El cierre de comercios a las 11:00 de la noche, ley seca en periodos y horarios específicos, así como obligar a profesionales de la salud que estén en contacto con pacientes a utilizar mascarillas N95 son algunas de las sugerencias que se le han hecho al gobernador Pedro Pierluisi para intentar frenar el alto nivel de contagios, hospitalizaciones y muertes a causa del COVID-19 que se han registrado desde julio. Mientras, cerrar las escuelas no es opción entre los grupos que expresan sugerencias al Primer Ejecutivo.

En Puerto Rico, al igual que otros países alrededor del mundo, se ha observado un exponencial repunte de casos de COVID-19 a causa de la presencia de nuevas variantes del SARS-CoV-2, en particular la denominada B.1.716.2 (Delta), la cual se ha demostrado científicamente ser mucho más contagiosa que las otras cepas del virus.

El gobernador presentará este lunes una nueva orden ejecutiva para tratar de contener el repunte, según adelantó el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, quien guardó silencio sobre cuáles serán las medidas del gobierno. “Hay que seguir reforzando la vacunación y restricciones hasta que podamos tener más personas vacunadas”, dijo Mellado.

En cambio, otros científicos que han sido vocales durante los pasados 18 meses de pandemia y han colaborado en la toma de decisiones gubernamentales, expresaron a Primera Hora cuáles son las estrategias que se deberían implementar a partir de mañana.

Por ejemplo, el doctor José Rodríguez Orengo, director del Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico, dijo que “Puerto Rico ha llegado al tope de una montaña y ese tope está bastante alto con cerca de 910 infectados diariamente”, por lo que urge actuar inmediatamente retornando a restricciones.

“Tenemos una variante más infecciosa y llevamos tres semanas que han subido y se han mantenido un nivel alto de contagios. Definitivamente, hay que tomar acción, aunque sea de forma escalonada para poder atajar la situación. Desafortunadamente, con lo que está ocurriendo en las próximas dos semanas seguirán las personas en hospitales y habrá gente muriendo, principalmente los que no están vacunados”, sostuvo.

Agregó que en discusión con un grupo de epidemiólogos que no son miembros de la Coalición Científica de Puerto Rico (al que pertenece), han sugerido el cierre de negocios a partir de las 11:00 de la noche hasta las 5:00 de la mañana. Además, proponen ley seca en ese mismo periodo.

“Hemos visto que unos de los grupos que más se están infectado son los jóvenes de 20 a 29 años y hay que evitar las aglomeraciones sin control que están ocurriendo en esa población. Además, hay que evitar expedir bebidas alcohólicas después de las 11:00 de la noche o por un periodo particular, porque después de dos o tres tragos la mascarilla no funciona, se sube el tono de voz y aumentan las posibilidades de un contagio estén al aire libre o en un sitio cerrado. De igual forma, mantendría el uso de mascarillas en todos los lugares, sean abiertos o cerrados, porque sabemos que cuando hay juntes la interacción social cambia y uno tiende a ser más afectivo y a hablar alto”, acotó.

Por su parte, la Coalición Científica no emitirá declaraciones sobre recomendaciones hasta que el gobernador anuncie las nuevas disposiciones, explicó a Primera Hora la portavoz de prensa del grupo asesor, Margie Álvarez. Sin embargo, el presidente del organismo, Daniel Colón Ramos, recurrió a redes sociales para dejar claro que cerrar las escuelas no es una opción a considerar.

“Cuando surjan contagios en algunas escuelas (lo cual probablemente sucederá, ya que hay contagios comunitarios), no correspondería automáticamente cerrar todas las escuelas, como tampoco correspondería cerrar todos los hospitales si hay un contagio en un hospital”, escribió en Twitter al agregar que corresponde examinar los contextos en los que ocurren las infecciones y ajustar los protocolos de cada plantel para garantizar la seguridad de alumnos y personal escolar. “Si no cumplen con los protocolos, deben cerrarse... pero deben cerrarse aquellas escuelas o contextos que no cumplan. No todas”, aclaró.

Mientras, el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Víctor Ramos, adelantó a este diario que ante el comportamiento observado entre algunos profesionales de la salud -que utilizan mascarillas de tela o quirúrgicas cuando atienden pacientes en hospitales- se solicitó al gobernador y al secretario de Salud, a emitir una orden que asegure el uso adecuado de este equipo de protección personal en las clínicas.

