Un análisis realizado por el Departamento de Salud detectó, al menos, unos 1,338 casos positivos de COVID-19 entre embarazadas en lo que va de pandemia, y de estas más de 30 tuvieron que ser hospitalizadas por causas asociadas al virus, mientras seis madres - y tres bebés provenientes de este grupo- murieron por complicaciones de la enfermedad.

El monitoreo, que cubre el periodo de marzo de 2020 a diciembre de 2021, se lleva a cabo a través del programa de Sistema de Vigilancia de Amenazas Emergentes para Madres y Bebés del Departamento de Salud, donde se identificó también que en el 42% de los casos reportados las madres gestantes confirmaron no haberse vacunado contra el COVID-19. Según los datos de la agencia, de los 1,338 casos hay 1,252 que se registraron por pruebas molecular y 86 por pruebas de antígenos.

En entrevista con Primera Hora, la Primera Oficial Médico de la agencia, Iris Cardona, explicó en detalles el impacto que el coronavirus ha tenido en la población de embarazadas en la isla, al tiempo que resaltó la importancia de la vacunación y la dosis de refuerzo en este grupo de mujeres.

Según los datos recopilados por la agencia sanitaria, de los 1,338 casos positivos identificados, 677 se reportaron en el 2020 y 575 en el 2021. Un 20% de las mujeres dijo haber presentado síntomas vinculantes a la enfermedad, mientras un 22% estuvo asintomáticas. Del resto del grupo no se tienen información en cuanto a síntomas presentados.

De otra parte, se informa que del total de casos positivos hubo 1,178 nacimientos vivos. De estos, 1,092 son de los casos identificados por prueba molecular y 86 por las de antígenos. Por alguna razón que no se explicó se desconoce qué ocurrió con 142 de los casos detectados por prueba molecular y con 34 de los reportados por pruebas de antígenos.

Asimismo, el sistema de vigilancia señala que ocho mujeres tuvieron abortos espontáneos, mientras que hubo nueve bebés que murieron después de la semana 20 de gestación, por lo que se consideran muertes fetales intrauterinas. De otra parte, se informó de una terminación de embarazo. “Pero se desconoce el motivo”, dijo Cardona.

Hubo varias complicaciones en los casos positivos. Por ejemplo, entre las embarazadas que lograron nacimientos vivos, se identificaron 45 con diabetes, 51 con preeclampsia y otras siete confrontaron problemas de lo que se conoce como crecimiento de bebé o retardación de crecimiento intrauterino”, explicó la también infectóloga pediátrica.

Las complicaciones mayores surgieron con 31 embarazadas que tuvieron que ser hospitalizadas e, incluso, algunas de ellas requirieron ser ingresadas a unidades de cuidado intensivo y recibir asistencia de un ventilador.

Se destacó que hubo nueve madres que requirieron cuidados en intensivo por complicaciones en el parto y otras 14 que también fueron localizadas en estas unidades especializadas por complicaciones relacionadas al COVID. De este último grupo, 11 presentaron pulmonía, 12 necesitaron transfusión de sangre, ocho tuvieron que ser conectadas a un ventilador mecánico y tres tuvieron un cuadro de coagulopatía.

“Se identificaron también dos casos extremadamente graves en el que se les ofreció la modalidad de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO)”, explicó Cardona.

En cambio, la situación más triste es que desafortunadamente seis madres gestantes fallecieron.

“Todas ocurrieron en el 2021. Tenemos una muerte en mayo, tres en agosto, una en septiembre y otra en octubre. Todas estuvieron en intensivo y, lamentablemente, de esos seis casos hay tres bebés fallecidos. Además, nuestros datos indican que ninguna de las embarazadas infectadas estaba vacunada”, acotó Cardona.

Según la portavoz de Salud, el mayor número de contagios entre la población de embarazadas se reflejaron en los meses de noviembre y diciembre del 2020; en abril del 2021 y en agosto de 2021.

“Observamos que para estos periodos particulares del 2021 fue que tuvimos los picos de casos ocasionados por la variante Alfa y la variante Delta”, señaló Cardona al aclarar que aún no se tienen datos del impacto de la variante Ómicron en este grupo poblacional.

Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) las personas embarazadas y sintomáticas corren más del doble del riesgo de ser ingresadas en una unidad de cuidados intensivos y un 70 por ciento de mayor riesgo de morir por la enfermedad. Las personas embarazadas con COVID también corren el riesgo de sufrir complicaciones como nacimientos prematuros, mortinato o que sus recién nacidos sean ingresados en una unidad de cuidados intensivos en comparación con personas embarazada sin COVID-19.

En Puerto Rico, no hay estadísticas para conocer cuántas madres, de los más de 18,000 bebés que nacieron en el 2021, se administraron la vacuna.

Según el registro de vacunación de Estados Unidos, V-Safe, al 24 de enero del 2022 había más de 190,000 participantes que indicaron que estaban embarazadas al momento de recibir la vacuna contra el COVID-19. Los CDC también informan que hasta el 24 de enero había más de 166,000 casos confirmados de coronavirus en embarazadas, y de estas 27,854 requirieron hospitalización, mientras 267 fallecieron.

Según Cardona cada vez hay más evidencia sobre la seguridad y efectividad de la vacunación contra el COVID durante el embarazo y enfatizó que los datos sugieren que los beneficios de recibir la vacuna contra el coronavirus superan cualquier riesgo conocido o potencial de inocularse durante el embarazo. Además, no hay evidencia que indique que las vacunas puedan provocar problemas de fertilidad en mujeres u hombres. Tampoco se conoce de algún riesgo para mujeres lactantes.

Por su parte, la doctora Carmen Zorrilla, ginecóloga obstetra y miembro de la Coalición Científica, explicó que la vacunación en las embarazadas tiene un efecto de doble protección porque, además de proteger a la madre gestante, se ha demostrado que hay transferencia de anticuerpos al feto a través del cordón umbilical.

“Y eso es importante que las madres lo sepan porque muchas veces lo desconocen y ese dato las hace cambiar de opinión”, expresó la también miembro de la Coalición Científica al mencionar que la vacunación en embarazadas cuenta con el aval de organizaciones médicas como el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, así como la Sociedad de Medicina Materno-Fetal.

Asimismo, la doctora se mostró preocupada por el bajo porciento de embarazadas infectadas que expresaron estar vacunadas.

“Estamos viendo un porciento de pacientes parcialmente vacunadas que es menor al resto de la población en Puerto Rico, dentro de ese grupo que se identificó que salió positivo al COVID. Eso nos debe indicar que el mensaje de la vacunación a la población de embarazadas debe enfatizarse y sobre todo, la necesidad de la tercera dosis o el booster”, subrayó Zorrilla.

Además, puntualizó que es importante que las mujeres sepan que aunque hay tratamientos antivirales disponibles para las personas infectadas, la totalidad de estas herramientas clínicas no están recomendadas para las embarazadas, lo que dificulta el proceso a nivel hospitalario.

Monitorean bebés nacidos de madres con COVID

Uno de los proyectos prioritarios para el Departamento de Salud, en coordinación con los CDC, es establecer un plan de vigilancia de amenazas emergentes para madres que tuvieron una infección de SARS-CoV-2 durante el embarazo. El monitoreo incluye a los bebés nacidos de estas mujeres.

“Es un programa de vigilancia parecido al que se estableció con el ZIKA (virus provocado por la picada del mosquito AedesAegypti) y lo que se busca es recopilar datos desde el embarazo hasta el desarrollo de esos bebés nacidos para conocer cómo estas enfermedades que amenazan la salud pública afecta a estos grupos”, explicó Cardona.

Al momento, según la infectóloga pediátrica, no hay evidencia que señale que el virus pueda llegar al feto, pero aún el asunto está bajo estudios científicos. Precisamente, el monitoreo pondrá atención a posibles defectos de nacimiento o problemas de desarrollo a medida que los niños crecen. De identificarse algún caso, las agencias sanitarias enlazarían a las madres y sus criaturas a los servicios médicos correspondientes.

Según datos de los CDC, hay unas 31 jurisdicciones o territorios de Estados Unidos participando en la Red de Vigilancia.