Entre el primero de enero al 31 de diciembre de 2021 se registraron en Puerto Rico solo 18,439 nacimientos, la cifra de natalidad más baja en la historia del País, al menos, desde el Siglo 19.

Esta reducción en nacimientos ha sido una constante en los últimos años y se ha relacionado entre otros factores, a la ola migratoria que la pasada década significó una pérdida de 11.8 por ciento de la población de Puerto Rico y a la disminución en el promedio de hijos tenidos por las mujeres puertorriqueñas.

La pandemia también puede haber contribuido en las bajas cifras de natalidad, pero. demógrafos entrevistados por Primera Hora, consideran que todavía es prematuro adjudicar las restricciones del COVID-19, como una de las variables de este comportamiento poblacional.

Lo que sí destacan los demógrafos es que ya es hora de que el gobierno, la Legislatura y los organismos que dictan la política pública en el País, atiendan esta pérdida importante de población en edades productivas y reproductivas por las repercusiones económicas y sociales que podría tener en la sociedad puertorriqueña.

“La cifra de 18,439 nacimientos en 2021 establece un récord en Puerto Rico. De acuerdo a la serie histórica de nacimientos y defunciones que tenemos disponible a partir de 1888 hasta 2021, éste es el año en que menos nacimientos se han registrado en el País. Cifras de 19 mil nacimientos, cercanas al cambio de soberanía en 1898, eran las más bajas. Ahora, estas cifras tan bajas de nacimientos registradas durante los últimos años en Puerto Rico, nos deben llevar a hacer una seria reflexión ya que ponen en peligro la sobrevivencia de la población nativa del País”, advirtió la demógrafa, Judith Rodríguez Figueroa.

La catedrática retirada de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico urgió a que se adopten medidas para atajar la baja en la natalidad, pues recalcó que las cifras siguen disminuyendo, mientras en Puerto Rico hay una ausencia de una política de población nacional.

La demógrafa indicó que cuando se compara la cifra de nacimientos de 2021 con el 2020, hubo una reducción de 4.8 por ciento y si se compara con el 2019 y 2020, la reducción fue 6.5 por ciento. “Esos por cientos ilustran de manera contundente la reducción extraordinaria de los nacimientos vivos en Puerto Rico”, puntualizó.

La experta en análisis de población dijo que esta cifra de 18,439 nacimientos, que se convierte en la más baja entre 1888 a 2021, “cuando la comparamos con la más alta durante este período de análisis, que fue de 91,446 en 1947, que coincide con el grupo de los llamados baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964,después de la Segunda Guerra Mundial), representa un 80 por ciento de reducción”.

La demógrafa enumeró que, de acuerdo con los datos oficiales, en los pasados cinco años, hubo un total de 103,661 nacimientos en Puerto Rico. (2021-18,439; 2020-19,094; 2019-20,441; 2018-21,292 y 2017- 24,395).

Precisó que cuando la cifra de 103,661 nacimientos se compara con las cifras de menores de cinco años al 2010, era de 223,328 y en 2000, era de 293,004. “Eso lo que quiere decir es que entre los menores de cinco años que había en 2010 con respecto a 2021, la disminución es de un 54 por ciento y en 2000 a 2010, fue de un 24 por ciento, pero cuando se compara la de 2000 con la de 2021, la reducción fue de un 65 por ciento”, explicó Rodríguez Figueroa.

“La reducción tan extraordinaria de este grupo poblacional es ilustrativa de la situación actual y la que se proyecta a corto, a mediano y a largo plazo, si no se atienden debidamente estos cambios en la población de Puerto Rico”, advirtió la demógrafa.

A estas cifras preocupantes de menos nacimientos, se suma que Puerto Rico, según los datos del Banco Mundial de 2019, tiene la segunda tasa más baja de fecundidad en el mundo, apuntó Rodríguez Figueroa, al igual que el también demógrafo, José Antonio López Rodríguez.

Los estudiosos de los datos poblacionales explicaron que son dos, los fenómenos que se dan: una disminución en la población, a través de las tasas de natalidad y eventualmente, un aumento en la expectativa de vida.

