En las primeras tres semanas de agosto – el mes en el que más registros de muertes por COVID-19 se han reportado en Puerto Rico- se identificaron 120 brotes del virus en la isla y 852 personas involucradas en estas cadenas de infección, según se desprende del primer informe que realiza el Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC) que lidera la epidemióloga Fabiola Cruz.

En entrevista con Primera Hora, Cruz detalló que de las siete regiones de la isla fueron las de Bayamón, Ponce y Arecibo en las que más brotes se identificaron, con un total de 29, 25 y 26 líneas de transmisión cada una.

Aunque 43 municipios reportaron brotes, fue Dorado el que más infecciones en cadena registró con un total de 12. “Debo aclarar que de los 120 brotes, 106 tuvieron impacto en un solo municipio y 14 impactaron a más de un municipio; es decir que de un mismo brote vimos casos cruzando de un pueblo a otro. Esto ocurre, por ejemplo, los que se desarrollan en cumpleaños o en centros laborales”, indicó la también miembro de la Junta de Directores de Coalición de Sabiduría COVID-19 (COSACO).

El informe de datos determinó que el 57% de los brotes se desarrollaron en eventos familiares, los cuales van desde cumpleaños hasta velorios.

“No son brotes adjuntos a viajeros. Eso nos dice que alguien llegó a un evento familiar contagiado pero no podemos definir ese punto dónde se contagió porque cuando hacemos la entrevista estuvo en tres restaurantes, se reunió con amistades. Sí podemos decir que el exceso de confianza en estos grupos es la razón principal que provoca los contagios. Por alguna razón se baja la guardia y no se utiliza mascarillas o se guarda distancia, precisamente, con las personas que más apreciamos y con las que no queremos que tengan esta enfermedad. Urge crear conciencia y educar en este sentido”, dijo Cruz.

Mientras, el 30% de las epidemias ocurrieron en ambientes laborales como centros de distribución, cuarteles, oficinas, fábricas de textiles, entre otros.

“Aquí, por ejemplo, identificamos en ese periodo de las primeras tres semanas de agosto siete brotes en cuarteles, tres en restaurantes, seis en hospitales, tres en oficinas municipales, uno en una primaria municipal”, expresó al destacar que hay que hacer hincapié en las medidas de salud y seguridad en los centros de trabajo.

Asimismo se identificó que el 5% de los brotes pudo tener su origen por exposición en un ambiente laboral o familiar. Igual clasificación de 5% tuvieron los brotes comunitarios identificados en hogares de envejecientes, iglesias, hogares sustitutos de meno res, entre otros.

“Identificamos tres brotes en iglesias”, sostuvo.

Mientras que un 3% del total de las infecciones grupales se clasificaron en viajeros, lo que incluye a turistas o familiares que llegan a la isla a visitar parientes.

Destacó que del total de 6,701 casos confirmados de COVID-19 que hubo en la isla en el periodo del 1 al 21 de agosto, unos 4,742 surgieron del SMICRC.

“De estos casos realizamos entrevistas a 3,088 casos confirmados”, expresó.

En esas entrevistas 1,900 entrevistados no identificaron contactos. Los que sí lo hicieron proveyeron en promedio tres contactos cercanos. Se hizo hincapié en que el 8% de los contactos se convierten en caso y que el 47% de estos son “asintomáticos”.

En cambio, los que sí mostraron síntomas relacionados al virus reflejaron dolor de cabeza (50%), pérdida del olfato/sabor (47%), dolores musculares (43%), tos (42%) y fiebre (41%).

“Esto es solo un subreporte. Sabemos que ocurrieron muchos más brotes en agosto que los que estamos reportando porque nuestro sistema apenas está implementado en un 76%. Por eso queremos dejarle a saber a la gente este escenario. Es importante que sepan lo que está ocurriendo y tomen conciencia ciudadana”, dijo la epidemióloga.

“Falta más por evolucionar”

Aun cuando hubo interés de Cruz de implementar desde que inició la pandemia un sistema de vigilancia a través de todos los pueblos de la isla, el Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos arrancó formalmente en julio, precisamente cuando el país comenzaba a reabrir sus puertas a la economía y a los eventos sociales. Ese mismo mes Puerto Rico comenzó a percibir un repunte exponencial de casos que ha sido difícil frenar.

“Cuando nuestro sistema comenzó fue como entrenar soldados en la guerra y aun falta más por evolucionar. Éramos muchos los que hacíamos llamados a que hacía falta comenzar este proceso antes de que iniciaran a flexibilizar. Así que a mediados de julio, cuando fuimos implementando a gran escala el sistema era tarde para frenar esa transmisión comunitaria que venía sumándose. Ahora estamos dando soporte, pero tienen que continuar las medidas restrictivas para intentar llegar al marco que teníamos en junio cuando los casos eran aislados. El sistema es clave y debe dirigir el curso de la pandemia junto a otros factores”, indicó al enumerar, por ejemplo, la importancia de promover la realización de pruebas moleculares y lograr que la isla -o las poblaciones que sean consideradas para una reapertura dentro del país- logren una estabilidad de más de 14 días sin contagios.

