Ante la desconfianza que tiene de que el sistema eléctrico del país aguante un ciclón tropical, Evelyn Díaz Santiago salió temprano este martes desde Arecibo y soportó hacer cinco horas de fila para adquirir un generador eléctrico.

“Ahora viene la tormenta y yo tengo un nene. Esperamos en Dios que no venga, pero lo hago más bien por la familia”, afirmó la arecibeña.

Comentó que fue la amenaza de la formación de una tormenta tropical la que le dio el empujón para finalmente adquirir el generador en la tienda Power Sport, en Río Piedras. Allí, cientos de personas hacían fila para seleccionar el artículo, pagarlo y recogerlo en el almacén. Este proceso fue el que hizo que Díaz Santiago estuviese cinco horas en espera, desde las 11:30 a.m. hasta las 4:30 p.m.

“Hace semanas queríamos una planta, pero ahora con la tormenta nos dio el empujoncito y dijimos: ‘Vamos a tirarnos pa’ allá, a ver si hay suerte'. Gracias a Dios cogimos una… Después que uno tenga la plantita, uno se va feliz”, manifestó la mujer.

La venta de generadores se activó ayer, lunes, cuando en Power Sport vendieron 2,000 de estos equipos. Hoy, la venta también se proyectaba en igual suma, dijo el propietario de la tienda, Enrique González Domínguez, en medio del ajetreo.

El comerciante aceptó que por las medidas que tienen que tomar ante el coronavirus, el proceso de compra registra demoras.

“Para colmo ahora, pues, tenemos que ajustar el proceso. En vez de hacerlo más rápido, cómo lo hacemos más rápido y también eficiente para que nadie se infecte y se enferme del COVID. Así que cambiamos nuestro proceso de venta y nuestro proceso de venta es un poquito más lento ahora”, aceptó, al explicar que la gente tiene que hacer fila a pie para seleccionar el equipo y pagar por el mismo. Luego, se monta en su vehículo y culmina la espera en otra larga fila de autos para hacer el recogido en el almacén.

González Domínguez comentó que desde mayo se ha registrado un aumento en ventas de generados. “Ahora con la amenaza de una tormenta tropical se triplicó”, dijo.

En un recorrido realizado por la zona metropolitana, Primera Hora pudo corroborar que fue esta adquisición de generadores eléctricos la más que movió público.

En un supermercado de Guaynabo, por ejemplo, Irma Rosario comentó que hizo 10 minutos de fila para entrar a adquirir artículos para llenar su alacena.

Dijo que, según se emitió el aviso de tormenta tropical, salió a hacer compra para “no tener que después que nos pase como (el huracán) María, estar en los sitios haciendo fila, pues yo prefiero precaver en vez de lamentar. Así no tengo que estar en la calle buscando nada ni arriesgándome”.

Entre las preocupaciones que expresaron los ciudadanos entrevistados se encontraban que un evento atmosférico pudiese provocar la escasez de suministros en la Isla, agravar la emergencia provocada por el coronavirus y hacer que el gobierno no pueda responder a una nueva catástrofe.

“Me estoy volviendo loca”, soltó María Huertas, cuando salía del supermercado. “Después de la tormenta vienen los tormentos. Me preocupa. Pero, que vamos a hacer. Estos son cosas de Dios”.

No solo los supermercados estaban llenos. Las ferreterías también registraron un aumento de público. Sin embargo, no se observaba fila en la tienda National de Guayanbo.

Hasta allí llegó Jimmy Hernández, quien había recorrido varias ferreterías de la zona metropolitana para adquirir algunos artículos necesarios para conectar un generador eléctrico.

“He estado corriendo de tienda en tienda por la situación que hay. Todo el mundo ‘rush’”, manifestó.

Además de expresar preocupación por el coronavirus, Hernández señaló que “el gobierno no está capacitado completamente para recibir golpe tras golpe. No está fácil. Vamos a ver. Esperamos en Dios que podamos resolver y que no sea peor en esta situación que estamos viviendo”.

Abdiel Viera, de Guaynabo, buscaba en la ferretería equipo de plomería para instalar una cisterna.

“Hay que comprar todo lo necesario para poder sobrevivir. Hay que estar más que preparados”, sostuvo.

Dijo que, ante el miedo de contagiarse con coronavirus, la situación se torna “más tediosa”.

“Con lo de la pandemia y con estos huracanes si arrasan, la cosa se va a poner un poco más difícil para comprar para traer (alimentos). Todo se va a poner más difícil”, explicó.

En la ferretería todavía no se observaba un aumento en la venta de paneles de madera. La compra se dirigía más a baterías, linternas y otros artículos.

El gerente, Manuel Feliciano, dijo que ya para mañana, miércoles, cuando la amenaza del ciclón sea más latente, que se moverían a comprar madera para tapar ventanas y puertas.

“Eso es parte de ser puertorriqueño. Siempre es así”, sostuvo.

Entretanto, las gasolineras también registraban un aumento de público. Sin embargo, no se observaban largas filas.

Hipólito Rivera, de Guaynabo, fue uno de los que estaba llenando el tanque de su auto.

“Me preocupa un montón por el asunto de la pandemia y el ajetreo de estar echando gasolina y preparándose. Pero, hay que prepararse”, dijo con resignación.