La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) ha emitido 56 multas a través de la orden administrativa que reglamenta el uso de agua potable durante esta temporada de sequía. 

Las infracciones se traducen en $21,500 en multas, de los cuales  $11,250 se emitieron a cuentas comerciales y $10,250 a cuentas residenciales.

El director de la Región Metro de la AAA, Roberto Martínez, indicó que a  pesar de que se han recibido  1,453 denuncias y confidencias entre el 1 de julio  y el 5 de agosto, la mayoría no han logrado ser procesadas por diversas razones que van desde  falta de jurisdicción, hasta información incompleta de parte de la persona que genera la queja.

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“Muchas denuncias simplemente no aplican. Otra (razón) es que resultó ser un salidero, en otras es hurto de agua y esas salen de aquí y pasan a otro proceso. También ocurre que se va al sitio y ya cuando llegamos no hay nada y en otras la información es incompleta y no podemos llegar”, explicó el funcionario al mencionar que la mayoría de las denuncias se han registrado en la zona metro de San Juan.

La orden, sin embargo, aplica a 48 de los 78 municipios en la Isla.

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Aunque el número de multas emitidas parece mínimo, Martínez considera que el resultado ha sido positivo.

Más que mirar una cifra, hay que observar el cambio en comportamiento que han hecho algunos para preservar el recurso, planteó.

“Definitivamente funciona. Ha sido muy positivo. Desde que se habló de  esto el 16 de junio se han recibido 1,863 denuncias (410 de éstas durante el periodo de cortesía), lo que quiere decir que sí la ciudadanía colabora  y observa lo que está sucediendo”, expresó.

“En un momento dado, al principio del plan de racionamiento uno veía cómo lavaban marquesinas, carros y entradas y ahora es muy poco lo que se observa a simple vista”, agregó.  

El documento faculta a empleados de la AAA, Bomberos, la Policía, el Departamento de Recursos Naturales, la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y a la Policía Municipal a intervenir con las personas que laven con manguera áreas impermeables, rieguen jardines con manguera o sistemas de irrigación o llenen piscinas, entre otras prácticas, dentro de un horario determinado. 

Las multas son de $250 para los clientes residenciales y de $750 para las compañías, industrias y agencias públicas.

Entre el 16 y 30 de junio, periodo previo a que  entrara en vigor la orden,  la AAA  emitió  más de 40 multas de cortesía. 

En esas semanas se recibieron 388 denuncias y, tal y como ha ocurrido desde el 1 de julio, la mayoría están relacionadas al uso de manguera o equipo de presión en la limpieza de determinadas áreas y al llenado de piscinas.

Martínez explicó que un 41% de las multas otorgadas han sido por lavado con manguera o equipo a presión, un 27% por lavado de carro , un 13% por rellenado de piscina y tanques,  un 5% por dejar correr el agua de manera indiscriminada y el restante 14% se divide entre riego indebido, defectos de plomería y uso del agua para fines recreacionales.    

¿Será enmendada?

El funcionario no descartó la posibilidad de ampliar el número  de municipios a los cuales le aplican las restricciones de uso de agua en un futuro.  

Al momento, la orden le aplica a 48 municipios que están dentro de la cuenca de algunos de los lagos que fueron declarados bajo condiciones de sequía severa, o que están localizados en el área donde se sirven municipios dentro del plan de racionamiento, como lo Vega Alta, Vega Baja, Arecibo y Barceloneta.

En las recientes semanas se ha expandido el número de pueblos que están bajo condiciones de sequía ante la baja de precipitación.

Adjuntas y Las Marías son los únicos dos municipios que no están incluidos en una categoría de crisis, según el más reciente informe del Monitor de Sequía. 

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La orden administrativa establece que para que el presidente de la AAA pueda alterar el área geográfica o modificar las actividades prohibidas, tendrá que anunciarlo previamente en dos periódicos de circulación general.

El otorgamiento de multas  se unen a otras -como el racionamiento- impuestas para lograr ahorros en el recurso. 

“Definitivamente funcionan. Logramos las reducciones que necesitamos, pero continúa siendo un problema en el momento que se le va a devolver el servicio... el sistema tarda en recuperar y las cisternas  siguen siendo una proliferación”. apuntó.

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