Más allá del revolú típico que conlleva una campaña de aspirante a gobernador, con sus interminables presentaciones públicas, entrevistas y controversias, el doctor César Vázquez, candidato a la gobernación por el partido Proyecto Dignidad y médico especialista en cardiología que no ha cerrado su clínica a pesar de estar en contienda, disfruta de un pasatiempo que podría verse como todo lo contrario a lo que supone el convulso escenario de la política: leer.

Según comentó a Primera Hora, dedica parte de su tiempo libre a la lectura, ya sea de libros de medicina y ciencias, hasta clásicos de la literatura o textos religiosos.

“Leo literatura médica, particularmente de cardiología, pero literatura médica en general, los avances en los tratamientos de cardiología, avances en diagnóstico, y en esta época sobre todo lo que sale del manejo del coronavirus. En particular, en este momento, me circunscribo a literatura médica. Y obviamente, por interés personal, leo la Biblia, leo algunos libros, a veces ni tan siquiera libros, capítulos, sobre algunos temas particulares”, comentó Vázquez sobre su pasatiempo.

Abundó que en un momento dado estuvo “bien apasionado” por temas de arqueología bíblica y territorios que se asocian a la misma como Palestina, el antiguo Egipto, Asiria, Mesopotamia, “pero ya no tengo el tiempo que tenía antes”.

Agregó que también disfruta leer sobre arte, y “cuando viajo, uno de los lugares favoritos míos es visitar museos, tanto de historia como museos de pintura, escultura. Me llama la atención la cultura. Creo que es la expresión libre del espíritu humano, y nos conecta. Creo que cuando uno ve la pintura, la escultura, y ahí usted ve reflejada las preocupaciones de los antiguos y se da cuenta que son las mismas preocupaciones nuestras hoy en día”.

Su interés se extiende también a otros temas, como la filosofía, el deporte. “Si lo encuentro atractivo y me gusta, lo puedo leer”.

Tal es su pasión por leer que se imagina que “el cielo será parecido a la Biblioteca del Congreso y la eternidad para poder leerla”.

Siendo un ávido lector, le preguntamos cuáles serían los títulos que recomendaría al público.

“Obviamente, la Biblia. La Biblia recoge miles de años de historia, tiene diferentes estilos literarios y cuenta muchas historias que son parte de nuestra cultura. A mí me encantó el Quijote, El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. Me gustó mucho un libro de cuentos de Abelardo Díaz Alfaro, creo que se llama Terrazo, donde está El Josco, Santa Clo va a la cuchilla. Hay un cuento de un escritor puertorriqueño, no me acuerdo exactamente, Tres hombres junto al río, creo que es de René Marqués, esa historia me llamó mucho la atención. Y si uno quiere irse en un viaje y leer mucho y al final no saber de qué rayos leyó, me leí los Versos satánicos de Salman Rushdie, y eso sí que es… es una versión más moderna de Cien años de Soledad, que también me leí, de Gabriel García Márquez. Así que hay mucha literatura. Tengo un cuarto lleno de libros y me han encantado siempre”, relató.

Asimismo, mencionó otros escritores cuyas obras le han llamado en particular la atención, como C.S. Lewis, que aunque para algunos sea quizás más conocido por serie fantástica de Las crónicas de Narnia, “también tiene una sección de literatura cristiana espectacular”. También mencionó al teólogo anglicano John Stott “que me parece que es de lo más prudente, de lo más sensible en teología de reciente cuño”.

“Me leí La ciudad de Dios, de San Agustín. Y puedo seguir hablando de montones de libros que he leído en mi vida y que se me ha quedado algo grabado al respecto”, agregó.

Siendo el caso que también es padre y abuelo, le preguntamos qué obra recomendaba para los niños y niñas y de inmediato resaltó el clásico El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, que describió como “más formal, pero una historia excelente para los niños”. Agrego que muchos de los libros de Abelardo Díaz Alfaro también “son apropiados para los niños”.

“Me encanta Mafalda. Tenía básicamente toda la colección de los libros de Quino, que murió recientemente. Mafalda es el mundo de los adultos visto desde la mentalidad de los niños. Hay una caricatura, que también me encanta, Calvin and Hobbes (de Bill Watterson), esa es norteamericana”, agregó el doctor.

Vázquez recordó que a su papá le gustaba leer mucho, y “me leía. Y no se me olvida un romancero español, que tenía poesía, desde la edad media, del español antiguo, hasta lo que llamamos el modernismo, Rubén Darío, Amado Nervo. Yo era pequeño, y me llamaba la atención la cadencia, las ideas. Me gusta la poesía, Pablo Neruda, José de Diego”, mencionó, citando algunos versos.

“Uno se sorprendería de que los niños son más capaces de lo que uno piensa en entender la literatura de los adultos si uno va poco a poco, y si uno le va explicando”, reflexionó.

Recordó también otro momento que lo llevó a sumergirse en la literatura, cuando tomó una clase de arte dramático en séptimo grado, “y me impactó tanto que fui a la biblioteca y me leí todas las obras de Shakespeare, en aquel momento, en español, porque no manejaba el inglés como para leer literatura inglesa”.

“Así que la lectura para mí es abrir los ojos a un mundo, es enseñarte a pensar, es enriquecer tu vocabulario, es viajar sin viajar, es conocer otras personas. Interesantemente, cuando uno lee, tú puedes ver, o leer lo sentimientos del corazón de alguien que vivió hace 300 o 400 años. Es como si conocieras a esa persona”, comentó. “Para mí la lectura ha sido una vida”.

El doctor lamentó que hoy día “nuestros jóvenes no han aprendido a leer” y acotó que “hay cosas que no puedes desarrollar si no lees”.

“En medicina tú tienes que leer, en ingeniería tienes que leer, en arquitectura tienes que leer, en literatura obviamente tienes que leer. Y eso (que los jóvenes no lean) es un problema. De hecho, en una discusión que tuve con profesores universitarios me dijeron que en este momento eso es parte del problema de los jóvenes que se gradúan de escuela superior. Llegan a universidad con unas destrezas… no solo de lectura, sino una incapacidad de expresarse apropiadamente, porque no leen. Así que yo creo que es importante volver a desarrollar la destreza de leer en nuestros niños”, afirmó.

Y además de a lectura, ¿algún otro hobby?

“Me encanta el deporte. Siempre fui un fanático del baloncesto, el que fuera, escuela superior, universidad, nacional, NBA, liga europea. Yo jugaba baloncesto, fui parte del ‘junior varsity’ y el ‘varsity’ en la escuela superior de la Universidad. Jugué algo intramural en la universidad, ya había que estudiar y no tenía el tiempo. Y siempre me he quedado. De vez en cuando voy a la cancha. Mientras los nenes míos tenían 13, 14, 15 años yo los dejaba ganar, después pa ganarles tenía que matarlos, eran más altos, más rápidos que yo. Pero que bueno, son la versión mejorada. Todavía me apasiona el baloncesto. Me apasiona el fútbol español. Me encanta el voleibol. El voleibol de playa es espectacular. La liga italiana de voleibol, eso es otra cosa. Veo béisbol. Me mociono con los jugadores puertorriqueños”, mencionó Vázquez.

Por último, mencionó el pasatiempo que le hubiese gustado tener, pero que no ha conseguido: nadar. “Me hubiese gustado ser mejor nadador. No tuve tiempo para desarrollarlo. Pero, pero, recientemente me tiré en la piscina y nadé 50 pies bajo el agua… con eso lo digo todo”.