Aunque ha sido un paso agigantado -ante la pobre respuesta inicial del gobierno en este proceso, que es uno vital a nivel de prevención e intervención para tratar de desacelerar los casos- lo cierto es que no todos los municipios avanzan a la misma velocidad.

Actualmente, de los 78 municipios hay 30 que tienen el equipo completo de vigilancia epidemiológica (5 profesionales por cada 25,000 habitantes, incluyendo epidemiólogo, investigadores de casos, rastreadores de contactos), 41 tienen un equipo parcial (no tienen todo lo recomendado ), 4 solo tienen epidemiológo o epidemióloga y hay 3 pueblos que no se integraron a la iniciativa (San Juan, Morovis y Adjuntas).

¿Por qué no se integraron estos pueblos al Sistema y cómo afecta esa situación el proceso o recopilación de datos?, se le preguntó a Cruz.

“En estos municipios entienden que tienen un sistema de rastreo funcionando. Y no digo que esté mal. Villalba, Vieques y San Germán lo tuvieron y luego se integraron. Pero lo que ocurre es que tampoco tenemos los datos de estos pueblos. El Departamento de Salud tiene que entrar a nivel central y regional a recuperar esos datos y es bien difícil mantener un control. Afecta nuestro análisis porque, por ejemplo, lo que pasa en San Juan influye en lo que ocurra en Bayamón y los demás pueblos del área metro”, expresó.

De otra parte, un análisis realizado y divulgado en Twitter por el también epidemiólogo Danilo Trinidad reveló que las incidencias de casos en estos tres municipios que no participan del esfuerzo -en particular San Juan y Morovis- es “alarmantemente alta”. Indicó que para las primeras tres semanas de agosto reflejaron 25 casos por cada 10,000 habitantes.

Mientras, ambos epidemiólogos contrastaron ese escenario con el que tuvieron pueblos como Villalba, Añasco y Guayanilla que tuvieron incidencias de menos de cinco casos confirmados por cada 10,000 habitantes, lo que catalogó Cruz como un gran “logro” y eficacia del sistema de vigilancia y rastreo que se lleva a cabo en estas jurisdicciones desde inicios de la pandemia.

“Tenemos el caso de Las Marías y Culebra que no reportaron casos. Y son pueblos que manejaron brotes en julio. Ahí es que ves el esfuerzo e importancia de la intervención del equipo epidemiológico y rastreo”, recalcó.

El informe de ayer del Departamento de Salud indica que a la fecha hay 16,692 casos confirmados de COVID-19 en Puerto Rico, y 18,683 casos probables. Actualmente, 477 personas en la isla han fallecido a causa de la enfermedad provocada por el SARS- CoV-2. De esta cifra, 177 muertes ocurrieron en el mes de agosto.

Hay que continuar con medidas restrictivas

De otra parte, la epidemióloga reiteró en varias instancias que su recomendación al gobierno es que se continúen con las medidas restrictivas, al tiempo que se promueven medidas de prevención a gran escala que involucren a los sistemas de vigilancia municipales.

“Dentro de lo que estoy viendo hay que continuar con medidas de restricción que permitan que este sistema se termine de implementar correctamente. Algo que, en principio, no dejamos que ocurriera y ahora estamos viendo los resultados”, acotó.

Dijo que se debe instar a mejorar el reporte de casos y buscar formas creativas para mantener la economía y la educación dentro del escenario que vive el país. Por ejemplo, mencionó que los restaurantes deben adoptar medidas para servir a comensales al aire libre.

“Si flexibilizamos el marco podría complicarse y afectar más a nuestra población”, reiteró.

La orden ejecutiva OE-2020-062 está en vigor hasta este viernes 11 de septiembre. Entre las medidas impuestas por disposición de la gobernadora Wanda Vázquez Garced se destaca un toque de queda de 10:00 p.m. a 5:00 a.m.; un lockdown de 24 horas los domingos; multas de $100 y $500 a personas y entidades jurídicas, respectivamente, que no cumplan con el mandato del uso de mascarillas; y playas, balnearios y cuerpos de agua no están abiertos para bañistas. Solo se permiten corredores, caminantes, deportistas de vela y buceo.

De otra parte, las clases presenciales en escuelas públicas y privadas no comenzarán hasta que se muestre una disminución en los casos confirmados de COVID-19 y las iglesias pueden llevar a cabo cultos y servicios religiosos todos los días “por disposición constitucional” con una ocupación máxima del 25%. Asimismo, los salones comedores de los restaurantes y los centros comerciales permanecen abiertos de lunes a sábado, siempre y cuando la ocupación máxima sea de 25%. Está prohibido el consumo de alcohol en estacionamientos, terrenos o zonas aledañas a comercios. De permitir esta actividad, los dueños de comercios se exponen a la suspensión de sus licencias.

Además, están cerrados los bares, chinchorros, sport bars, cafetines y cualquier establecimiento dedicado a la venta de bebidas alcohólicas durante la vigencia de esta orden. Casinos, gimnasios, salas de eventos y conciertos, cines, teatros y salones de juego también permanecen cerrados, al tiempo que hay una restricción sobre la venta de bebidas alcohólicas después de las 7:00 p.m.