“Estos dos fenómenos producen un envejecimiento de la población. Este es un problema que determina y afecta los modelos económicos, educativos, de salud, de recreación y de muchos aspectos sociales, y, todo esto se va agravando con la disminución de los nacimientos. No hay población nueva que pueda sustituir a la población envejecida y eventualmente lo que produce es una reducción en la fuerza laboral y a esto se añade, el efecto grande que ha tenido la migración en los últimos diez años en Puerto Rico”, postuló López Rodríguez, quien por espacio de siete años se desempeñó como demógrafo del Registro Demográfico.

Destacó que el censo de 2020 “ofrece una fotografía del País” en la que se registra una disminución de población de un 11.8 por ciento, que equivale a 493,915 personas y “los nacimientos son cruciales” porque son los que se mantienen añadiendo población nueva.

“Tenemos un efecto que no se veía en Puerto Rico desde principios del siglo 20 o antes. La última vez que se registró un crecimiento natural negativo –nacimientos menos defunciones- fue en 1889, según los datos que tenemos registrados. En Puerto Rico ese fenómeno de un crecimiento natural negativo se volvió a registrar a partir del 2016 hasta el 2021″, detalló el demógrafo.

Explicó que la reducción en nacimientos tiene un efecto directo, no solo en el tamaño de la población, sino en la estructura y características de la población “porque entre menos personas se añade, la estructura de edad envejece, con una reducción en las poblaciones jóvenes y un aumento en las edades avanzadas”. Agregó que este cambio en la estructura de edad presenta unos nuevos retos por las necesidades cambiantes de la población.

López Rodríguez dijo que hay que desarrollar políticas que contribuyan al retorno de los migrantes, que se promueva el regreso “de esos puertorriqueños que se fueron y de sus hijos que aunque nacieron en Estados Unidos, tienen una identidad puertorriqueña bien arraigada y están totalmente claros de que se sienten puertorriqueños y puertorriqueñas”.

“En este momento con el comportamiento de las variables demográficas es necesario y urgente pasar a la acción”, subrayó para agregar que otro indicador que hay que tomar en cuenta es la tasa de fecundidad, que mide el promedio de hijos por mujer en sus años reproductivos. “Esto es importante porque puede medir el comportamiento de toda una generación con respecto a la natalidad. Puerto Rico, desde varios años atrás y según el último dato disponible, del Banco Mundial, en 2019, tiene la segunda tasa total de fecundidad más baja del mundo, solo superado por Corea del Sur. La tasa es de prácticamente un hijo por mujer al finalizar su período reproductivo”, precisó.

Como dato adicional destacó la reducción en la celebración de matrimonios, así como la integración de los nuevos roles que ha tenido la mujer puertorriqueña en las últimas décadas como jefas de familia, sin cónyuge presente, más participación laboral y una mayor educación formal. Dijo además, que la inflación que afecta al País desde alrededor de 2006, ha contribuido a que muchos de nuestros jóvenes hayan emigrado en edades productivas y reproductivas.

Contextualizó que en el Siglo 20, Puerto Rico pasaba por el proceso de una transición demográfica, en donde las tasas de natalidad eran superiores a las de mortalidad, lo que causaba un crecimiento natural positivo de la población, contrario a la tendencia que está ocurriendo en el siglo 21, en los países más desarrollados del mundo y Puerto Rico, donde al terminar la transición demográfica “hemos pasado a lo que se conoce como una revolución reproductiva en la que se registran unos niveles bajos de fecundidad, lo que resulta en un crecimiento natural negativo”.

“Hubo un período en que se tomaron unas políticas, algunas de ellas no muy correctas, estigmatizantes, para ir bajando esa natalidad. Había distintos proyectos de control, entre ellos el uso de anticonceptivos y esterilización. El problema es que ahora en Puerto Rico tenemos una transición demográfica, pero totalmente a la inversa. Ahora, hay una disminución de nacimientos a tal nivel que en vez de aumentar la población, constantemente, está disminuyendo, está envejeciendo y no se ve una respuesta gubernamental ante el panorama demográfico del País. Parece ser que un sector que dirige el País está pensando todavía como en los años de 1940 y que no ha habido cambios en el comportamiento de la natalidad”, observó el demógrafo.

Sostuvo que esa pérdida de población en edades productivas y reproductivas afecta el tamaño de la fuerza laboral, la actividad económica, productiva, social, educativa y recreativa, así como, los servicios de salud y de vivienda. “Es evidente la transformación del perfil demográfico de la población de Puerto Rico del presente en comparación con el de años pasados”, recalcó López Rodríguez.

