Naranjito. Recortes de horas laborables se aplicaron a los empleados de varios restaurantes de la ruta gastronómica de Naranjito, luego de que los comerciantes atravesaran la decaída de la clientela que provocó el cierre del puente Atirantado a finales de enero pasado.

Pero, los estragos no llegaron a mayores en los dos meses y medio en que el tapón se apoderó de la carretera PR-167 para llegar al “Pueblo de los Changos”, ante el cierre de lo que se convirtió en la principal vía de acceso a la montaña.

Ahora, con la reapertura parcial del puente Atirantado en medio de un proceso de reconstrucción, ha resurgido la esperanza de que los comensales vuelvan a invadir las decenas de comercios con sus diversas alternativas culinarias. La oferta va desde comida criolla, fusiones de sabores caribeños y distintiva de algún país, como la chilena.

La travesía para llegar a Naranjito desde la zona metropolitana fluyó sin contratiempos. Solo molestaron las luces rojas de la carretera PR-167 en Bayamón.

Sin embargo, se observó que los cambios viales que se han implementado como parte del proceso de la construcción no están señalados a los conductores antes del desvío hacia el puente Atirantado. Por lo que, si decide regresar a Naranjito este fin de semana, debe saber que de 9:00 p.m. a 11:00 a.m. el tránsito por el puente va en dirección de Naranjito a Bayamón y de 12:00 p.m. a 8:00 p.m. es de Bayamón hacia Naranjito.

Los letreros que sí se observaron fueron como los que colocó el restaurante Atirantado Bar and Grill, que queda a pocos pasos del puente, para anunciar de que siguen “abiertos” y los horarios en los que atienden al público.

Su propietario, Carlos Sierra, contó a Primera Hora que, “al principio, sí, fue un poco impactante. Pero, poco a poco, ha seguido volviendo el cliente por las rutas. Como quien dice, ha ido mejorando. Y, ahora, obviamente con la apertura nuevamente del puente, pues, esperamos que lleguen más clientes”.

Alegó que la promoción que le dieron los medios de comunicación al tapón que generó el cierre del puente ahuyentó a los comensales que solían acudir a Naranjito todos los días tan solo para comer.

“Se exageró un poco lo del cierre”, llegó a decir Sierra.

El comerciante destacó que llegó a recibir llamadas de personas que les preguntaban si la situación les llevó a cerrar su restaurante. Pese a que el impacto no fue de esa magnitud, sí afectó a los trabajadores de la zona. El recorte de horas laborales fue la medida más trascendental que se implementó.

“Hice reducción de horas. Hubo personal que renunció, porque obviamente no aguantaron que trabajaban y hacían mucho más dinero y dejaron de hacer esa cantidad de dinero por la situación. Sí, obviamente, al principio impactó bastante el cierre (del Atirantado)”, afirmó Sierra.

Obeth Torres Hernández, dueño del restaurante D’leite, en el barrio Guadiana, también disminuyó horas de trabajo a su personal.

El comerciante contó que abrió en noviembre de 2022, por lo que el cierre de la vía lo impactó en momentos en que trataba de darse a conocer.

Explicó que su restaurante abre durante la semana y la clientela desapareció. Comentó que, durante los fines de semana, llegaban pocas personas.

“Ya la gente no estaba llegando ni los miércoles, ni los jueves. Empezaron a llegar solamente los fines de semana, pero un poco, desde que se hizo el cierre. Ahora esperamos que, con la apertura, que ya el tapón mermó, esperamos que este fin de semana sea mejor”, afirmó.

Torres Hernández aceptó que espera por este resurgir para no tener que tomar medidas más trascendentales, como sería cesar operaciones en la semana.

Los entrevistados coincidieron en que el apoyo que recibieron solo fue del municipio. Hablaron de que se hacían promociones en las redes sociales para explicar que, durante los fines de semana, el cierre del puente no ocasionaba congestión vehicular o para exponer cuáles eran las vías alternas.

Propuestas de incentivos, préstamos o hasta un proyecto de ley promocionado por el representante popular de distrito, Juan José Santiago, para reducir de 11.5% a 5% el Impuesto de Venta y Uso (IVU) en los comercios de Naranjito quedaron en un tintero.

El alcalde Orlando Ortiz explicó a Primera Hora que apoya toda medida que se pueda obtener para mejorar la situación de su pueblo. Pero, aceptó que la propuesta del IVU requiere la aprobación de la Junta de Supervisión Fiscal, por lo que no ha prosperado.

De su parte, señaló que se encuentra inmerso en una propuesta que hizo el Consorcio de la Montaña, a través de la Oficina de Conexión Laboral, que permitiría dar incentivos con fondos federales para pago de nómina u otros asuntos relacionados. Beneficiaría no tan solo a Naranjito, sino que también a Comerío y Barranquitas.

“El gobierno federal ya dijo que sí, que cualifica. Ahora tenemos que ver en qué cualificamos, o sea cuál va a ser el beneficio. Pero, puede ser desde pago de nómina, pudiera ser contratación adicional. Todo va a depender de la necesidad que poseen los comerciantes”, dijo.

En lo que sí estaba seguro el alcalde Ortiz es que el puente Atirantado no volvería a ser cerrado por largos periodos de tiempo como parte de la construcción.

Señaló que se le ha prometido que los trabajos que requieran detener el tránsito, que principalmente sería para el depósito de hormigón, se realizarían fines de semana y se avisaría con tiempo a la ciudadanía para que esté preparada para el impacto que tendría.

¿Los cambios que se realizan en la construcción a causa de esta apertura del puente podría generar que no se realicen todas las mejoras que se necesitan?, se le cuestionó al alcalde.

De manera tajante, Ortiz afirmó que no permitirá que el puente quede con defectos y que tenga que volver a ser utilizado de manera limitada, como en el pasado, que solo dos de los cuatro carriles podían ser transitados.

“Va a haber un alcalde que se va a estar asegurando de que esas cosas no ocurran. Estoy en comunicación constante con el director ejecutivo de Carreteras, (Edwin González)”, precisó.

Por otro lado, el alcalde contó que el beneficio mayor de esta apertura parcial del puente Atirantado es en la salud mental de los naranjiteños. Aceptó que salían malhumorados en la mañana y regresaban en peor estado en las tardes a causa del tapón.

“Había gente que ya estaban hablando de tener que renunciar a su trabajo, porque no podían cumplir con el horario y cosas así. Eso fue el mayor impacto negativo que tuvimos”, aseguró Ortiz.