La variante Ómicron sigue ganando terreno y provocando cifras récord de contagios a nivel mundial, incluyendo a Puerto Rico, donde solo el lunes se reportaron más de 5,700 casos detectados por pruebas moleculares y de antígenos, una herramienta base y esencial para contener el súper repunte de COVID-19 que ha explotado en plena época festiva de Navidad.

¿Hay pruebas suficientes? Esta pregunta surge en cada esquina del archipiélago ante este clima de incertidumbre que mantiene atestados los puntos fijos de realización de pruebas del Departamento de Salud y los laboratorios privados.

Y es que ante la gigantesca ola de casos los gobiernos buscan estrategias para frenar las infecciones del virus SARS-CoV-2 mediante la detección temprana de casos, a la vez que se hacen campañas para promover la vacunación del COVID-19 con un énfasis particular en la dosis de refuerzo y en la inoculación en los niños de entre 5 a 11 años.

Desde inicio de la pandemia en marzo de 2020 se sabe que la realización de pruebas son la base para evitar la propagación del coronavirus pues da información de cómo se está comportando el virus a nivel epidemiológico y ayuda a las autoridades a tomar las medidas necesarias. Este proceso va a compañado de una buena investigación y rastreo de contactos para que quienes estén infectados no sigan propagando el virus.

En Puerto Rico, según el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, hay un inventario actual de sobre 329,910 pruebas de antígeno y 41,000 de pruebas moleculares. “En estos próximos días se recibirán unas 9,000 pruebas moleculares y 70,000 pruebas de antígeno”, expresó en declaraciones escritas Mellado.

Precisó que, actualmente, el gobierno realiza unas 18,000 pruebas entre antígeno y PCR a través de los centros fijos implantados por la agencia en colaboración con organizaciones sin fines de lucro y los municipios.

“Esta semana se ampliaron los esfuerzos de detección del COVID-19 y se establecieron sobre 100 centros fijos alrededor de toda la isla con la ayuda de los municipios. Lo que aumenta la cantidad de pruebas de detección a 40,000″, indicó Mellado justo cuando la tasa de positividad sobrepasaba el 15% y cuando se evidencian contagios sumamente altos en el grupo de jóvenes de entre 15 a 19 años y 20 a 29 años. En estos sectores demográficos la tasa de positividad el martes era de 22.8% y 22.3%, respectivamente.

Esto se suma a los análisis que se canalizan en los laboratorios privados donde desde que comenzó la pandemia se han realizado 1.6 millones de pruebas para detectar el coronavirus. Ilia Toledo, presidenta de los Laboratorios Toledo y miembro del Grupo de Trabajo del Consorcio de Laboratorios Clínicos del Referencia rechazó que haya escasez de pruebas en la isla, pero otros miembros del grupo admitieron que el problema es que ante la avalancha de casos que han recibido en la última semana hay algunos laboratorios que no dan abasto.

Algunos laboratorios ya no tienen capacidad, en el sentido de que están sobrecargados de trabajo”, informó uno de los miembros del grupo, Mariano de Socarraz, presidente de Core Plus Puerto Rico.

Ante este clima de incertidumbre, el presidente Joe Biden anunció este martes medidas adicionales para atajar el aumento de contagios de coronavirus a través del envío por correo de 500 millones de pruebas de COVID-19 , la instalación de nuevos centros de realización de pruebas y administración de vacunas, y la suma de apoyo profesional y militar en sistemas hospitalarios comprometidos por falta de empleados.

El plan se anunció a pocas horas de que los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) ratificaran que el 73% de las infecciones nuevas en Estados Unidos están asociadas a Ómicron, un linaje reportado por primera vez el 24 de noviembre en Sudáfrica. En Puerto Rico, también se detectó la variante y, aunque las autoridades locales no han sido categóricas, los científicos aluden el disparo de infecciones del virus a una transmisión comunitaria que cada minuto gana más terreno.

Una de las acciones que tomará el presidente Biden será robustecer el acceso a pruebas gratuitas de COVID-19 en los Estados Unidos, instalando nuevos centros de detección alrededor del país para ayudar a estados “que necesitan capacidad de prueba adicional”. El primer centro se instalará esta semana en Nueva York, que enfrenta un preocupante aumento de hospitalizaciones por el coronavirus.

Igualmente, el gobierno Biden anunció la compra de 500 millones de pruebas a domicilio este invierno “para ser distribuidas gratis para los estadounidenses que así lo deseen”, con el envío inicial comenzando desde enero de 2022. “La administración creará una página web en el que los estadounidenses podrán hacerse pruebas a domicilio de forma gratuita”, informó la Casa Blanca.

Además se precisó que hay una orden federal para que las aseguradoras de salud reembolsen los gastos de las compras de pruebas de antígenos de COVID-19 a quienes decidan adquirirlas en el mercado privado. Estas pruebas -que ya comienzan a escasear en las farmacias- no requieren recetas y tienen un costo en Puerto Rico de entre $20 a $24.

Primera Hora solicitó al Departamento de Salud conocer cuál sería el plan de la isla para cumplir con las expectativas de envío de pruebas al hogar que anunció el presidente Biden, pero no hubo respuesta sobre el particular.

