Furiosos con Hacienda.

Más de 11,000  contribuyentes recibieron el pasado fin de semana avisos de que le deben dinero a Hacienda, algunos  de ellos miles de dólares, de  una supuesta deuda de  2008.

 Hacienda alega que el ingreso que anotaron los contribuyentes ese año en sus planillas no coincide con lo que informaron sus patronos.

Más de 300 personas acudieron hoyr a Hacienda con documentos en mano para probar que ellos no intentaron engañar a nadie.

Primera Hora tuvo la oportunidad de cotejar las copias de las planillas de varios contribuyentes y sus respectivas hojas de   retención, y los números de ambos documentos reflejaban los mismos ingresos.

Las cartas de aviso de deuda les llegaron  incluso a jubilados como Martín Iturbe,  quien está alarmado porque le están cobrando la friolera de $13,000, incluidos intereses y penalidades.

Iturbe se jubiló de  la Autoridad de Energía Eléctrica en 2005 y no se supone que tribute, según dijo.

Hacienda envió un total de 11,642 cartas y concedió solo 10 días calendario para  objetar las deudas.

El subsecretario auxiliar de Rentas Internas, Fernando Rosario, explicó que los  empleados reciben todos los años de  manos de sus patronos la  forma W-2, que contiene datos sobre  retención y salarios.

 En el 2008, esa misma  información se la remitían a  Hacienda en un diskette.

La  secretaria de Hacienda, Melba Acosta, tuvo que salir  de  sus oficinas para atender a un público furioso que exigía que se le atendiera ayer mismo.

Acosta –megáfono en mano– admitió que ella es la primera que reconoce que hay información incorrecta en los sistemas.

“Yo llegué en enero de 2013 y esa información es de 2008”, afirmó Acosta, lo que molestó aún más al grupo de ciudadanos que le respondía: “Eso es lo que  dicen siempre”. 

La discrepancia entre la información que recibió Hacienda y la que apuntaron los contribuyentes suma, entre deficiencia, intereses y penalidades, $22.2 millones.

“La W-2 indica exactamente lo que anoté en la planilla… yo tengo la copia”, insistía Silvia Cruz Serrano, de Trujillo Alto, molesta porque Hacienda le está cobrando $5,731.50. 

Emily Negrón, de Cupey, dijo que su patrono le dio una W-2 con un salario de $15,099 y Hacienda le reclama que debió informar $33,588. 

Oscar Santiago, que es impedido, llegó desde Villalba a las 9:00 de la mañana con un problema similar, y su esposa Carmen Delgado se quejó de que no habían querido darle preferencia.

La fecha límite para objetar la tasación es el  lunes, 8 de abril, y el trámite se tiene que efectuar en San Juan.

La evidencia que provea será auditada y  Hacienda  se  fijó hasta un año para aclarar cada caso.

Algunos  errores, dijo Rosario,  pudieran ser culpa de  las  empresas y  estas serían  objeto de investigación  si se demuestra que existe un patrón en las irregularidades. Estas también pueden haber incurrido en una trasposición de los números de seguro social.

“Lo importante es saber cuánto en realidad ganó la persona”, resumió el subsecretario de Rentas Internas, quien sostuvo  que los contribuyentes  que ganaron más de lo reportado tendrán  pagar por esa diferencia, y  Hacienda devolverles dinero si la situación se dio a la inversa.