Desde este martes Puerto Rico pasó de un nivel rojo de alta transmisión del COVID-19 a uno color naranja de nivel moderado, confirmó la Primera Oficial Médico del Departamento de Salud, Iris Cardona, al advertir que aun así hay que continuar enfatizando en las medidas de prevención y en la vacuna como las principales herramientas para combatir al virus.

Los contagios de COVID-19 en Puerto Rico son 20 veces menos que los que se reportaban a principio de enero, cuando se llegaron a registrar en la isla más de 17,000 casos confirmados por pruebas moleculares y de antígenos por día -con una positividad de 40%-, y se escenificó el peor escenario de la pandemia en términos de transmisión del virus, hospitalizaciones y muertes. Según el portal de Salud, la positividad está en 8.9%.

En las últimas semanas, los casos se han reducido de forma sostenida con un promedio de entre 800 a 850 diagnósticos por día, al tiempo que las hospitalizaciones han ido mermando y distanciándose de las cifras cercanas a los 1,000 ingresos que reportaba la agencia sanitaria a mediados de enero. Este martes había 187 personas ingresadas en clínicas, incluyendo a 13 pediátricos.

Sin embargo, aun cuando el panorama es alentador, los científicos cogen con cautela los números y exhortan a la ciudadanía a inclinarse por actuar con prudencia para evitar situaciones críticas, como las que se experimentaron en el último repunte de casos, tras la llegada de la variante Ómicron.

Al mismo tiempo, se hacen señalamientos para comprender que el coronavirus tiene tendencia de ser una amenaza persistente, debido a la desigualdad de vacunación en las poblaciones y la aparición de variables, pero resultaría manejable.

“Que estemos en un 8.9% de positividad es una gran noticia y, de hecho, bajamos un nivel de transmisión porque estábamos en rojo, extremadamente alto, y ahora aparecemos naranja en el mapa y ya mañana (miércoles) debe verse en los informes del CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades). Sin embargo, tenemos que aprender del pasado. Hemos tenido dos situaciones similares con las llegadas de variantes, como lo fueron Delta, que fue significativa, y con Ómicron, que nos cambió el escenario. Las medidas de protección probadas nos siguen protegiendo y, obviamente, seguimos apostando a la vacunación como la primera barrera de protección. No espero que vivamos eternamente con restricciones, espero que se puedan relajar. Pero hemos visto que otros países del mundo han escogido ese camino demasiado pronto, y sin mucha vigilancia, y ahí es que regresan los problemas. Así que nuestra meta a corto plazo es llegar por debajo de un 3% de positividad para que uno pueda estar hablando de algún tipo de relajación”, acotó la también infectóloga pediátrica y capitana de todo el proceso de vacunación contra el COVID-19 en la isla, al aclarar que ese tipo de decisiones las evalúan el secretario de Salud Carlos Mellado y el gobernador Pedro Pierluisi.

Recordó que instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han hecho hincapié en que se pudiera estar viendo cierto tipo de normalización, cuando se alcance el 70% de vacunación a nivel global. Además, la OMS recomienda que los gobiernos tomen decisiones o ajustes a las medidas de contención tras confirmar que mantienen una positividad por debajo de un 3%, al menos, dos semanas consecutivas. Según datos provistos en Our World in Data, el 62.5% de la población mundial tiene una dosis; mientras que el 54.7% tiene la serie de dos dosis. Solo un 15.3% ha recibido el refuerzo.

La OMS también recomienda a las autoridades a mantener vigilancia en otros criterios de salud pública que incluyen disminución sostenida en los fallecimientos y a las hospitalizaciones vinculadas al virus.

“No estamos solos en el planeta y tenemos que estar conscientes que la vacunación es la mejor herramienta para controlar la aparición de variantes, porque ya sabemos que Alfa, Delta y Ómicron aparecieron en lugares donde había niveles bajos de vacunación. Así que yo sigo apostando a la ciencia. Hemos vivido algo que no se había visto en siglos y la ciencia ha podido tener tratamientos y una vacuna en un tiempo relativamente rápido, aunque se nos hayan hecho largos estos dos años. Hay que observar lo que pasó con la viruela o el polio que se tardaron décadas en ser controlados”, puntualizó Cardona, quien considera, de acuerdo las observaciones de otros científicos, que con el tiempo el coronavirus pasará a ser una enfermedad endémica que mantendrá vigilantes a las autoridades sanitarias del mundo entero, pero que se podría tornar manejable pues con toda probabilidad se desarrolle una vacuna de administración recurrente, como ocurre con la influenza.

Por su parte, el gerente de investigaciones del Fideicomiso de Salud Pública, Marcos López Casillas, dijo que si bien es cierto que ha habido un “cambio abismal” en los reportes de los pasados meses versus los que registran en los últimos días, es importante resaltar que “la lucha no ha terminado”.

“No podemos quitar de la ecuación el hecho de que nos estuvimos enfrentando a una variante letal que mató a un montón de gente más que en ningún otro mes de la pandemia... y que hubo más transmisión que en cualquier otro momento. Y sí, son buenas noticias que estemos estabilizándonos, pero ese proceso de normalización en actividades cotidianas se debe dar poco a poco. Además, no debemos perder de perspectiva que pueden surgir nuevas variantes o nuevos repuntes del mismo Ómicron. En ese sentido, hay que seguir con la vacunación, el refuerzo y el uso de mascarillas y distanciamiento”, subrayó el también profesor de la Universidad de Puerto Rico, quien no está de acuerdo en eliminar las mascarillas en las escuelas, tal como ha ocurrido en otras jurisdicciones.

¿Cuándo pudiéramos estar experimentando estar por debajo de un 5% o 3%?, le preguntamos.

“Si vamos como hasta ahora, que la positividad está bajando entre un 0.4% a 0.5% por día, pudiéramos estar llegando a un 5% en un periodo de 10 a 12 días”, respondió.

Señaló que en ese momento se podría considerar aumentar los aforos en los establecimientos, siempre y cuando se continúe con el uso de mascarillas. Además, vio con buenos ojos el hecho de que se anunciara que en el Coliseo José Miguel Agrelot (Choliseo) se admitirán a partir de abril a personas que estén vacunadas con refuerzo.

“Es importante que las personas entiendan que el camino a la normalización llega con la vacuna”, acotó, al tiempo que aclaró que en el ciclo epidemiológico las muertes son las últimas en disminuir. En la isla han fallecido 4,047 personas. De estas, 777 ocurrieron en los últimos dos meses y medio (1 de diciembre al 14 de enero). Cabe señalar que el 15 de enero murieron 32 personas, la cifra más alta en dos años de pandemia. El 89% de las personas fallecidas son mayores de 60 años.

Otro que coincidió con lo dispuesto por los científicos fue el médico-epidemiólogo Alberto Rosario, quien dirigió los sistemas de rastreo en varios municipios.

“Que la positividad esté disminuyendo no significa que la pandemia terminó. Sino, que las medidas de mitigación funcionan y que cuando nos descuidamos como pasó en diciembre con el famoso concierto, los casos aumentan y se pierden vidas”, advirtió en redes sociales Rosario.

Según datos de Salud, el 84.5% de la población apta en Puerto Rico para inocularse, es decir personas de cinco años en adelante, han completado serie de dos dosis de vacunas contra el COVID-19.

De otra parte, se informa que de las 2,252,500 personas aptas para el refuerzo (12 años en adelante), se han administrado la dosis 1,211,555 (53.8%).