“Estamos pidiendo al gobierno que emita oficialmente una orden ejecutiva u orden administrativa en la que se le ordene a todo el mundo que atiende pacientes que tenga puesta una mascarilla N95. Esperamos que sea parte de las nuevas estrategias que se tomen inmediatamente porque estamos teniendo muchos problemas. Hay escasez de personal y tener que sacar gente con esa falta de personal, cuando surge un contagio, y en medio de este repunte de casos de COVID es un tremendo problema”, puntualizó Ramos.

Los contagios por el coronavirus SARS-CoV 2 entre médicos y profesionales de enfermería también han aumentado en las últimas semanas. De hecho, la semana pasada se reportó la muerte del enfermero práctico Luis Oquendo, quien laboraba en la Sala de Emergencias del Centro Médico, en Río Piedras.

A la fecha 18 profesionales de enfermería y 16 médicos han fallecido a causa del virus.

De otra parte, expertos como la epidemióloga Fabiola Cruz, exdirectora del Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC), o el presidente de la Asociación de Hospitales, Jaime Plá, han exhortado al gobierno a través de Primera Hora a que se consideren estrategias de contención de la epidemia adicional a los esfuerzos de vacunación. Alegan que la inmunidad que produce la vacunación no tiene un efecto inmediato, mientras tanto, la variante Delta sigue ganando terreno y cobrando vidas.

Por su parte, la Epidemióloga del Estado, Melissa Marzán, coincide en que hay que recurrir a “múltiples estrategias”, aunque reconoció que el enfoque principal debe continuar siendo la vacunación.

“El enfoque con la vacuna hay que seguirlo, porque es protectiva y queremos que la gente lo comprenda. Por ejemplo, ocho de 10 defunciones son asociadas a personas que no están vacunadas y esa tendencia se ha mantenido. Sabemos que puede ir cambiando a través del tiempo porque estamos ante una variante más transmisible. En ese sentido, también hay que considerar otras cosas, entre ellas las de nivel individual que ya conocemos a través del uso de mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento físico. Pero también hay que tomar en cuenta los lugares de alta aglomeración porque son un factor de riesgo, al igual que espacios con poca ventilación. Estas son cosas que se han ido planteando como potenciales estrategias y todas están bajo consideración en este momento que hay un alto nivel de transmisión. Queremos retomar el control de la epidemia”, sostuvo recientemente.

¿Por qué el gobernador tomará nuevas medidas restrictivas?

El anuncio del gobernador -quien ha impulsado la obligatoriedad de la vacuna en diversos sectores públicos y privados- será consecuente al preocupante escenario con el COVID-19 que se ha vivido en la isla durante las pasadas semanas donde han subido de 25 casos únicos detectados el 26 de junio a 254 reportados el 23 de julio y 575 informados para el 25 de agosto.

Las infecciones han provocado a su vez un aumento sustancial en las hospitalizaciones que para el 2 de julio estaban en los 50 ingresos por día y para el 28 de agosto sumaban 488, incluyendo a 30 pediátricos.

El efecto secuencial se ha visto también en las muertes, considerando que el reporte en lo que va de agosto es casi ocho veces más que las cifras registradas en julio cuando se notificaron 30 decesos. En 28 días de agosto han fallecido de COVID-19 unas 239 personas en Puerto Rico, elevando el total de muertes por esta enfermedad a 2,826.

Según datos provistos a Primera Hora por el Departamento de Salud, hasta la semana pasada el 77% de las muertes ocurridas este mes se reportaron en personas no vacunadas. Los estudios han sido claros en que, si bien los vacunados pueden contagiarse del virus, sus riesgos de infectar a otros, hospitalizaciones y muertes reducen dramáticamente. Por eso el llamado, además de la inoculación, es a protegerse con medidas como el uso de mascarilla, el lavado constante de manos y el distanciamiento físico.

El último informe del Departamento de Salud indica que 2,001,769 personas aptas (12 años o más) para vacunarse completaron el proceso, mientras que 2,316,820 cuentan con al menos una dosis. En total, se ha logrado el proceso con el 81.3% de la población hábil para inocularse.

Los pueblos de Cataño, Añasco, Peñuelas, Loíza y Naguabo tienen los porcentajes más bajos de vacunación. Mientras que Villalba, Aibonito, San Sebastián, Bayamón y Las Marías van a buen ritmo en la dinámica.