Durante una Sesión Especial, la presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González, le entregó hoy la Medalla de Honor de la Asamblea Legislativa al sargento de la Marina de Guerra de los Estados Unidos, Carlos Evans, por su heroísmo, valentía y ser un destacado puertorriqueño en las fuerzas armadas.

Los miembros del Cuerpo se unieron para reconocer a quien todos llamaron héroe. Evans, natural de Fajardo y padre de dos niños, sirvió tres veces en Irak y una en Afganistán, donde el 26 de mayo, el estallido de una bomba le causó heridas que provocaron que le amputaran parte de su brazo izquierdo y ambas piernas.

“Evans representa también la honra que le da este Cuerpo a una persona que es el ejemplo de sacrificio y de sacrificios máximos que rinden nuestros hombres en las fuerzas armadas a nuestra nación, por la lucha por la libertad, ciudadanía americana  y a nuestras banderas. Evans representa a ciento de miles que han sufrido en carne propia lo que es defender las consignas que enarbola ser parte de la nación americana”, sostuvo González.

El representante por Fajardo y portavoz de la mayoría parlamentaria, Carlos “Johnny” Méndez Núñez, expresó que “está prohibido olvidar a nuestros soldados que han luchado por la libertad y regresan a casa heridos o sin vida. Como Evans, que en este momento es portavoz de muchas organizaciones de veteranos en los Estados Unidos que los ayudan”.

Asimismo, el representante Luis Raúl Torres, destacó que “es un merecido  homenaje de mucha honra, porque es un honor tenerlo aquí hoy, por luchar por la libertad y proteger la integridad del país”.

Con sus prótesis en ambas piernas y brazo y junto a su esposa Ruth Marie, el militar de carrera se puso de pie para agradecer el reconocimiento, la bendición de estar vivo y poder ayudar a otros como él.

“Si hay algo que he aprendido de esta situación, cuando fui herido y perdí mis piernas y mi mano y que en el helicóptero mis amigos creyeron que estaba muerto, es que tenemos que apreciar cada día de nuestras vidas. No sabemos de mañana y hay que vivir cada día como si fuera el último. Tampoco podemos dejar las cosas para mañana, tenemos que hacerlo hoy”, expresó Evans casi en sollozos mientras saludaba a sus padres, familia, amigos y compueblanos, que lo aplaudían desde las gradas.

Al mismo tiempo expresó que sintió temor de volver a la Isla por no saber cómo reaccionarían su familia y amigos por su condición. No obstante, expresó que desde que arribó ha recibido el apoyo y cariño de todos, incluso de personas que no conoce.

Evans ingresó en el 2004, en los Marines  en Guaynabo,  y dijo que “fue con mucho orgullo. Estuve herido, perdí mis piernas y mano izquierda, pero quiero decirles, que Puerto Rico sepa, que no me arrepiento de ello. Si tuviera que volver a hacerlo de nuevo lo haría.”

Mientras se dirigía a los presentes, lamentó la ola criminal que enfrenta el país y sostuvo que como pueblo “todos tenemos una responsabilidad de ayudarnos más y hacer más los unos por los otros. Los puertorriqueños somos unidos y nos ayudamos y las noticias que aparecen en primera plana pueden cambiar y ser mejores”.