El gobierno de Puerto Rico cerrará 179 escuelas públicas para ahorrar más de $7 millones en medio de una profunda crisis económica que ha desatado un éxodo hacia Estados Unidos, dijeron el viernes las autoridades. 

Más de 27,000 estudiantes serán reubicados en otros planteles cuando sus escuelas cierren a finales de mayo, dijo la recién nombrada secretaria de Educación, Julia Keleher. 

“Tenemos una crisis fiscal y pocos recursos, y 10 años repartiendo casi 3.000 millones de dólares en un sistema donde casi no hay libros”, señaló. “Las circunstancias no nos permiten seguir haciendo lo mismo porque no tenemos los recursos”. 

La noticia sobre el cierre de las escuelas aumentó las preocupaciones de que la emigración de puertorriqueños pueda incrementarse. Casi 450,000 isleños salieron en la última década de Puerto Rico hacia Florida y otras partes de Estados Unidos para escapar de la crisis económica. 

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En un principio, las autoridades habían dicho que 184 escuelas cerrarían sus puertas, pero posteriormente anunciaron que cinco de ellas seguirán abiertas. 

El cierre de los planteles anunciado el viernes será el de mayor escala en la historia de Puerto Rico, y las autoridades han dicho que en parte generará ahorros de millones de dólares anuales para el Departamento de Educación, el cual representa casi el 30% del presupuesto de $9,000 millones de la isla. Las autoridades cerraron 150 planteles entre 2010 y 2015. 

Aída Díaz, presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, dijo que el plan de Keleher tiene sentido, en comparación con los cierres previos efectuados por gobiernos anteriores. 

“Los líderes vivimos de la controversia, pero no estoy en contra del plan”, afirmó. “Esto ha sido un proceso mucho más organizado y muy pensado, y muy sustentado con datos e información”. 

Dijo que muchas de las escuelas que van a cerrar tienen pocos estudiantes e infraestructura en muy mal estado, así como falta de aire acondicionado en una isla donde los veranos son extremadamente calurosos. 

Sin embargo, muchos padres en una escuela en la capital San Juan, quienes dijeron haberse enterado de los cierres a través de los medios de comunicación, estaban muy molestos. 

“Esto es un desastre”, dijo Ana Sánchez, madre de una niña de 8 años cuya escuela nueva va a cerrar por segunda ocasión en dos años debido a la crisis. “Causa un descontrol psicológico”. 

Según los detractores de medidas similares previas, la autoridad no tomó en cuenta la logística del transporte ni las necesidades de los que requieren educación especial. Un 30% de los estudiantes puertorriqueños reciben educación especializada, el doble que en el territorio continental estadounidense. 

Keleher hizo énfasis en que se están atendiendo las necesidades de educación especial y que nadie será despedido por los cierres, los cuales dijo le permitirán al departamento atender mejor a los alumnos y redistribuir los recursos en forma más equitativa. Los líderes de asociaciones que representan a personas discapacitadas dijeron que apoyaban el plan de la secretaria. 

Varios funcionarios de educación también respaldaron la medida, y señalaron que secretarios de educación previos no utilizaron adecuadamente los recursos limitados con los que contaban. 

Ida Luz, directora de una escuela en la municipalidad de Bayamón que será una de las que van a cerrar, dijo respaldar el cambio porque carece de los recursos que requieren sus estudiantes. 

“Casi no nos llega presupuesto”, señaló con los ojos llenos de lágrimas. “A veces los niños tienen que ir a mi oficina para pedir ‘toilet paper’ (papel de baño). Yo lo traigo desde mi casa”. 

La isla tiene un total de 1,292 escuelas públicas a las que asisten 365,000 estudiantes. La matrícula escolar ha caído 42% en las últimas tres décadas y se prevé una baja adicional de 22% en los próximos años, según un informe del Boston Consulting Group _una firma de consultoría en administración_ enviado al gobierno anterior para ayudar a reestructurar el sistema escolar puertorriqueño.