“¿Cuántos de esos 18 mil y pico van a llegar una escuela, a la universidad, a tener un empleo y a comenzar una familia?”, cuestionó.

Puntualizó que toda esa disminución de población joven, eventualmente, tendrá repercusiones en la matrícula de instituciones de educación secundaria y dijo que “un adelanto que ya hemos visto de esto ha sido la reducción y cierre de escuelas y colegios a nivel elemental”. Además, dijo que este comportamiento demográfico impactaría centros de cuido, universidades y centros de entretenimiento, así como actividades económicas que dependan de la mano de obra de estudiantes que trabajan a tiempo parcial.

En el área de la salud, López Rodríguez subrayó, que el reto es aún mayor porque el envejecimiento de la población demanda una mayor inversión para el cuidado y mantenimiento de la salud de los adultos mayores, un sector de la población que por su vulnerabilidad es la más que se ha afectado por la pandemia.

Actualmente, la expectativa de vida de los puertorriqueños de 80 años de edad (84 en mujeres y 76 en hombres), una de las más altas del mundo.

López Rodríguez mencionó que evidencia de estos cambios demográficos en el área de la salud ha sido que algunos hospitales han tenido que reducir o cerrar salas de parto ante la falta de admisiones y sostuvo que a eso hay que sumarle el éxodo de profesionales de la salud, entre ellos, pediatras y especialistas, mientras por otro lado, paralelo a eso, en Puerto Rico “vemos el déficit de especialistas en el cuidado de la salud integral de los adultos mayores, que son el grupo de mayo crecimiento poblacional en el País”.

La demógrafa del Registro Demográfico, Melissa López Rosa consignó que hasta el 11 de enero de 2022, se registraron unos 18,439 nacimientos de 2021 en Puerto Rico. Aunque la ley les otorga 15 días a los padres para inscribir a sus hijos, con la situación del COVID-19, López Rosa dijo que el Registro Demográfico ha sido más flexible, pues algunas oficinas pudieron haber cerrado y “puede que se registren unos nacimientos tardíos”.

“Con la pandemia han sido más flexibles los días que se permiten para registrar al bebé porque entendemos que hay unos servicios que han sido interrumpidos”, sostuvo López Rosa, quien especificó que de los 18,439 nacimientos, 9,502 fueron niños y 8,937 fueron niñas.

La demógrafa pormenorizó que, en 2019, la tasa de nacimientos por cada mil habitantes. fue de 6.15, en 2020, fue de 5.75 y en 2021, fue de 5.47 por cada mil nacidos. “La tasa sigue bajando y por lo que hemos visto en los últimos años ese ha sido el comportamiento”, indicó la demógrafa del Registro Demográfico.

“Todavía no podemos decir (si la baja) tiene que ver con el COVID o no, porque no se ha hecho un estudio, pero a medida que vemos como va pasando la pandemia podría hacerse un estudio para ver si afectó o no”, sostuvo. López Rosa no descartó, sin embargo, que esa sea otra variable porque en medio de la crisis sanitaria, ha habido personas que hayan decidido posponer el tener hijos.

“Que nazcan menos niños y que la migración esté en aumento provoca que se continúe con el envejecimiento poblacional de Puerto Rico. Estamos perdiendo poblaciones en edades productivas y reproductivas con la migración. La decisión de ser padre o madre es personal, pero a nivel de gobierno y de política pública se podrían establecer incentivos para las personas que están considerando ser padres”, recomendó.

Mencionó que países de Europa que están en este proceso de envejecimiento y nacen muy pocos niños, están promoviendo incentivos a los padres que tienen niños, brindándoles más cuidos, mejores condiciones en las escuelas y mejores beneficios en el trabajo, con las licencias de maternidad y paternidad y los días libres, para que puedan atender a los niños una vez se enferman o con cualquier otra situación de los niños que se les presente.

“Esa es la realidad de Puerto Rico y habría que contrarrestarlo con inmigración en edades reproductivas. Hay que ver cómo el gobierno trabaje esta situación, porque la población sigue envejeciendo más. Puede ser la migración del retorno, pero hay países que también apuestan a traer personas jóvenes de otros lugares. Va a depender lo que el gobierno y las personas que hacen política pública decidan para nuestro País, pero hay países que lo hacen con migración de retorno y también con inmigrantes de otros países que estén buscando trabajo y estén buscando unas mejores condiciones de vida”, sostuvo López Rosa.