niños.

“Al igual que todos los países del mundo, hemos enfrentado unos retos impresionantes. El secretario general de la ONU [Organización de las Naciones Unidas] ha establecido que 1,600 millones de niños han sido impactados en su proceso académico instruccional por causa del COVID-19. El mundo entero cambió y Puerto Rico no es la excepción”, subrayó el secretario.

A pesar de todo esto, defendió que la agencia está cumpliendo con su deber constitucional, consignado en la Sección 5 de la Carta de Derechos, de brindar una educación gratuita, de calidad y accesible.

“El Departamento de Educación es respetuoso de las normas, leyes y procedimientos y, sobre todo, la Constitución. Hemos sido enfáticos: van a haber alternativas de enseñanza para todos los estudiantes. Y hemos sido insistentes en que todo padre, madre y encargado que tenga alguna limitación, tiene que acercarse a la escuela. Las escuelas están abiertas, están operando y desde la escuela es donde se tiene que hacer el ajuste académico conforme a las necesidades de la familia. Incluso, este servidor autorizó la activación de todos los trabajadores sociales y consejeros profesionales para que, de ser necesario y se identifica alguna familia que necesita un plan alterno, se pueda desarrollar y atender de forma inmediata y directa”, expuso.