Además de un evidente repunte de casos de COVID-19 la nueva tercera ola de contagios en la isla surge con cambios en el perfil de las personas que se han infectado durante los primeros 15 días de abril, según un análisis de datos que realizó el gerente de investigaciones del Puerto Rico Public Health Trust, el catedrático Marcos López Casillas.

Si bien es cierto que durante toda la pandemia la población de 20 a 59 años ha sido la que más se ha contagiado, también es una realidad que el proceso de transmisión del virus corre a un ritmo mucho más acelerado entre las personas de estos grupos provocando que el porciento de infecciones y muertes estén aumentando a pasos que hay que observar meticulosamente.

“Por ejemplo, si vamos al grupo de edad de 0 a 19 años vemos que en enero el 16% de los contagiados eran menores de 20 años y, eventualmente, en febrero ese número subió a 16.7%. Ya para marzo ese porcentaje estaba en 20.1% y en las primeras dos semanas de abril aumentó a 21.9%”, especificó.

En el grupo de 20 a 39 años se percibe un patrón similar al considerar que para enero el porciento de personas contagiadas era de un 31.1% y se elevó a 40.2% en lo que va de abril.

“Sin embargo, cuando vas al grupo de 60 años o más ves que en enero había un 21.3% de contagios y en abril eso bajó a un 9.9%. Esto tiene una explicación y es que la vacunación ha cambiado el cuadro de contagios. Esto implica que la vacunación sí está funcionando y, en este momento, tiene un impacto en esa población adulta que es la más vulnerable a desarrollar una enfermedad grave y a morir”, sostuvo López Casillas.

De hecho, el cambio en el perfil de muertes también ha sido radical considerando que para enero el 83.7% de las muertes eran personas de 60 años o más y ese número bajó para el análisis de las dos primeras semanas de abril a un 60.7%.

“El perfil para esta población empieza a cambiar en marzo cuando vemos los primeros efectos de la gente vacunada. Y vemos que ese perfil de mortandad en abril está dando un giro que no habíamos visto. Puede ser que eso cambie, pero hay que observarlo detenidamente”, acotó.

En el otro lado de la moneda, dijo que en enero el porciento de personas fallecidas entre los 20 y 39 años aumentó de 1.5% a un 10.7%, mientras que los de 40 a 49 años se elevó de 13.9% a un 28.6%.

Según López Casillas, el escenario se agrava considerando que en los primeros 15 días de abril en Puerto Rico se han registraron 5,261 casos de COVID-19 a un ritmo mucho más acelerado que el que se percibió durante la segunda ola de contagios que comenzó en agosto de 2020 cuando los casos subieron desenfrenadamente durante cuatro meses ocasionando el mayor número de personas enfermas, hospitalizadas y fallecidas a causa del virus a finales del año.

Y es que en sólo dos semanas del mes corriente los casos acumulados están cerca de alcanzar a los de marzo (6,432) y ya sobrepasaron a los de febrero (4,883).

El profesor levantó bandera al indicar que durante la semana pasada (del 4 al 10 de abril) se experimentó un escenario peligroso y similar al que se evidenció en la semana del 6 al 12 de diciembre de 2020, cuando el gobierno de la exgobernadora Wanda Vázquez Garced tuvo que retornar a medidas restrictivas ante las proyecciones de fatalidades y casos que hacían los científicos. Aquellas medidas a tiempo, salvaron más de 300 vidas, sostuvo el profesor.

“Tenemos el agravante de que ahora están circulando nuevas variantes que hacen el virus más transmisible y, en algunos casos, más peligroso. Además, evidentemente, los grupos en los que hemos visto porcentajes más altos de contagios y aumento en fallecimientos son los que tienen mayor movilidad... todas estas cosas hay que considerarlas al tomar decisiones”, expresó al enfatizar que la vacunación junto a las medidas de protección (uso de mascarilla, distanciamiento físico y lavado de manos) son las claves para avanzar en la batalla contra el virus.

Al momento las variantes identificadas en la isla son la británica (B.1.1.7), una de las de Brasil (P.2), la de California y un sublinaje de esta (B.1.427, B.1.429) y la de Nueva York y un sublinaje de esta (B.1.526, B.1.525) y la de Suráfrica (B.1.351) Esta última, catalogada como variante de “preocupación” se confirmó la tarde del jueves mediante comunicación escrita del Departamento de Salud. De hecho, se estableció que en Puerto Rico se han diagnosticado 126 pacientes con alguna de las variantes circualantes, incluyendo siete casos vinculados a un brote en el área metropolitana. Del mencionado brote es que surge el paciente infectado con la variante B.1.351, mientras el resto dieron positivos a la B.1.17.

“Lo que vimos del 4 al 10 de abril fue un diagnóstico de 4,610 casos, lo que representa en promedio 659 casos por día y 27 personas infectadas por hora. Cuando vamos a la semana del 6 al 12 de diciembre, cuando el gobierno tuvo que tomar medidas más estrictas porque el panorama pintaba horrible para Puerto Rico, se diagnosticaron 4,821 casos, que en promedio eran 689 personas por día y unas 29 por hora. Ahora estamos casi igual, pero repito, tenemos el agravante de las variantes que son hasta 70% más transmisibles”, puntualizó al hacer hincapié en que en el caso de la de variante de suráfrica hay una complejidad mayor pues no puede ser neutralizada por las vacunas existentes.

El último reporte de Salud indica un registro de 239 casos confirmados adicionales para un total acumulado de 105,020. Mientras, hay 12,816 casos probables a través de pruebas de antígeno. En términos de hospitalizaciones, hasta la noche del miércoles, habían 461 personas ingresadas, de las cuales 43 son pediátricos. Se informó que 94 adultos y cuatro niños permanecen en unidades de cuidado intensivo. Asimismo, se especificó que 60 adultos y tres menores están conectados a un ventilador. El total de fallecimientos, con 8 nuevos casos, suman 2,182.