La ocupación de las unidades de cuidado intensivo en los hospitales del país alcanzó un 70%, el límite establecido por el gobierno para calificar un nivel de alerta y un factor determinante para tomar medidas adicionales que ayuden a desacelerar el aumento de casos de COVID-19 que atraviesa la isla.

Según datos publicados en el dashboard del Departamento de Salud, hasta ayer 475 pacientes estaban recluidos en unidades de cuidado, entre estas 62 personas que resultaron contagiadas con COVID. Es decir que de las 681 camas que hay para este tipo de cuidado especializado en los hospitales alrededor de la isla, solo quedaban 206 disponibles (30%).

Algunos médicos habían identificado como barómetro o “botón de pánico” el escenario de llegar a un 70% de ocupación de cuartos de intensivo.

De hecho, el pasado domingo en una entrevista con Primera Hora el secretario de Salud, Lorenzo González, dijo que los pasados días llamaron también su atención pues la ocupación de estas unidades llegó a alcanzar el 66%.

“Esta semana estuvo en 66% y estuve bien preocupado. Hoy está en 64% (464 camas) y de esos 9% (73 camas) son de pacientes de COVID. Así que estamos bien pendientes a ese número”, expresó.

Gestiones realizadas por este diario para confrontar al titular de la agencia han sido infructuosas.

Este escenario a nivel de servicios hospitalarios se suma a la preocupación que hay en diversos sectores luego que el índice de riesgo de la enfermedad en Puerto Rico se clasificara como uno “alto” o en un nivel naranja, lo que implica que hay que ajustar las medidas de intervención de salud pública mediante órdenes ejecutivas.

Según el nuevo modelo de monitoreo anunciado por el gobierno -una herramienta que será la base para tomar decisiones sobre aperturas o cierres en el país- indica que Puerto Rico pasó de un nivel de riesgo amarillo (medio) a uno naranja (alto) el cual requiere acción gubernamental para frenar los contagios de coronavirus. Asimismo, un análisis realizado diariamente en una plataforma de la Universidad Johns Hopkins indica que la tasa de positividad del virus al día de hoy es de 12%. Mientras un monitoreo efectuado por el Puerto Rico Public Health Trust ubicaba esta noche a 57 municipios sobre un nivel de positividad mayor al 10%.

“Estar en un nivel naranja implica que tenemos que volver a contemplar cierres más restrictivos… estamos hablando de algo muy parecido a dónde estábamos la vez pasada cuando teníamos algunos negocios en un 25% de ocupación. Pero, definitivamente, tiene que ser más restrictivo”, dijo a inicio de semana González quien, posteriormente, llegó a mencionar la posibilidad de un “lockdown” como el que ordenó a principio de la pandemia en marzo.

Por su parte, la gobernadora Wanda Vázquez Garced dijo hoy que la determinación de ordenar un nuevo cierre total ante el repunte de casos y aceleración de muertes adjudicadas al COVID-19 dependerá de la disciplina que muestre la ciudadanía al seguir las medidas de salud y seguridad establecidas como métodos de prevención.

“El lockdown está en las manos de cada uno de los puertorriqueños… lo hemos dicho una y otra vez que la única vacuna en este momento para el COVID-19 son las mascarillas, el distanciamiento físico y el uso de handsanitizer”, agregó a preguntas de los medios en una conferencia de prensa en la que se ofrecieron detalles de los actos de demolición de residencias de Guánica que se vieron afectadas por los terremotos ocurridos desde principio de año.

El último informe del Departamento de Salud ha registrado 20,439 casos confirmados de COVID-19 y unos 22,221 probables. Actualmente, 617 personas han fallecido a causa del virus. Los reportes indican que 149 decesos han ocurrido en septiembre.