El gobernador Pedro Pierluisi, por su parte, acogió con beneplácito el plan del presidente y se mostró esperanzado en que el gobierno federal utilice recursos para acelerar la producción de más pruebas y expandir el acceso a las vacunas a todos los ciudadanos americanos. “Puerto Rico ha dado cátedra en el manejo de esta pandemia y aprovecharemos estas ayudas para seguir luchando contra el COVID-19 hasta vencerlo”, dijo por escrito a este diario.

A juicio de la epidemióloga y exdirectora del Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC) del Departamento de Salud, Fabiola Cruz, sin duda las pruebas de detección son la base para identificar los casos de coronavirus y cualquier gestión por impulsarlas es beneficiosa.

“En cambio, es momento de sumar todas las medidas. Tenemos que realizar pruebas, pero hay que garantizar que se haga un buen rastreo de casos y que se trate de lograr esa investigación inicial en 24 horas. Además, esto debe estar acompañado de una campaña de educación y no la veo. La gente tiene que saber qué tiene que hacer si da positivo a la prueba. Tienen que entender los conceptos de aislamiento (para la persona contagiada) y de cuarentena (para sus contactos). Y hay que vigilar que todos cumplan, que haya un monitoreo”, precisó Cruz al insistir que también hay que mostrar vigilancia con las limitaciones que pudieran surgir pronto pues en la isla nunca se había trabajado a un ritmo de realización de sobre 35,000 pruebas diarias.

“Pero lo que más me preocupa con este aumento de Ómicron que jamás imaginamos es lo que vaya a pasar a nivel de hospitalización en las próximas semanas. Y me preocupa porque la población de Puerto Rico ha perdido inmunidad. Ahora mismo el 40% de ese 74.2% de la población que recibió dos dosis necesita el refuerzo. A eso súmale que quedan 150,000 adultos mayores de 60 años que nunca se vacunaron. Es muchísimo el trabajo que se tiene que hacer ahora porque estamos bien vulnerables. El enfoque debe ser educar a la gente para que entiendan que el refuerzo es parte del régimen de vacunación. Lo necesitamos para lograr inmunidad”, acotó quien también sugiere cancelar cualquier actividad social en las próximas semanas, incluyendo eventos multitudinarios con el festín de Fin de Año que el gobierno auspicia para los escenarios del Centro de Convenciones y en el que se esperan 10,000 personas.

Biden también dirigió su mensaje a hablar de las vacunas y dijo que en Estados Unidos hay 90,000 puntos para que la gente acuda a inocularse.

“Nuestras vacunas son las herramientas más poderosas que tenemos —estas funcionan para proteger a las personas de enfermedad grave y muertes, y los refuerzos proveerán protección óptima a las personas”, expresó al agregar que puede ser que los contagios entre individuos vacunados aumenten debido a la mayor transmisibilidad de la Ómicron, pero que la evidencia hasta la fecha es que lo más probable es que sus casos sean leves

Despliegue adicional de personal militar en hospitales

De otra parte, el presidente dijo que el Departamento de Defensa preparará unos 1,000 soldados, entre ellos profesionales de la salud, para que se dirijan a hospitales que enfrentan una merma de personal durante los meses de enero y febrero. Igualmente, la administración ya desplegó unos seis equipos de respuesta de emergencia, que consisten de más de 100 trabajadores clínicos y paramédicos en estados como Michigan, Indiana, Wisconsin, Arizona, Nuevo Hampshire y Vermont.

Por otro lado, el gobierno estadounidense activará a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias para generar más personal y capacidad para el Centro Nacional de Coordinación de Respuesta y otras regiones del ente federal y movilizar equipos para asesorar y aumentar la cantidad de camas a los hospitales de todo estado y territorio antes de los repuntes que pudieran enfrentar los sistemas de salud. Todo esto con la promesa de que los gobiernos continuarán recibiendo “un reembolso federal del 100%” para todos los costos de la respuesta de emergencia de COVID-19.

Primera Hora preguntó a Fortaleza si considerarían dialogar con el gobierno federal para reactivar a la Guardia Nacional en los esfuerzos de atajar la variante Ómicron. La Guardia Nacional jugó en rol trascendental en la logística y distribución de las vacunas contra el COVID-19 a principios de año, y luego fue responsable en instalar 14 centros de inoculación alrededor de la isla. No obstante, el ente militar sufrió una negativa a inicio de diciembre por parte de los CDC por administrar el fármaco en 74 menores de 16 años en Caguas cuando no había autorización todavía para inmunizar a este grupo demográfico. Desde entonces, quedaron fuera de la ecuación en los procesos de logística.

Sobre este particular, la secretaria de la gobernación, Noelia García Bardales, dijo que existe la posibilidad de usar la organización militar “para otras responsibilidades”, como la administraron de pruebas de cernimiento.

“La Guardia Nacional, con la autorización de los CDC, continuará manteniendo la barrera biológica en el aeropuerto, ellos han hecho una labor excepcional haciendo pruebas de cernimiento y filtrando quien entra a Puerto Rico”, expresó García Bardales. “La Guardia Nacional ha sido un brazo ejecutor bien efectivo”, agregó.

Se le inquirió saber si el gobierno considera a los profesionales de la salud alistados a la Guardia Nacional, a lo que García Bardales acotó que es un asunto discresional tanto de los CDC como el Departamento de Salud.

“En la Guardia Nacional, tenemos manos hábiles para seguir ayudando a Puerto Rico”, puntualizó.